Text 35
na tathāsya bhaven moho
bandhaś cānya-prasaṅgataḥ
yoṣit-saṅgād yathā puṁso
yathā tat-saṅgi-saṅgataḥ
na—no; tathā—de esa manera; asya—de este hombre; bhavet—puede surgir; mohaḥ—pasión; bandhaḥ—cautiverio; ca—y; anya-prasaṅgataḥ—del apego a cualquier otro objeto; yoṣit-saṅgāt—del apego a mujeres; yathā—como; puṁsaḥ—de un hombre; yathā—como; tat-saṅgi—de hombres interesados en mujeres; saṅgataḥ—de la compañía.
No hay nada que provoque en el hombre una pasión y un cautiverio tan intensos como el apego a una mujer o a la compañía de hombres interesados en mujeres.
SIGNIFICADO: El apego a las mujeres es tan contaminante que no solo por la relación con ellas nos apegamos a la condición material de la vida, sino también por la relación contaminada de personas demasiado apegadas a ellas. La vida condicionada en el mundo material obedece a muchas causas, la más importante de las cuales, como se confirmará en las siguientes estrofas, es la relación con mujeres.
En Kali-yuga, la relación con mujeres es constante. A cada paso que damos, nos relacionamos con mujeres. Si vamos a comprar algo, los anuncios están llenos de fotografías de mujeres. La atracción fisiológica hacia las mujeres es muy fuerte, y por esta razón, la comprensión espiritual de la gente es muy débil. La civilización védica, que está basada en la comprensión espiritual, dispone la relación con mujeres con gran prudencia. De las cuatro divisiones sociales, los miembros de la primera orden (es decir, brahmacarya), de la tercera orden (vānaprastha) y de la cuarta orden (sannyāsa), tienen estrictamente prohibida la relación con mujeres. Solo en una orden, la de jefe de familia, se autoriza la convivencia con mujeres, bajo condiciones restringidas. En otras palabras, la atracción por la compañía femenina es la causa de la vida material condicionada, y toda persona interesada en liberarse de esa vida condicionada debe desapegarse de la compañía de las mujeres.