Text 36
prajāpatiḥ svāṁ duhitaraṁ
dṛṣṭvā tad-rūpa-dharṣitaḥ
rohid-bhūtāṁ so ’nvadhāvad
ṛkṣa-rūpī hata-trapaḥ
prajā-patiḥ—el Señor Brahmā; svām—a su propia; duhitaram—hija; dṛṣṭvā—habiendo visto; tat-rūpa—por sus encantos; dharṣitaḥ—confundido; rohit-bhūtām—hacia ella en la forma de venado; saḥ—él; anvadhāvat—corrió; ṛkṣa-rūpī—en forma de cierva; hata—privado de; trapaḥ—vergüenza.
Brahmā, al ver a su propia hija, quedó confundido por sus encantos, y transformándose en venado, corrió desvergonzadamente tras ella, que había adoptado la forma de una cierva.
SIGNIFICADO: Los ejemplos concretos de Brahmā, cautivado por los encantos de su hija, y de Śiva, cautivado por la forma Mohinī del Señor, nos enseñan que incluso grandes semidioses como Brahmā y Śiva —y con mayor razón, el alma condicionada común— quedan cautivados por la belleza de la mujer. Por lo tanto, el consejo de no relacionarse libremente ni siquiera con la propia hija, la propia madre o la propia hermana, va dirigido a todos, pues los sentidos son tan fuertes que, en un momento de arrebato, no tienen en cuenta la relación de hija, madre o hermana. Por eso, lo mejor es practicar el control de los sentidos mediante la ejecución de bhakti-yoga, ocupándose en servir a Madana-mohana. El Señor Kṛṣṇa Se llama Madana-mohana, porque puede subyugar al dios Cupido, la lujuria. La única manera de refrenar los dictados de Madana, Cupido, es ocuparse en el servicio de Madana-mohana. Cualquier otra tentativa de controlar los sentidos, fracasará.