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Text 41

yāṁ manyate patiṁ mohān
man-māyām ṛṣabhāyatīm
strītvaṁ strī-saṅgataḥ prāpto
vittāpatya-gṛha-pradam

yām—que; manyate—ella piensa; patim—su esposo; mohāt—debido a la ilusión; mat-māyām—Mi māyā; ṛṣabha—en la forma de un hombre; āyatīm—venir; strītvam—la situación de ser una mujer; strī-saṅgataḥ—del apego a una mujer; prāptaḥ—obtenida; vitta—riqueza; apatya—descendencia; gṛha—casa; pradam—proporcionar.

Una entidad viviente que, por haberse apegado a una mujer en su vida anterior, ha recibido un cuerpo de mujer, neciamente contempla a māyā en la forma de un hombre, su esposo, como proveedor de riqueza, hijos, casa y demás bienes materiales.

SIGNIFICADO: Según este verso, se considera que, en su vida anterior, la que ahora es mujer fue hombre, y que, por haberse apegado a su esposa de entonces, ahora tiene cuerpo de mujer. Esto lo confirma el Bhagavad-gītā: El nacimiento que el hombre obtiene en su siguiente vida depende de lo que piense en el momento de la muerte. Si alguien está demasiado apegado a su esposa, lo natural es que piense en ella a la hora de morir, y en su siguiente vida, reciba un cuerpo de mujer. Y a la inversa, si una mujer piensa en su esposo a la hora de morir, es natural que reciba un cuerpo de hombre en su siguiente vida. Esa es la razón de que las Escrituras hindúes insistan especialmente en la castidad de la mujer y en su devoción al esposo. Una mujer que se apegue a su esposo puede ascender a un cuerpo de hombre en su siguiente vida, pero un hombre que se apegue a una mujer, se degradará, y en su siguiente vida obtendrá un cuerpo de mujer. Siempre debemos recordar que, como se afirma en el Bhagavad-gītā, los cuerpos materiales, sean densos o sutiles, son vestidos; son la camisa y la chaqueta de la entidad viviente. Ser hombre o ser mujer solo tiene que ver con el vestido corporal de la persona. En realidad, el alma, por naturaleza, es energía marginal del Señor Supremo. En cuanto que pertenece a la categoría de las energías, la entidad viviente debe considerarse que, en origen, es mujer, es decir, «un ser disfrutado». En un cuerpo de hombre hay más posibilidades de salir de las garras de la materia; en un cuerpo de mujer, las posibilidades son menores. En este verso se indica que no debemos desperdiciar el cuerpo de hombre cultivando el apego por las mujeres y, con ello, enredarnos demasiado en el disfrute material, pues eso nos llevará a obtener un cuerpo de mujer en la siguiente vida. La mujer, por lo general, se siente atraída por la prosperidad doméstica, las alhajas, los muebles y los vestidos. Si su esposo le proporciona una relativa abundancia de todas esas cosas, ella está satisfecha. La relación entre hombre y mujer es muy complicada, pero lo esencial es que quien aspire a elevarse a la etapa trascendental de la comprensión espiritual debe ser muy cauteloso en aceptar la compañía de una mujer. Sin embargo, en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, esa restricción puede relajarse, porque si el hombre y la mujer no se apegan el uno al otro sino a Kṛṣṇa, tanto él como ella son aptos para salir del enredo material y alcanzar la morada de Kṛṣṇa. Como se confirma en el Bhagavad-gītā, cualquiera que adopte seriamente el proceso de conciencia de Kṛṣṇa —tanto si pertenece a una especie inferior, como si es una mujer o pertenece a las clases menos inteligentes, como la clase mercantil o la clase obrera— irá de regreso al hogar, de vuelta a Dios, y alcanzará la morada de Kṛṣṇa. El hombre no debe estar apegado a la mujer, y la mujer tampoco debe estar apegada al hombre. Tanto el hombre como la mujer deben estar apegados al servicio del Señor. Entonces, ambos tendrán posibilidad de liberarse del enredo material.

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