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Text 31

saṁyaccha roṣaṁ bhadraṁ te
pratīpaṁ śreyasāṁ param
śrutena bhūyasā rājann
agadena yathāmayam

saṁyaccha—tan solo controla; roṣam—la ira; bhadram—toda buena fortuna; te—a ti; pratīpam—enemigo; śreyasām—de toda bondad; param—el peor; śrutena—por escuchar; bhūyasā—constantemente; rājan—mi querido rey; agadena—con tratamiento médico; yathā—como; āmayam—enfermedad.

Mi querido rey, si reflexionas en mis palabras, actuarán en tí como el tratamiento médico de una enfermedad. Controla tu ira, pues la ira es el peor enemigo en el sendero de la iluminación espiritual. Te deseo toda buena fortuna. Por favor, sigue mis instrucciones.

SIGNIFICADO: Dhruva Mahārāja era un alma liberada, y en realidad, no estaba furioso con nadie. Pero como gobernante tenía el deber de enfurecerse durante un tiempo para mantener la ley y el orden en el estado. Sin haber cometido falta alguna, su hermano, Uttama, había sido matado por un yakṣa. Dhruva Mahārāja, como rey, tenía ahora el deber de matar al agresor (vida por vida). A la hora del reto, Dhruva luchó con vehemencia y castigó a los yakṣas como era debido. Pero la ira, una vez desatada, aumenta sin cesar, y no tiene límites. Para que la ira del rey Dhruva Mahārāja no llegase demasiado lejos, Manu tuvo la gran bondad de contener a su nieto. Dhruva Mahārāja pudo entender las intenciones de su abuelo, y enseguida dejó de luchar. En este verso son muy importantes las palabras śrutena bhūyasā, «escuchando constantemente». Si escuchamos constantemente acerca del servicio devocional, podremos contener la fuerza de la ira, que va en detrimento del proceso del servicio devocional. Śrīla Parīkṣit Mahārāja ha dicho que escuchar constantemente los pasatiempos del Señor es la panacea que cura todas las enfermedades materiales. Por lo tanto, todos debemos escuchar constantemente acerca de la Suprema Personalidad de Dios. Escuchar nos permite permanecer siempre equilibrados, de manera que nuestro progreso en la vida espiritual no se vea obstaculizado.

La ira de Dhruva Mahārāja contra los malvados fue del todo correcta. En relación con esto se cuenta una breve historia. Siguiendo la instrucción de Nārada, una serpiente se hizo devota y prometió no volver a picar a nadie. Las serpientes se caracterizan por su picadura mortal, con la que matan a otros seres vivos, pero esa serpiente era devota, y tenía prohibido picar. Por desgracia, la gente se aprovechó de su no violencia, especialmente los niños, que comenzaron a tirarle piedras. Pero la serpiente, siguiendo la instrucción de su maestro espiritual, no picó a nadie. Después de un tiempo, cuando se encontró de nuevo con Nārada, la serpiente se quejó a su maestro espiritual: «He abandonado el hábito de picar a las entidades vivientes inocentes, pero ahora me tratan a pedradas». Nārada Muni respondió: «No les piques, pero no te olvides de expandir tu capucha como si fueras a hacerlo. Entonces se irán». De la misma manera, el devoto también es no violento; se caracteriza por tener todas las buenas cualidades. Pero debe pisar con los pies en la Tierra; si otros hacen maldades, él no debe dejar de enfurecerse, al menos mientras sea necesario, a fin de alejarles.

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