Text 34
tāṁs tān kāmān harir dadyād
yān yān kāmayate janaḥ
ārādhito yathaivaiṣa
tathā puṁsāṁ phalodayaḥ
tān tān—aquellos; kāmān—objetos deseados; hariḥ—el Señor; dadyāt—concederá; yān yān—cualesquiera; kāmayate—deseos; janaḥ—la persona; ārādhitaḥ—ser adorado; yathā—como; eva—ciertamente; eṣaḥ—el Señor; tathā—de manera similar; puṁsām—de hombres; phala-udayaḥ—el resultado.
El que celebra los sacrificios [siguiendo las actividades karma-kāṇḍa] logra que se cumpla el deseo que lo ha llevado a adorar al Señor.
SIGNIFICADO: En el Bhagavad-gītā, el Señor dice que Él concede bendiciones conforme a los deseos del adorador. La Suprema Personalidad de Dios da a todas las entidades vivientes condicionadas en el mundo material plena libertad para actuar según deseen. Pero a Su devoto le dice que, en lugar de actuar de ese modo, es mejor que se entregue a Él, pues Él cuidará de Su devoto. Esa es la diferencia entre un devoto y un trabajador fruitivo. Este último se limita a disfrutar de los frutos de sus propias actividades, pero el devoto, que está bajo la guía del Señor Supremo, avanza en el servicio devocional hasta alcanzar el objetivo supremo de la vida: regresar al hogar, de vuelta a Dios. La palabra significativa de este verso es kāmān, que significa «deseos de complacencia de los sentidos». El devoto está libre de todo kāmān; es anyābhilāṣitā-śūnya: siempre está libre de deseos de complacencia sensorial. Lo único que busca es la satisfacción y el placer de los sentidos del Señor. Esa es la diferencia entre un karmī y un devoto.