Text 22
ahaṁ daṇḍa-dharo rājā
prajānām iha yojitaḥ
rakṣitā vṛttidaḥ sveṣu
setuṣu sthāpitā pṛthak
aham—yo; daṇḍa-dharaḥ—portador del cetro; rājā—rey; prajānām—de los ciudadanos; iha—en este mundo; yojitaḥ—ocupados; rakṣitā—protector; vṛtti-daḥ—que da empleo; sveṣu—en sus propias; setuṣu—órdenes sociales respectivas; sthāpitā—establecido; pṛthak—de distintas maneras.
El rey Pṛthu continuó: Por la gracia del Señor Supremo, he sido designado rey de este planeta, y llevo el cetro para gobernar a los ciudadanos, protegerlos de todo peligro y ocuparlos según sus respectivas posiciones en el orden social establecido en los mandamientos védicos.
SIGNIFICADO: Se considera que el rey ha sido designado por la Suprema Personalidad de Dios para velar por los intereses de su planeta en particular. Cada planeta tiene una persona regente, de la misma manera que ahora vemos que cada país tiene un presidente. Cuando una persona es presidente o rey, debe entenderse que lo es porque el Señor Supremo le ha dado esa oportunidad. En el sistema védico se considera que el rey es el representante de Dios, y sus súbditos le ofrecen respeto debido a Dios en la forma humana de vida. En realidad, según la información de los Vedas, el Señor Supremo mantiene a todas las entidades vivientes, y en especial a los seres humanos, para elevarles hasta el más elevado nivel de perfección. Cuando la entidad viviente, después de muchísimas vidas en especies inferiores, evoluciona hasta alcanzar la forma humana de vida, y en particular, hasta alcanzar la forma civilizada de vida humana, su sociedad debe estar dividida en cuatro niveles, tal y como ordena la Suprema Personalidad de Dios en el Bhagavad-gītā (cātur-varṇyaṁ mayā-sṛṣṭam, etc). Las cuatro órdenes sociales, es decir, los brāhmaṇas, los kṣatriyas, los vaiśyas y śūdras, son divisiones naturales de la sociedad humana, y como Pṛthu Mahārāja explica, todo hombre debe tener un empleo apropiado para ganarse el sustento dentro de la orden social que le corresponde. El rey, el gobierno, tiene el deber de asegurarse de que la gente observa el orden social, y de que estén ocupados en realizar sus deberes respectivos. En la actualidad, como los reyes y gobernantes ya no protegen a sus súbditos de esa forma, el orden social prácticamente se ha venido abajo. Nadie sabe quién es brāhmaṇa, kṣatriya, vaiśya o śūdra, y la gente pretende pertenecer a una determinada orden social tan solo por derecho de nacimiento. El gobierno tiene el deber de restablecer el orden social basado en los deberes característicos de cada ocupación y en las modalidades de la naturaleza material, pues así es como la población del mundo llegará a ser verdaderamente civilizada. Si no se observan las reglas instituidas para las cuatro órdenes sociales, la sociedad humana no es mejor que cualquier sociedad animal, en el sentido de que en ella no se puede encontrar tranquilidad, paz y prosperidad, sino únicamente caos y confusión. Mahārāja Pṛthu, como rey ideal, veló estrictamente por el mantenimiento del orden social védico.
Prajāyate iti prajā. La palabra prajā se refiere a «todo el que nace». Así pues, Mahārāja Pṛthu está garantizando la protección de prajānām, es decir, de todas las entidades vivientes nacidas en su reino. Prajā no se refiere únicamente a los seres humanos, sino también a los animales, árboles y demás entidades vivientes. El deber del rey es proporcionar alimento y protección a todas las entidades vivientes. Los necios y sinvergüenzas de la sociedad actual no conocen el ámbito de la responsabilidad de los gobiernos. Los animales también son habitantes de la tierra en que les ha tocado nacer, y también tienen derecho a continuar con su existencia a expensas del Señor Supremo. Perturbar a la población animal con mataderos desencadena un futuro de reacciones catastróficas para el carnicero, su país y su gobierno.