Text 38
brahmaṇya-devaḥ puruṣaḥ purātano
nityaṁ harir yac-caraṇābhivandanāt
avāpa lakṣmīm anapāyinīṁ yaśo
jagat-pavitraṁ ca mahattamāgraṇīḥ
brahmaṇya-devaḥ—el Señor de la cultura brahmínica; puruṣaḥ—la Personalidad Suprema; purātanaḥ—el más antiguo; nityam—eterno; hariḥ—la Personalidad de Dios; yat—cuyos; caraṇa—pies de loto; abhivandanāt—mediante la adoración; avāpa—obtuvo; lakṣmīm—opulencias; anapāyinīm—perpetuamente; yaśaḥ—reputación; jagat—universal; pavitram—purificado; ca—también; mahat—gran; tama—supremo; agraṇīḥ—principal.
La Suprema Personalidad de Dios, la ancestral Divinidad eterna que es la principal de todas las grandes personalidades, obtuvo la opulencia de Su intachable reputación, que purifica el universo entero, por adorar los pies de esos brāhmaṇas y vaiṣṇavas.
SIGNIFICADO: En este verso se describe a la Persona Suprema con la palabra brahmaṇya-deva. Brahmaṇya se refiere a los brāhmaṇas, los vaiṣṇavas o la cultura brahmínica, y deva significa «Señor adorable». Por consiguiente, solo desde el plano trascendental del vaiṣṇava o desde el plano más elevado de la bondad material (como brāhmaṇa) se puede tener conciencia de la Suprema Personalidad de Dios. En las etapas inferiores, de ignorancia y pasión, es difícil tener conciencia del Señor Supremo o entenderle. Por esa razón, en este verso se explica que el Señor es la Deidad adorable de las culturas brahmínica y vaiṣṇava.
namo brahmaṇya-devāya
go-brāhmaṇa-hitāya ca
jagad-dhitāya kṛṣṇāya
govindāya namo namaḥ
(Viṣṇu Purāṇa 1.19.65)
El Señor Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, es el principal protector de la cultura brahmínica y de las vacas. Sin conocer y respetar la cultura brahmínica y a las vacas, no se puede comprender la ciencia de Dios, y sin esa comprensión ninguna actividad benéfica o de propaganda humanitaria puede tener éxito. El Señor es puruṣa, el disfrutador supremo; y lo es, no solo cuando adviene y Se manifiesta como encarnación, sino desde tiempo inmemorial, desde el mismo principio (purātanaḥ), eternamente (nityam). Yac-caraṇābhivandanāt: Pṛthu Mahārāja dice que la Suprema Personalidad de Dios obtuvo esa opulencia de la fama eterna por adorar los pies de loto de los brāhmaṇas. En el Bhagavad-gītā se dice que el Señor no necesita trabajar para obtener ganancias materiales. Como es perpetua y supremamente perfecto, no necesita obtener nada; aun así, se dice que obtuvo Sus opulencias adorando los pies de loto de los brāhmaṇas. Se trata de Sus actividades ejemplares. En Dvārakā, el Señor Śrī Kṛṣṇa ofreció Sus reverencias a Nārada, postrándose a Sus pies de loto. Cuando Sudāmā Vipra fue a Su casa, el Señor Kṛṣṇa personalmente le lavó los pies y le ofreció Su propia cama para sentarse. Aunque es la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Śrī Kṛṣṇa ofreció Sus reverencias a Mahārāja Yudhiṣṭhira y a Kuntī. El Señor Se comporta de esa forma extraordinaria para enseñarnos. De Su comportamiento personal debemos aprender a proteger a las vacas, a cultivar las cualidades brahmínicas y a respetar a los brāhmaṇas y los vaiṣṇavas. En el Bhagavad-gītā (3.21), el Señor dice: yad yad ācarati śreṣṭhas tat tad evetaro janaḥ: «Si las personas importantes se comportan de determinada manera, los demás, de modo natural, les seguirán». ¿Qué persona puede ser más importante que la Suprema Personalidad de Dios? ¿Quién puede mostrar un comportamiento más ejemplar? No se trata de que Él necesitara hacer todo eso para adquirir ganancias materiales, sino que lo hizo simplemente para enseñarnos el modo correcto de comportarse en el mundo material.
En este verso se describe a la Suprema Personalidad de Dios con la palabra mahattama-agraṇīḥ. En el mundo material, los mahattamas, las grandes personalidades, son el Señor Brahmā y el Señor Śiva, pero Él está por encima de ellos. Nārāyaṇaḥ paro ’vyaktāt: La Suprema Personalidad de Dios está en una posición trascendental, por encima de todo lo creado en el mundo material. Tanto Su opulencia y Sus riquezas como Su belleza, Su sabiduría, Su conocimiento, Su renunciación y Su reputación, son jagat-pavitram, universalmente purificadoras. Cuanto más hablamos de Sus opulencias, más se purifica el universo. En el mundo material, las opulencias de las personas materiales no son estables. Puede que hoy seamos muy ricos, pero es posible que mañana seamos pobres; hoy somos muy famosos y mañana tenemos mala fama. Las opulencias adquiridas por medios materiales no son estables, pero la Suprema Personalidad de Dios goza perpetuamente de las seis opulencias antes citadas, y no solo en el mundo espiritual, sino también en el mundo material. La fama del Señor Kṛṣṇa es permanente, y Su libro de sabiduría, el Bhagavad-gītā, recibe honores aún en la actualidad. Todo lo relativo a la Suprema Personalidad de Dios existe eternamente.