Text 13
kaccin naḥ kuśalaṁ nāthā
indriyārthārtha-vedinām
vyasanāvāpa etasmin
patitānāṁ sva-karmabhiḥ
kaccit—si; naḥ—nuestra; kuśalam—buena fortuna; nāthāḥ—¡oh, maestros!; indriya-artha—la complacencia de los sentidos como objeto supremo de la vida; artha-vedinām—personas para quienes solo existe la complacencia de los sentidos; vyasana—enfermedad; āvāpe—tuvieron; etasmin—en la existencia material; patitānām—los que han caído muy bajo; sva-karmabhiḥ—por sus propios méritos.
Pṛthu Mahārāja preguntó a los sabios acerca de las personas que, debido a sus acciones pasadas, están enredadas en los peligros de la existencia material. ¿Hay alguna bendición que pudiera cambiar la fortuna de esas personas, que hacen de la complacencia de los sentidos el único objeto de sus vidas?
SIGNIFICADO: Los Kumāras, merced a su vida de celibato, siempre son auspiciosos; esa es la razón de que Mahārāja Pṛthu no les preguntase sobre su suerte. Como siempre están ocupados en el sedero de la liberación, no pueden tener mala fortuna. En otras palabras, los brāhmaṇas y vaiṣṇavas que siguen estrictamente el sendero del avance espiritual, siempre son afortunados. Pṛthu Mahārāja, desde su posición de gṛhastha y con la autoridad real a su cargo, tenía un interés personal en hacer esa pregunta. Por lo general, los gṛhasthas están absortos en la complacencia de los sentidos, y los reyes, además de ser gṛhasthas, a veces participan en cacerías donde matan animales, pues tienen que adquirir experiencia en el arte de matar; de lo contrario les es muy difícil luchar contra sus enemigos. Esas cosas no son auspiciosas. A los kṣatriyas se les permite cuatro tipos de actividades pecaminosas: las relaciones sexuales ilícitas con mujeres, el comer carne, el consumo de alcohol y otras drogas, y los juegos de azar. Por razones políticas, en ocasiones tienen que ocuparse en esas actividades pecaminosas. Los kṣatriyas no se abstienen de juegos de azar. El ejemplo más claro de ello es el de los Pāṇḍavas, quienes, no pudieron contenerse ante el desafío de sus rivales, los partidarios de Duryodhana, apostaron su reino, y lo perdieron, y además, su esposa fue insultada. De la misma manera, los kṣatriyas tampoco pueden abstenerse de luchar si sus rivales les desafían. Teniendo en cuenta estos factores, Pṛthu Mahārāja pregunto si existía algún sendero auspicioso. La vida de gṛhastha no es auspiciosa, pues gṛhastha significa que la consciencia está orientada hacia la complacencia de los sentidos, y tan pronto como hay complacencia de los sentidos, todos son peligrosos. Se dice que el mundo material es padaṁ padaṁ yad vipadāṁ na teṣām, es decir, hay peligro a cada paso (Bhāg. 10.14.58). En el mundo material, todos están luchando arduamente por la complacencia de los sentidos. Para aclarar todo esto, Mahārāja Pṛthu preguntó a los cuatro Kumāras acerca de las almas condicionadas caídas, que están pudriéndose en el mundo material debido a actividades malas o no auspiciosas que realizaron en el pasado. ¿Tienen alguna posibilidad de llevar una vida espiritual auspiciosa? En este verso es muy significativa la palabra indriyārthārtha-vedinām, que se refiere a las personas que no tienen otro objetivo más que la satisfacción de los sentidos. Se las describe también con la palabra patitānām, «caídas». Solo se considera elevado al que deja de realizar actividades de complacencia de los sentidos. También es significativa la palabra sva-karmabhiḥ. Una persona es caída por las malas actividades que ella misma realizó en el pasado. Todo el mundo es responsable de su condición caída, que se debe a sus propias actividades. Nuestra vida comienza a ser auspiciosa cuando orientamos nuestras actividades hacia el servicio devocional.