Text 34
na kuryāt karhicit saṅgaṁ
tamas tīvraṁ titīriṣuḥ
dharmārtha-kāma-mokṣāṇāṁ
yad atyanta-vighātakam
na—no; kuryāt—actuar; karhicit—en ningún momento; saṅgam—relación; tamaḥ—ignorancia; tīvram—con gran rapidez; titīriṣuḥ—personas que desean; dharma—religión; artha—crecimiento económico; kāma—complacencia de los sentidos; mokṣāṇām—de la salvación; yat—lo que; atyanta—mucho; vighātakam—obstáculo o tropiezo.
Quienes tengan un intenso deseo de atravesar el océano de la nesciencia, no deben relacionarse con las modalidades de la ignorancia, pues las actividades hedonistas son el mayor obstáculo en el sendero de los principios religiosos, el crecimiento económico, la complacencia de los sentidos bajo reglas y regulaciones, y por último, la liberación.
SIGNIFICADO: Los cuatro principios de la vida nos permiten vivir conforme a principios religiosos, ganar dinero conforme a nuestra posición social, permitir que los sentidos disfruten de los objetos de los sentidos conforme a reglas y regulaciones, y progresar en el sendero de la liberación del apego material. Mientras el cuerpo exista, no es posible liberarse por completo de todos esos intereses materiales. Sin embargo, no se recomienda actuar atendiendo exclusivamente a la complacencia de los sentidos, ni ganar dinero con ese único propósito, a costa de todos los principios religiosos. En la actualidad, la civilización humana no se preocupa de seguir principios religiosos. Está, eso sí, muy interesada en el crecimiento económico desligado de principios religiosos. No hay duda, por ejemplo, de que los carniceros ganan mucho dinero con los mataderos, pero esa ocupación no se basa en principios religiosos. De la misma manera, hay muchos clubs nocturnos para la complacencia sensorial, y burdeles para el disfrute sexual. Por supuesto, la relación sexual se permite dentro del matrimonio, pero la prostitución está prohibida, puesto que todas nuestras actividades, en última instancia, van dirigidas a la liberación, a vernos libres de las garras de la existencia material. De la misma manera, que el gobierno autorice la venta de bebidas alcohólicas no significa que se deban abrir bares sin restricción alguna, y que no se pongan trabas al contrabando de bebidas alcohólicas. Toda autorización supone una restricción. Nadie necesita obtener una licencia legal para consumir azúcar, trigo o leche, porque son cosas que no hay necesidad de restringir. En otras palabras, se nos aconseja que actuemos de forma que nuestras acciones no obstaculicen el proceso regulado de avance en la vida espiritual hacia la liberación. Por consiguiente, el proceso védico de complacencia sensorial está concebido de manera que podamos prosperar económicamente, disfrutar de la complacencia de los sentidos, y aun así, finalmente alcanzar la liberación. La civilización védica nos ofrece todo el conocimiento de los śāstras, y si llevamos una vida regulada, siguiendo las directrices de los śāstras y del guru, todos nuestro deseos materiales se verán satisfechos; al mismo tiempo, podremos avanzar hacia la liberación.