Text 59
dharma-rāḍ iva śikṣāyām
āścarye himavān iva
kuvera iva kośāḍhyo
guptārtho varuṇo yathā
dharma-rāṭ iva—como el rey Yamarāja (el superintendente de la muerte); śikṣāyām—en educación; āścarye—en opulencia; himavān iva—como los Himālayas; kuveraḥ—el tesorero de los planetas celestiales; iva—como; kośa-āḍhyaḥ—en cuestión de posesión de riquezas; gupta-arthaḥ—secreto; varuṇaḥ—el semidiós Varuṇa; yathā—como.
La inteligencia y la educación de Mahārāja Pṛthu eran exactamente como las de Yamarāja, el superintendente de la muerte. Su opulencia podía compararse a la de los Himālayas, donde hay yacimientos de toda clase de metales y piedras preciosas. Como Kuvera, el tesorero de los planetas celestiales, el rey poseía grandes riquezas, y nadie podía adivinar sus secretos, que eran como los del semidiós Varuṇa.
SIGNIFICADO: Yamarāja, o Dharmarāja, como superintendente de la muerte, tiene que juzgar a las entidades vivientes que durante sus vidas han cometido actividades pecaminosas. Por consiguiente, se considera a Yamarāja un gran experto en cuestiones judiciales. Pṛthu Mahārāja también era muy erudito, y la exactitud de sus sentencias cuando juzgaba a sus súbditos, era insuperable. Nadie podría superarle en opulencias; sería tan difícil como calcular los minerales y piedras preciosas almacenados en los Himālayas; por eso se le compara con Kuvera, el tesorero de los planetas celestiales. Los secretos de su vida estaban tan bien guardados como los de Varuṇa, el semidiós que rige el agua, la noche y la parte accidental del cielo, y nadie podía descubrirlos. Varuṇa es omnisciente, y puesto que castiga los pecados, se le ora para obtener el perdón. También es él quien envía las enfermedades, y a menudo se le relaciona con Indra y Mitra.