Text 20
sa-samudram upa vistīrṇam
apaśyan sumahat saraḥ
mahan-mana iva svacchaṁ
prasanna-salilāśayam
sa-samudram—muy cerca del mar; upa—más o menos; vistīrṇam—muy ancha y larga; apaśyan—vieron; su-mahat—muy grande; saraḥ—extensión de agua; mahat—gran alma; manaḥ—mente; iva—como; su-accham—claro; prasanna—felices; salila—agua; āśayam—habiéndose refugiado en.
Durante su viaje, los Pracetās se encontraron con una gran extensión de agua que parecía casi tan grande como el mar. El agua de ese lago era tan serena y tranquila como la mente de una gran alma, y sus habitantes, los seres acuáticos, parecían vivir en paz y muy felices de encontrarse bajo la protección de aquella gran extensión de agua.
SIGNIFICADO: La palabra sa-samudra significa «cerca del mar». Aquella gran extensión de agua era como una bahía, pues no estaba muy lejos del mar. La palabra upa, que significa «más o menos», tiene muchos usos; por ejemplo, en la palabra upapati se refiere a un esposo «más o menos», es decir, a un amante que actúa como esposo. Upa también significa «más grande», «más pequeño» o «más cercano». Teniendo esto en cuenta, la extensión de agua que los Pracetās vieron en su viaje era en realidad un gran lago o bahía. Y, a diferencia del mar y del océano, agitados por las olas, aquella era una extensión de agua muy serena y tranquila. En verdad, el agua era tan clara como la mente de una gran alma. Tal vez haya muchas grandes almas —los jñānīs, los yogīs y los bhaktas o devotos puros están dentro de esa categoría—, pero no es fácil encontrarlas. Entre los yogīs y jñānīs es posible encontrar muchas grandes almas, pero una verdadera gran alma, un devoto puro, completamente entregado al Señor, muy rara vez se encuentra (sa mahātmā sudurlabhaḥ, Bg. 7.19). La mente del devoto siempre está serena, tranquila y libre de deseos, debido a que el devoto siempre es anyābhilāṣitā-śūnyam, es decir, no tiene ningún deseo más que servir a Kṛṣṇa como amigo, sirviente personal, padre, madre o amante conyugal. Debido a su relación con Kṛṣṇa, el devoto siempre está muy sereno y calmado. También es significativo que dentro de aquel gran estanque de agua, todos los seres acuáticos estuviesen muy serenos y tranquilos. Por haberse refugiado en una gran alma, los discípulos del devoto también se encuentran muy serenos y tranquilos, y no se ven agitados por las olas del mundo material.
A menudo se describe el mundo material como un océano de nesciencia. En ese océano, todo es agitación. La mente de un gran devoto también es como el océano o como un lago muy grande, pero en ella no hay agitación. Como se afirma en el Bhagavad-gītā (2.41): vyavasāyātmikā buddhir ekeha kuru-nandana. A aquellos que están fijos en el servicio del Señor, nada les agita. También se afirma en el Bhagavad-gītā (6.22): yasmin sthito na duḥkhena guruṇāpi vicālyate. El devoto no se agita, ni siquiera si sufre algún revés en la vida. Por lo tanto, todo el que se refugia en una gran alma, en un gran devoto, alcanza la paz. En el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 19.149), se afirma: kṛṣṇa-bhakta—niṣkāma, ataeva `śānta’. El devoto del Señor Kṛṣṇa siempre vive en paz, porque no tiene deseos, mientras que los yogīs, karmīs y jñānīs tienen muchísimos deseos por satisfacer. Podría argumentarse que los devotos sí tienen deseos, pues desean regresar al hogar, de vuelta a Dios, pero ese es un deseo que no agita la mente. Aunque desea regresar a Dios, el devoto está satisfecho en toda circunstancia. Por consiguiente, la palabra mahan-manaḥ se emplea en este verso para indicar que aquella extensión de agua era tan serena y tranquila como la mente de un gran devoto.