Text 69
sattvaika-niṣṭhe manasi
bhagavat-pārśva-vartini
tamaś candramasīvedam
uparajyāvabhāsate
sattva-eka-niṣṭhe—en plenitud de conciencia de Kṛṣṇa; manasi—en una mente; bhagavat—con la Suprema Personalidad de Dios; pārśva-vartini—en constante contacto; tamaḥ—el planeta oscuro; candramasi—en la Luna; iva—como; idam—esa manifestación; uparajya—en relación con; avabhāsate—se manifiesta.
Ser consciente de Kṛṣṇa significa estar constantemente en contacto con la Suprema Personalidad de Dios, en un estado mental en que el devoto puede observar la manifestación cósmica desde la misma perspectiva que la Suprema Personalidad de Dios. Esa clase de observación no siempre es posible, pero se manifiesta como lo hace Rāhu, el planeta oscuro, que puede observarse en presencia de la Luna llena.
SIGNIFICADO: En el verso anterior se ha explicado que, en el plano de la mente, los deseos se hacen visibles uno tras otro. Sin embargo, la voluntad suprema de la Suprema Personalidad de Dios puede hacer que, a veces, todo el depósito de deseos pueda abarcarse con una sola mirada. En la Brahma-saṁhitā (5.54), se dice: karmāṇi nirdahati kintu ca bhakti-bhājām: Cuando una persona está completamente absorta en el estado de conciencia de Kṛṣṇa, el depósito de deseos materiales acumulados queda reducido a su mínima expresión. En verdad, los deseos dejan de dar fruto en forma de cuerpos densos. Ciertamente, por la gracia de la Suprema Personalidad de Dios, el depósito de deseos se hace visible en el plano de la mente.
En relación con esto, la oscuridad que oculta a la Luna llena, es decir, el eclipse de Luna, se explica con la existencia de otro planeta, llamado Rāhu. La astronomía védica acepta la existencia de ese planeta, Rāhu, que no es visible, y que a veces puede verse ante la Luna llena. Parece ser que Rāhu está en un lugar próximo a la órbita de la Luna. El fracaso de las expediciones lunares de nuestros días puede que se deba a ese planeta. En otras palabras, en lugar de ir a la Luna, puede que en realidad hayan ido a Rāhu, el planeta invisible. De hecho, no están yendo a la Luna, sino que van al planeta Rāhu y regresan. Dejando a un lado esta cuestión, lo importante es que la entidad viviente tiene ilimitados deseos de disfrute material, y tiene que transmigrar de un cuerpo denso a otro hasta que todos esos deseos se terminan.
Ninguna entidad viviente puede liberarse del ciclo de nacimientos y muertes, a no ser que se vuelva consciente de Kṛṣṇa; por esa razón, en este verso se afirma claramente (sattvaika-niṣṭhe) que la persona plenamente absorta en el estado de conciencia de Kṛṣṇa se libera de una vez de sus deseos mentales pasados y futuros. Entonces, por la gracia del Señor Supremo, su mente puede ver la manifestación simultánea de todo. A este respecto, Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura cita el ejemplo de madre Yaśodā, que vio la manifestación cósmica completa en la boca del Señor Kṛṣṇa. Por la gracia del Señor Kṛṣṇa, madre Yaśodā vio en la boca del Señor Kṛṣṇa todos los universos y planetas. De manera similar, por la gracia de la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, la persona consciente de Kṛṣṇa puede ver de una sola vez todos los deseos latentes en su interior y poner fin a sus futuras transmigraciones. El devoto es el principal destinatario de esa ventaja que despeja el sendero de regreso al hogar, de vuelta a Dios.
En este verso se explica la razón de que veamos cosas de las que no tenemos experiencia en esta vida. Lo que vemos es la expresión futura de un cuerpo denso, o algo que está almacenado en el depósito de nuestra mente. La persona consciente de Kṛṣṇa no va a recibir ningún otro cuerpo denso en el futuro; debido a ello, los deseos que tiene registrados se satisfacen en sueños. Por esa razón, a veces en los sueños encontramos cosas de las que no hemos tenido experiencia alguna durante la vida.