Text 79
atas tad apavādārthaṁ
bhaja sarvātmanā harim
paśyaṁs tad-ātmakaṁ viśvaṁ
sthity-utpatty-apyayā yataḥ
ataḥ—por lo tanto; tat—eso; apavāda-artham—para contrarrestar; bhaja—ocúpate en servicio devocional; sarva-ātmanā—con todos tus sentidos; harim—a la Suprema Personalidad de Dios; paśyan—ver; tat—del Señor; ātmakam—bajo el control; viśvam—la manifestación cósmica; sthiti—mantenimiento; utpatti—creación; apyayāḥ—y aniquilación; yataḥ—de quien.
Debes siempre recordar que la manifestación cósmica se crea, se mantiene y se aniquila por la voluntad de la Suprema Personalidad de Dios. En consecuencia, en la manifestación cósmica todo está bajo el control del Señor. Para iluminarse con este conocimiento perfecto, hay que ocuparse constantemente en el servicio devocional del Señor.
SIGNIFICADO: La autorrealización, comprender que somos Brahman, almas espirituales, es muy difícil mientras permanezcamos en la condición material. Sin embargo, si emprendemos el servicio devocional del Señor, Él, poco a poco, Se nos irá revelando. De ese modo, el devoto, en su avance, irá, poco a poco, comprendiendo su posición espiritual. En la oscuridad de la noche, no podemos ver nada, ni siquiera a nosotros mismos; pero cuando el sol brilla, podemos ver, no solo el sol, sino también todo lo que hay en el mundo. En el capítulo séptimo del Bhagavad-gītā (7.1), el Señor Kṛṣṇa explica:
mayy āsakta-manāḥ pārtha
yogaṁ yuñjan mad-āśrayaḥ
asaṁśayaṁ samagraṁ māṁ
yathā jñāsyasi tac chṛṇu
«Ahora escucha, ¡oh, hijo de Pṛthā!, cómo practicando el yoga con plena conciencia de Mí, con la mente apegada a Mí, puedes conocerme por completo, libre de toda duda».
Cuando nos ocupamos en el servicio devocional del Señor para volvernos conscientes de Kṛṣṇa, comprendemos, no solamente a Kṛṣṇa, sino también todo lo que está relacionado con Kṛṣṇa. En otras palabras, con el proceso de conciencia de Kṛṣṇa podemos entender a Kṛṣṇa y la manifestación cósmica, pero además comprendemos también nuestra posición constitucional. Cuando somos conscientes de Kṛṣṇa, podemos entender que la Suprema Personalidad de Dios crea, mantiene, aniquila y absorbe dentro de Sí toda la creación material. Nosotros también somos partes integrales del Señor. Todo está bajo el control del Señor, y por lo tanto, nuestro único deber es entregarnos al Supremo y ocuparnos en Su servicio amoroso trascendental.