Text 33
yasya yad daiva-vihitaṁ
sa tena sukha-duḥkhayoḥ
ātmānaṁ toṣayan dehī
tamasaḥ pāram ṛcchati
yasya—todo el que; yat—lo que; daiva—por destino; vihitam—destinado; saḥ—esa persona; tena—por esa; sukha-duḥkhayoḥ—felicidad o aflicción; ātmānam—el propio ser; toṣayan—sentirse satisfecho; dehī—un alma corporificada; tamasaḥ—de la oscuridad; pāram—al otro lado; ṛcchati—cruza.
En cualquier circunstancia que nos depare la voluntad suprema, sea feliz o desgraciada, siempre debemos tratar de sentirnos satisfechos. Quien muestre esa clase de tolerancia, podrá atravesar la oscuridad de la nesciencia con gran facilidad.
SIGNIFICADO: La existencia material está hecha de actividades fruitivas pías e impías. Con excepción del servicio devocional, toda actividad en que nos ocupemos nos traerá la felicidad o la aflicción de este mundo material. Cuando disfrutamos de la vida, gozando de lo que se considera felicidad material, debemos entender que estamos consumiendo las acciones resultantes de nuestras actividades piadosas. Y cuando sobreviene el sufrimiento, debemos entender que consumimos las acciones resultantes de nuestras actividades impías. Si queremos escapar de las garras de la nesciencia, debemos aceptar toda posición en que la voluntad del Señor nos sitúe, en lugar de apegarnos a la felicidad y aflicción circunstanciales que se derivan de nuestras actividades pías e impías. Con tan solo entregarnos a la Suprema Personalidad de Dios, nos liberaremos de las garras de la existencia material.