Text 5
saṅgraheṇa mayākhyātaḥ
pratisargas tavānagha
triḥ śrutvaitat pumān puṇyaṁ
vidhunoty ātmano malam
saṅgraheṇa—en resumen; mayā—por mí; ākhyātaḥ—explicada; pratisargaḥ—causa de la devastación; tava—tu; anagha—¡oh, tú, que eres puro!; triḥ—tres veces; śrutvā—haber escuchado; etat—esta explicación; pumān—quien; puṇyam—piedad; vidhunoti—quita la suciedad; ātmanaḥ—del alma; malam—contaminación.
Mi querido Vidura, te he explicado brevemente las causas de la devastación. Quien escucha tres veces esta explicación, se vuelve piadoso y purifica su alma de la contaminación pecaminosa.
SIGNIFICADO: La base de la creación es la bondad, pero la devastación se debe a la irreligión. Ese es el proceso de la creación y devastación de la materia. En este verso se afirma que la causa de la devastación es Adharma, la Irreligión. Los descendientes de la Irreligión y la Falsedad, nacidos uno tras otro, fueron el Embuste, el Engaño, la Codicia, la Astucia, la Ira, la Envidia, la Riña, las palabras Ásperas, la Muerte, el Temor, el Dolor Intenso y el Infierno. Todos estos descendientes se caracterizan por ser los signos de la devastación. Toda persona piadosa que escuche acerca de estas causas de la devastación sentirá aversión por ellas, y esa aversión le hará progresar en el sendero de la vida piadosa. Ese «sendero de la piedad» se refiere al proceso de limpiar el corazón. Antes de poder avanzar por el sendero de la liberación, es necesario limpiar el polvo del espejo de la mente. Así lo aconseja el Señor Caitanya, y en este verso se recomienda el mismo proceso. Malam significa «contaminación». Debemos aprender a sentir desprecio por todas las causas de devastación, comenzando con la irreligión y el engaño, y así podremos ir progresando en el sendero de la vida piadosa. Nuestras posibilidades de alcanzar el estado de conciencia de Kṛṣṇa aumentarán, y dejaremos de estar a merced del ciclo ininterrumpido de devastaciones. Nuestra vida actual es un ciclo de nacimientos y muertes, pero si buscamos el sendero de la liberación, podremos liberarnos de ese ciclo de sufrimientos.