Text 6
duḥkhaṁ sukhaṁ vyatiriktaṁ ca tīvraṁ
kālopapannaṁ phalam āvyanakti
āliṅgya māyā-racitāntarātmā
sva-dehinaṁ saṁsṛti-cakra-kūṭaḥ
duḥkham—infelicidad debida a las actividades impías; sukham—felicidad debida a las actividades piadosas; vyatiriktam—ilusión; ca—también; tīvram—muy fuerte; kāla-upapannam—obtenida con el paso del tiempo; phalam—la acción resultante; āvyanakti—crea; āliṅgya—que comprende; māyā-racita—creadas por la naturaleza material; antaḥ-ātmā—la mente; sva-dehinam—la entidad viviente misma; saṁsṛti—de las acciones y reacciones de la existencia material; cakra-kūṭaḥ—que engaña a la entidad viviente para atarla a la rueda.
La mente materialista que cubre al alma de la entidad viviente la lleva por diversas especies de vida. Eso se denomina existencia material continuada. Debido a la mente, la entidad viviente sufre o disfruta de los sufrimientos o la felicidad materiales. Así, bajo la influencia de la ilusión, la mente sigue creando actividades piadosas e impías con su karma resultante. Con ello, el alma queda condicionada.
SIGNIFICADO: Bajo la influencia de la naturaleza material, las actividades mentales causan la felicidad y la aflicción en el mundo material. Cubierta por la ilusión, la entidad viviente prolonga eternamente su vida condicionada bajo diversas identificaciones. Las entidades vivientes de ese tipo reciben el nombre de nitya-baddha, es decir, eternamente condicionadas. En esencia, la mente es la causa de la vida condicionada; por lo tanto, el proceso del yoga tiene por objeto el control de la mente y los sentidos. Si la mente está controlada, de modo natural los sentidos también lo están; entonces, el alma está a salvo de las reacciones de las actividades piadosas e impías. Si la mente se fija en los pies de loto del Señor Kṛṣṇa (sa vai manaḥ kṛṣṇa-padāravindayoḥ), los sentidos quedan inmediatamente ocupados en el servicio del Señor. Cuando la mente y los sentidos se ocupan en servicio devocional, la entidad viviente se vuelve consciente de Kṛṣṇa. La persona que piensa siempre en Kṛṣṇa se convierte en un yogī perfecto, como se confirma en el Bhagavad-gītā (yoginām api sarveṣāṁ mad-gatenāntarātmanā). La mente, antarātmā, está condicionada por la naturaleza material. Como se afirma en este verso:māyā-racitāntarātmā sva-dehinaṁ saṁsṛti-cakra-kūṭaḥ: La mente, que es muy poderosa, cubre a la entidad viviente y la sumerge en las olas de la existencia material.