Text 44
atho īśa jahi tvāṣṭraṁ
grasantaṁ bhuvana-trayam
grastāni yena naḥ kṛṣṇa
tejāṁsy astrāyudhāni ca
atho—por lo tanto; īśa—¡oh, controlador supremo!; jahi—mata; tvāṣṭram—el demonio Vṛtrāsura, el hijo de Tvaṣṭā; grasantam—que está devorando; bhuvana-trayam—los tres mundos; grastāni—devorados; yena—por quien; naḥ—nuestra; kṛṣṇa—¡oh, Señor Kṛṣṇa!; tejāṁsi—toda la fuerza y el poderío; astra—flechas;āyudhāni—y otras armas; ca—también.
Por lo tanto, ¡oh, Señor!, ¡oh, controlador supremo!, ¡oh, Señor Kṛṣṇa!, destruye por favor a ese peligroso demonio, Vṛtrāsura, el hijo de Tvaṣṭā, que se ha tragado ya todas nuestras armas e instrumentos de guerra, así como nuestra fuerza y nuestra influencia.
SIGNIFICADO: En el Bhagavad-gītā (7.15-16), el Señor dice:
na māṁ duṣkṛtino mūḍhāḥ
prapadyante narādhamāḥ
māyayāpahṛta-jñānā
āsuraṁ bhāvam āśritāḥ
catur-vidhā bhajante māṁ
janāḥ sukṛtino ’rjuna
ārto jijñāsur arthārthī
jñānī ca bharatarṣabha
«Esos malvados sumamente necios, que son lo más bajo de la humanidad, a quienes la ilusión les ha robado el conocimiento, y que participan de la naturaleza atea de los demonios, no se entregan a Mí. ¡Oh, tú, el mejor de los Bharatas!, cuatro clases de hombres piadosos comienzan a ofrecerme servicio devocional: el afligido, el que desea riquezas, el inquisitivo, y el que busca conocimiento acerca del Absoluto».
Las cuatro clases de devotos neófitos que, llevados de motivaciones materiales, acuden a la Suprema Personalidad de Dios para ofrecerle servicio devocional, no son devotos puros; sin embargo, la ventaja con que cuentan esos devotos materialistas es que a veces abandonan sus deseos materiales y se vuelven puros. Los semidioses, al verse completamente indefensos, acuden a la Suprema Personalidad de Dios y oran al Señor llenos de pesar y con lágrimas en los ojos; de ese modo llegan a volverse devotos prácticamente puros, libres de deseos materiales. Reconociendo que su gran prosperidad material les ha hecho olvidar el servicio devocional puro, se entregan por completo al Señor, y dejan a Su criterio si desea mantenerles o aniquilarles. Esa entrega es necesaria. Bhaktivinoda Ṭhākura dice en una canción: mārabi rākhabi—yo icchā tohārā: «¡Oh, Señor!, me entrego por completo a Tus pies de loto. Ahora, conforme desees, puedes protegerme o aniquilarme. Tienes todo el derecho a hacer cualquiera de las dos cosas».