Texts 18-19
tad-raktena nadīṁ ghorām
abrahmaṇya-bhayāvahām
hetuṁ kṛtvā pitṛ-vadhaṁ
kṣatre ’maṅgala-kāriṇi
triḥ-sapta-kṛtvaḥ pṛthivīṁ
kṛtvā niḥkṣatriyāṁ prabhuḥ
samanta-pañcake cakre
śoṇitodān hradān nava
tat-raktena—con la sangre de los hijos de Kārtavīryārjuna; nadīm—un río; ghorām—espantoso; abrahmaṇya-bhaya-āvahām—que llenó de terror a los reyes que no sentían respeto por la cultura brahmínica; hetum—causa; kṛtvā—aceptar; pitṛ-vadham—el asesinato de su padre; kṣatre—cuando toda la clase real; amaṇgala-kāriṇi—actuaba de forma muy desfavorable; triḥ-sapta-kṛtvaḥ—veintiuna veces; pṛthivīm—el mundo entero; kṛtvā—hacer; niḥkṣatriyām—sin una sola dinastía kṣatriya; prabhuḥ—el Señor Supremo, Paraśurāma; samanta-pañcake—en el lugar denominado Samanta-pañcaka; cakre—hizo; śoṇita-udān—llenos de sangre en lugar de agua; hradān—lagos; nava—nueve.
Con la sangre de los cuerpos de esos hijos, el Señor Paraśurāma formó un espantoso río, que llenó de terror a los reyes que no sentían respeto por la cultura brahmínica. Puesto que los kṣatriyas que llevaban las riendas del gobierno estaban realizando actividades pecaminosas, el Señor Paraśurāma, con el pretexto de vengarse del asesinato de su padre, borró a los kṣatriyas de la superficie de la Tierra veintiuna veces. En verdad, en el lugar denominado Samanta-pañcaka, creó nueve lagos con su sangre.
SIGNIFICADO: Paraśurāma es la Suprema Personalidad de Dios, y su misión eterna es paritrāṇāya sādhūnāṁ vināśāya ca duṣkṛtām: proteger a los devotos y aniquilar a los malvados. Matar a los pecadores es una de las tareas de la encarnación de Dios. El Señor Paraśurāma mató a los kṣatriyas veintiuna veces consecutivas por su desobediencia a la cultura brahmínica. Que los kṣatriyas hubieran matado a su padre no fue más que una excusa; la realidad es que la clase gobernante, los kṣatriyas, habían perdido su pureza, de modo que su posición era poco auspiciosa. La cultura brahmínica se establece en los śāstras, y especialmente en el Bhagavad-gītā (cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭaṁ guṇa-karma-vibhāgaśaḥ). Cuando el gobierno es irresponsable y pecaminoso y no tiene en cuenta la cultura brahmínica, es inevitable que una encarnación de Dios, como Paraśurāma, descienda para crear una devastación mediante el fuego, el hambre, la peste o cualquier otra calamidad. Así lo han dispuesto las leyes de la naturaleza, tanto en los tiempos de Paraśurāma como en la actualidad. Siempre que el gobierno deje de respetar la supremacía de la Personalidad de Dios y de proteger la institución de varṇāśrama-dharma, ciertamente tendrá que enfrentarse a catástrofes como la que en el pasado desencadenó el Señor Paraśurāma.