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Text 22

reto-dhāḥ putro nayati
naradeva yama-kṣayāt
tvaṁ cāsya dhātā garbhasya
satyam āha śakuntalā


retaḥ-dhāḥ—a la persona que emite el semen; putraḥ—el hijo; nayati—salva; nara-deva—¡oh, rey (Mahārāja Duṣmanta)!; yama-kṣayāt—del castigo de Yamarāja, o de estar bajo la custodia de Yamarāja; tvam—Tu Gracia; ca—y; asya—de ese niño; dhātā—el creador; garbhasya—del embrión; satyam—diciendo la verdad; āha—dijo; śakuntalā—tu esposa, Śakuntalā.


¡Oh, rey Duṣmanta!, aquel que pone el semen es el verdadero padre, y su hijo le salva de estar bajo la custodia de Yamarāja. Tú eres el verdadero procreador de este niño. Ciertamente, Śakuntalā dice la verdad.


SIGNIFICADO: Después de escuchar el oráculo, Mahārāja Duṣmanta reconoció a su esposa e hijo. El smṛti vedico señala:

pun-nāmno narakād yasmāt
pitaraṁ trāyate sutaḥ
tasmāt putra iti proktaḥ
svayam eva svayambhuvā


El hijo libera a su padre del castigo en el infierno llamado put, y por ello recibe el nombre de putra. Conforme a este principio, si entre el padre y la madre hay desavenencias, el hijo libera al padre, no a la madre. Pero si la esposa es fiel y sigue a su marido sin desviación, si el padre se libera, la madre también. Por eso las Escrituras védicas no contemplan la posibilidad de divorcio. A la esposa se la educa siempre para que sea casta y fiel a su esposo, pues ello la ayudará a liberarse de toda circunstancia material indeseable. Este verso dice claramente: putro nayati naradeva yama-kṣayāt: «El hijo salva a su padre de estar bajo la custodia de Yamarāja». En ningún caso dice:putro nayati mātaram: «El hijo salva a su madre». Quien se libera es el padre que aporta la semilla, no la madre que la almacena. Por consiguiente, marido y mujer no deben separarse bajo ninguna circunstancia, pues, si tienen un hijo y lo crían para que sea un vaiṣṇava, ese hijo puede salvarles a ambos de la custodia de Yamarāja y del castigo en la vida infernal.

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