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I.

Aprendiendo la ciencia del alma

Entendiendo el propósito de la vida humana

¿Quién es usted?... ¿Es usted su cuerpo?... ¿o su mente?... ¿o quizás es usted algo más elevado?... ¿Sabe usted quién es, o sólo cree que lo sabe? Y, ¿acaso importa mucho? Nuestra sociedad materialista, sumida en la ignorancia, ha hecho que prácticamente sea un tabú investigar acerca de nuestro verdadero yo superior. Al contrario, empleamos nuestro valioso tiempo en mantener, adornar y mimar el cuerpo, sólo para provecho de él. ¿Hay alguna otra alternativa?

Este importantísimo movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa tiene por objeto salvar a la sociedad humana de la muerte espiritual. En la actualidad, la sociedad humana está siendo descarriada por líderes que están ciegos, pues desconocen el propósito y objetivo de la vida humana, que consiste en la autorrealización y en el restablecimiento de nuestra perdida relación con la Suprema Personalidad de Dios. Eso es lo que falta. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa está tratando de iluminar a la sociedad humana en relación con este importante tema.

Según la civilización védica, la perfección de la vida consiste en comprender nuestra relación con Kṛṣṇa, con Dios. Por la Bhagavad-gītā, aceptado por todas las autoridades de la ciencia trascendental como la base de todo el conocimiento védico, entendemos que no sólo los seres humanos, sino también todas las demás entidades vivientes, son partes integrales de Dios. La función de las partes es servir a la totalidad, tal como la función de las piernas, las manos, los dedos y los oídos es servir a todo el cuerpo. Nosotros, las entidades vivientes, siendo partes integrales de Dios, tenemos la obligación de servirle.

En realidad, nuestra posición es estar siempre sirviendo a alguien, ya sea a nuestra familia, nuestro país o nuestra sociedad. Si no tenemos a quién servir, a veces criamos un gato o un perro y le servimos. Todos estos factores prueban que nuestra función constitucional es servir; sin embargo, a pesar de estar sirviendo lo mejor posible, no nos sentimos satisfechos. Ni tampoco queda satisfecha la persona a quien estamos sirviendo. En el plano material, todo el mundo está frustrado. La razón de ello es que el servicio prestado no está siendo encauzado correctamente. Si queremos servir a un árbol, por ejemplo, debemos regar la raíz. Poco se gana con regar las hojas, las ramas y las ramitas. Si se sirve a la Suprema Personalidad de Dios, quedarán automáticamente satisfechas todas las demás partes integrales. En consecuencia, todas las actividades de bienestar, así como también el servicio a la sociedad, la familia y la nación, se cumplen al servir a la Suprema Personalidad de Dios.

Es deber de todo ser humano entender su posición constitucional en relación con Dios, y actuar de acuerdo con ello. Si hacemos esto, entonces nuestras vidas serán un éxito. Sin embargo, a veces nos sentimos desafiantes y decimos: «No hay Dios», o: «Yo soy Dios», o incluso: «No me importa Dios». Pero, en realidad, ese espíritu desafiante no nos salvará. Sí hay Dios, y podemos verlo a cada momento. Si rehusamos ver a Dios durante nuestra vida, entonces Él Se presentará ante nosotros en la forma de la muerte cruel. Si no elegimos verlo de una manera, lo veremos de otra. La Suprema Personalidad de Dios tiene diferentes aspectos, porque Él es la raíz original de toda la manifestación cósmica. En un sentido, no es posible escaparnos de Él.

Este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa no es un ciego fanatismo religioso, ni es una revuelta causada por algún reciente advenedizo; es una manera autorizada y científica de entender cuáles son nuestras necesidades eternas en relación con la Absoluta Personalidad de Dios, el Disfrutador Supremo. El proceso de conciencia de Kṛṣṇa trata simplemente sobre nuestra relación eterna con Él, y sobre el desempeño de los deberes de nuestra relación con Él. Así pues, el cultivo de la conciencia de Kṛṣṇa nos permite lograr la perfección más elevada que se puede alcanzar en la actual forma humana de existencia.

Siempre debemos recordar que se llega a esta forma particular de vida humana después de evolucionar durante muchos millones de años en el ciclo de la transmigración del alma espiritual. En esta forma particular de vida, el problema económico se resuelve más fácilmente que en las formas animales inferiores. Existen los cerdos, los perros, los camellos, los asnos, etc., cuyas necesidades económicas son tan importantes como las nuestras; pero los problemas económicos de ésos y otros animales se resuelven en condiciones primitivas, mientras que, por las leyes de la naturaleza, al ser humano se le dan todas las facilidades necesarias para que lleve una vida confortable.

¿Por qué recibe el hombre mejores oportunidades de vida que los cerdos y otros animales? ¿Por qué recibe un alto funcionario del gobierno mejores facilidades para llevar una vida cómoda que un empleado cualquiera? La respuesta es muy sencilla: el funcionario importante tiene que desempeñar deberes de más responsabilidad que los de un empleado cualquiera. Igualmente, el ser humano tiene que cumplir deberes más elevados que los animales, los cuales siempre están ocupados en llenar sus hambrientos estómagos. Pero, por las leyes de la naturaleza, la moderna condición animal de la civilización sólo ha aumentado los problemas para alimentar el estómago. Cuando nos acercamos a algunos de estos animales refinados para hablarles de la vida espiritual, ellos dicen que sólo quieren trabajar para satisfacer sus estómagos, y que no hay ninguna necesidad de indagar sobre Dios. Sin embargo, a pesar de su afán por trabajar arduamente, siempre existe el problema del desempleo y tantos otros impedimentos debido a las leyes de la naturaleza. A pesar de esto, ellos siguen censurando la necesidad de conocer a Dios.

Esta forma humana de vida no se nos ha dado sólo para trabajar arduamente como el cerdo o el perro, sino para lograr la perfección más alta de la vida. Si no queremos esa perfección, entonces habremos de trabajar muy arduamente, pues seremos forzados a ello por las leyes de la naturaleza. En los últimos días de Kali-yuga (la época actual), los hombres tendrán que trabajar tan arduamente como los asnos por tan sólo una migaja de pan. Este proceso ya ha comenzado, y cada año aumentará la necesidad de trabajar más arduamente por salarios menores. Sin embargo, el propósito de la vida humana no es trabajar arduamente como animales, y si un hombre no desempeña sus deberes como ser humano, es forzado por las leyes de la naturaleza a transmigrar a especies inferiores de vida. La Bhagavad-gītā describe muy vívidamente cómo un alma espiritual, por las leyes de la naturaleza, nace y recibe un cuerpo y unos órganos de los sentidos adecuados para disfrutar de la materia en el mundo material.

En la Bhagavad-gītā también se declara que aquellos que intentan seguir el sendero que conduce a Dios, pero que no lo completan - en otras palabras, aquellos que no han alcanzado el éxito completo en el proceso de conciencia de Kṛṣṇa - , reciben la oportunidad de nacer en familias de personas avanzadas espiritualmente o en familias de comerciantes de buena posición económica. Si los aspirantes espirituales que han fracasado reciben esas oportunidades de pertenecer a una familia noble, ¡cuánto más aquellos que de hecho han alcanzado el éxito requerido! Por lo tanto, un intento de ir de regreso a Dios, incluso si queda a medio terminar, garantiza un buen nacimiento en la siguiente vida. Tanto la familia espiritualista como la de buena posición económica son beneficiosas para el progreso espiritual, debido a que en ambas familias podemos recibir una buena oportunidad de continuar progresando desde el punto en que nos detuvimos en nuestra vida anterior. En el campo de la comprensión espiritual, la atmósfera que genera una buena familia es favorable para el cultivo de conocimiento espiritual. La Bhagavad-gītā recuerda a esas afortunadas personas de buen nacimiento que su buena fortuna se debe a sus actividades devocionales pasadas. Desgraciadamente, los hijos de esas familias no consultan la Bhagavad-gītā, encontrándose descarriados por māyā (la ilusión).

El nacimiento en una familia pudiente resuelve, desde el comienzo de la vida, el problema de tener que buscarse el alimento necesario, y después puede llevarse una vida comparativamente más fácil y confortable. En esa situación, se tiene una buena oportunidad de progresar hacia la iluminación espiritual, pero, por desgracia, debido a la influencia de la actual era de hierro (que está llena de máquinas y de gente mecanizada), los hijos de los ricos son descarriados hacia el goce de los sentidos, y se olvidan de la buena oportunidad que tienen de alcanzar la iluminación espiritual. Por consiguiente, la naturaleza, por medio de sus leyes, está prendiendo fuego en esos hogares dorados. La dorada ciudad de Lanka, que estaba bajo el régimen del demoníaco Rāvaṇa, fue reducida a cenizas. Ésa es la ley de la naturaleza.

La Bhagavad-gītā es el estudio preliminar de la ciencia trascendental de la conciencia de Kṛṣṇa, y es deber de todos los jefes de estado responsables consultar la Bhagavad-gītā al planear sus programas económicos y cualesquiera otros. No es nuestra función resolver los problemas económicos de la vida dependiendo de una situación tambaleante; al contrario, nuestra función es resolver los problemas fundamentales de la vida, que surgen debido a las leyes de la naturaleza. La civilización se encontrará estática a menos que haya movimiento espiritual. El alma mueve el cuerpo, y el cuerpo viviente mueve el mundo. Nos preocupamos por el cuerpo, pero no poseemos conocimiento alguno sobre el espíritu que está moviendo ese cuerpo. Sin el espíritu, el cuerpo queda inmóvil, muerto.

El cuerpo humano es un excelente vehículo con el que podemos alcanzar la vida eterna. Es un barco muy difícil de conseguir, y muy importante para cruzar ese océano de ignorancia que es la existencia material. En este barco presta servicio un barquero experto, el maestro espiritual. Por gracia divina, el barco navega por el agua con un viento favorable. Con todos estos factores auspiciosos, ¿quién no aprovecharía la oportunidad de cruzar el océano de la ignorancia? Si alguien desperdicia esta buena oportunidad, ha de entenderse que simplemente está suicidándose.

El coche de primera clase de un tren es, desde luego, muy confortable, pero, ¿de qué sirve un comportamento con aire acondicionado si el tren no se mueve hacia su destino? La civilización contemporánea está demasiado interesada en lograr que el cuerpo material se sienta cómodo. Nadie tiene información sobre el verdadero destino de la vida, que consiste en regresar a Dios. No debemos solamente quedarnos sentados en un comportamento confortable; debemos ver si nuestro vehículo se está moviendo o no hacia su verdadero destino. No lograremos un beneficio final haciendo que el cuerpo material se sienta cómodo, si olvidamos la necesidad primordial de la vida, que consiste en recobrar nuestra identidad espiritual perdida. El barco de la vida humana está construido de manera tal que debe moverse hacia un destino espiritual. Desgraciadamente, este cuerpo está anclado a la conciencia mundana por medio de cinco fuertes cadenas, que son: (1) el apego de la entidad viviente al cuerpo material por ignorar las cuestiones espirituales, (2) el apego a los parientes debido a las relaciones corporales, (3) el apego a la tierra natal y a las posesiones materiales, como la casa, el mobiliario, las propiedades, las fincas, los documentos de negocios, etc., (4) el apego a la ciencia material, la cual es siempre un misterio por falta de conocimiento espiritual, y (5) el apego a formas religiosas y ritos sagrados, sin conocer a la Personalidad de Dios ni a Sus devotos, que los hacen sagrados. Estos apegos, que anclan el barco del cuerpo humano, se explican detalladamente en el Decimoquinto Capítulo de la Bhagavad-gītā. Ahí se dice que se asemejan a un árbol baniano profundamente enraizado que constantemente se aferra más y más a la tierra. Es muy difícil arrancar de raíz un árbol baniano así de fuerte, pero el Señor recomienda el siguiente proceso: «La verdadera forma de ese árbol no se puede percibir en este mundo. Nadie puede comprender dónde termina, dónde comienza, ni dónde está su base. Pero, de un modo decidido, uno debe cortar con el arma del desapego ese árbol fuertemente enraizado. Después, uno debe buscar aquel lugar del cual, una vez que se ha ido a él, nunca se regresa, y entregarse ahí a esa Suprema Personalidad de Dios a partir de quien todo comenzó y todo se ha extendido desde tiempo inmemorial». (Bg. 15.3-4)

Ni los científicos ni los filósofos especuladores han llegado todavía a ninguna conclusión relacionada con la situación cósmica. Todo lo que han hecho es postular diferentes teorías sobre ella. Algunos dicen que el mundo material es real, otros dicen que es un sueño, y otros dicen que es perpetuo. De esa manera, los eruditos mundanos tienen diferentes opiniones, pero el hecho es que ningún científico mundano o filósofo especulativo ha descubierto jamás el comienzo del cosmos o sus limitaciones. Nadie puede decir cuándo empezó o cómo flota en el espacio. Ellos proponen teóricamente algunas leyes, como la ley de la gravitación, pero en realidad no pueden poner en práctica esa ley. Por falta de verdadero conocimiento sobre la verdad, todos ansían promover su propia teoría para conseguir cierta fama, pero lo cierto es que este mundo material está lleno de sufrimientos, y que nadie puede superarlos con tan sólo promover algunas teorías acerca del tema. La Personalidad de Dios, que es plenamente consciente de todo lo que hay en Su creación, nos informa que, para nuestro propio bien, debemos desear salir de esta existencia desoladora. Debemos desapegarnos de todo lo material. Para dar el mejor uso a una mala compra, debemos espiritualizar cien por cien nuestra existencia material. El hierro no es fuego, pero puede volverse fuego en virtud del contacto constante con el fuego. De forma similar, es posible desapegarse de las actividades materiales mediante las actividades espirituales, no mediante la inercia material. La inercia material es el lado negativo de la acción material, pero la actividad espiritual no es sólo la negación de la acción material, sino que es la activación de nuestra verdadera vida. Debemos ansiar encontrar la vida eterna, o sea, la existencia espiritual en el Brahman, el Absoluto. El eterno reino del Brahman está descrito en la Bhagavad-gītā como ese lugar eterno del que nadie regresa. Ése es el reino de Dios.

No es posible encontrar el inicio de nuestra vida material actual, ni es necesario que sepamos cómo quedamos condicionados en la existencia material. Debemos estar satisfechos con entender que, de una u otra forma, esta vida material existe desde tiempo inmemorial, y que ahora es nuestro deber entregarnos al Señor Supremo, que es la causa original de todas las causas. En la Bhagavad-gītā (15.5) se indica cuál es el requisito preliminar para regresar a Dios: «Aquel que está libre de la ilusión, el prestigio falso y la compañía falsa, que comprende lo eterno, que ha terminado con el deseo de disfrute material, que está libre de la dualidad de la felicidad y la aflicción, y que sabe cómo entregarse a la Persona Suprema, alcanza ese reino eterno».

A Dios puede regresar alguien que está convencido de su identidad espiritual y que está libre del concepto material de la existencia, que está libre de la ilusión y es trascendental a las modalidades de la naturaleza material, que se dedica constantemente a entender el conocimiento espiritual, y que se ha apartado completamente del goce de los sentidos. Una persona así se dice que es amūḍha, en contraposición con mūḍha (necio e ignorante), pues está libre de la dualidad de la felicidad y la aflicción.

Y, ¿cuál es la naturaleza del reino de Dios? Ésta se describe en la Bhagavad-gītā (15.6) de la siguiente manera: «Mi morada suprema no recibe su luz ni del Sol ni de la Luna, ni del fuego o la electricidad. Quienes llegan a ella nunca regresan a este mundo material»

Aunque todo lugar de la creación se encuentra dentro del reino de Dios debido a que el Señor es el propietario supremo de todos los planetas, aun así existe la morada personal del Señor, que es completamente diferente del universo en que vivimos ahora. Y esa morada es paramam, la morada suprema. Incluso en la Tierra hay países en los que el nivel de vida es elevado y países en los que es bajo. Además de la Tierra, hay innumerables otros planetas distribuidos por todo el universo, y algunos son considerados lugares superiores, y otros, lugares inferiores. En todo caso, todos los planetas que están dentro de la jurisdicción de la energía externa, la naturaleza material, requieren de los rayos de un Sol o la luz del fuego para existir, porque el universo material es una región de oscuridad. Sin embargo, más allá de esta región hay un reino espiritual, del que se explica que funciona bajo la naturaleza superior de Dios. Ese reino se describe de la siguiente manera en los Upaniṣads: «No necesita del Sol, ni de la Luna ni de las estrellas, y tampoco está iluminada por la electricidad ni por ninguna forma de fuego. Todos estos universos materiales están iluminados por un reflejo de esa luz espiritual, y, debido a que esa naturaleza superior siempre es autoluminosa, podemos percibir el brillo de una trémula luz incluso en la más densa oscuridad de la noche». En el Hari-vaṁśa, el Señor Supremo mismo explica la naturaleza espiritual de la siguiente manera: «El resplandor deslumbrante del Brahman impersonal (el Absoluto impersonal) ilumina todo lo existente, tanto material como espiritual. Pero, ¡oh, Bharata!, debes entender que esa iluminación Brahman es el resplandor de Mi cuerpo». En la Brahma-saṁhitā también se confirma esa conclusión. No debemos pensar que podemos alcanzar esa morada con medios materiales como las naves espaciales, y debemos saber con certeza que alguien que puede llegar a esa morada espiritual de Kṛṣṇa puede disfrutar de eterna bienaventuranza espiritual sin interrupción. Siendo entidades vivientes falibles, tenemos dos fases de existencia. Una se denomina existencia material, la cual está llena de los sufrimientos del nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades, y la otra se denomina existencia espiritual, en la cual hay una vida espiritual incesante de eternidad, bienaventuranza y conocimiento. En la existencia material estamos regidos por el concepto material del cuerpo y la mente, pero en la existencia espiritual siempre podemos saborear el feliz contacto trascendental con la Personalidad de Dios. En la existencia espiritual, el Señor nunca deja de estar con nosotros.

El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa está tratando de dar esa existencia espiritual a la humanidad en general. En nuestra conciencia material actual, estamos apegados al concepto material y sensual de la vida, pero este concepto puede eliminarse de inmediato mediante el servicio devocional a Kṛṣṇa, el proceso de conciencia de Kṛṣṇa. Si adoptamos los principios del servicio devocional, podemos volvernos trascendentales a los conceptos materiales de la vida y liberarnos de las modalidades de la bondad, la pasión y la ignorancia, aun en medio de diversas actividades materiales. Todo aquel que está dedicado a asuntos materiales, puede obtener el beneficio más elevado de las páginas de De regreso a Dios yla demás literatura de este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. Esta literatura ayuda a que toda la gente corte las raíces del infatigable árbol baniano de la existencia material. Estas Escrituras tienen la autoridad para entrenarnos a que renunciemos a todo lo relacionado con el concepto material de la vida y saboreemos néctar espiritual en todas las cosas. Sólo es posible alcanzar esa etapa mediante el servicio devocional, y nada más. Al ofrecer dicho servicio se puede de inmediato alcanzar la liberación (mukti), incluso durante la vida actual. Casi todos los esfuerzos espirituales tienen matices de materialismo, pero el servicio devocional puro es trascendental a toda contaminación material. Aquellos que desean regresar a Dios sólo tienen que adoptar los principios de este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa y dirigir su conciencia a los pies de loto del Señor Supremo, la Personalidad de Dios, Kṛṣṇa.

“Su conciencia original es conciencia de Kṛṣṇa”

La siguiente entrevista con la periodista Sandy Nixon tuvo lugar en julio de 1975 en la residencia de Śrīla Prabhupāda del centro Kṛṣṇa de Filadelfia. Esta conversación sirve de excelente introducción al proceso de conciencia de Kṛṣṇa, y abarca temas tan fundamentales como: el mantra Hare Kṛṣṇa, la relación que hay entre el maestro espiritual y Dios, la diferencia entre gurus genuinos y falsos, el papel de la mujer en el movimiento Hare Kṛṣṇa, el sistema de castas de la India, y la relación entre «conciencia de Cristo» y «conciencia de Kṛṣṇa».

Sandy Nixon: Mi primera pregunta es muy básica. ¿Qué es la conciencia de Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: «Kṛṣṇa» significa Dios. Todos estamos íntimamente relacionados con Él, porque Él es nuestro padre original. Pero hemos olvidado esta relación. Cuando nos interesamos por saber: «¿Cuál es mi relación con Dios?, ¿cuál es la meta de la vida?», en ese momento se dice que somos conscientes de Kṛṣṇa.

Sandy Nixon: ¿Cómo se desarrolla esa conciencia de Kṛṣṇa en el practicante?

Śrīla Prabhupāda: La conciencia de Kṛṣṇa ya existe en lo más íntimo del corazón de todos, pero la hemos olvidado a causa de nuestra vida condicionada por lo material. El proceso de cantar el mahā-mantra Hare Kṛṣṇa - Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare/ Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare - revive la conciencia de Kṛṣṇa que ya existe en nosotros. Por ejemplo, hace pocos meses estos jóvenes americanos y europeos no sabían nada acerca de Kṛṣṇa, pero ayer vimos cómo estaban cantando Hare Kṛṣṇa y bailando en éxtasis durante toda la procesión de Ratha-yātrā (un festival anual patrocinado por el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa en ciudades de todo el mundo). ¿Cree usted que eso era artificial? No. Nadie puede cantar y bailar artificialmente por horas y horas. Ellos realmente han despertado su conciencia de Kṛṣṇa al seguir un proceso genuino. Esto se explica en el Caitanya-caritāmṛta (Madhya 22.107):

nitya-siddha kṛṣṇa-prema ‘sādhya’ kabhu naya
śravaṇādi-śuddha-citte karaye udaya

La conciencia de Kṛṣṇa se encuentra latente en el corazón de todos, y se despierta cuando nos ponemos en contacto con los devotos. Esa conciencia de Kṛṣṇa no es artificial. Así como un joven despierta su atracción natural por una joven al relacionarse con ella, de igual manera, si en compañía de devotos alguien oye hablar de Kṛṣṇa, despierta su conciencia de Kṛṣṇa latente.

Sandy Nixon: ¿Cuál es la diferencia entre conciencia de Kṛṣṇa y conciencia de Cristo?

Śrīla Prabhupāda: Conciencia de Cristo también es conciencia de Kṛṣṇa, pero en la actualidad la gente no sigue las reglas y regulaciones del cristianismo - los mandamientos de Jesucristo - , y por eso no llega al nivel en el que se posee conciencia de Dios.

Sandy Nixon: ¿Qué tiene de único el proceso de la conciencia de Kṛṣṇa con respecto a las demás religiones?

Śrīla Prabhupāda: Ante todo, religión significa conocer a Dios y amarlo. Eso es religión. Hoy en día, debido a la falta de entrenamiento, nadie conoce a Dios, ¡qué decir de amarlo! La gente está satisfecha con sólo ir a la iglesia y orar: «¡Oh, Dios!, danos nuestro pan de cada día». El Śrīmad-Bhāgavatam dice que una religión así es fraudulenta, ya que su objetivo no es conocer y amar a Dios, sino recibir alguna ganancia personal. En otras palabras, si pretendo seguir alguna religión, pero no sé quién es Dios ni cómo amarlo, entonces estoy practicando una religión fraudulenta. En lo que atañe a la religión cristiana, hay suficientes oportunidades para comprender a Dios, pero nadie las está aprovechando. Por ejemplo, en la Biblia se encuentra el mandamiento «No matarás», pero los cristianos han construido los mejores mataderos del mundo. ¿Cómo pueden volverse conscientes de Dios si desobedecen los mandamientos de Jesucristo? Y esto no está ocurriendo únicamente en la religión cristiana, sino también en todas las demás religiones. El titulo «hindú», «musulmán», o «cristiano» es simplemente un rótulo. Ninguno de ellos sabe quién es Dios ni cómo amarlo.

Sandy Nixon: ¿Cómo se puede distinguir a un maestro espiritual genuino de un impostor?

Śrīla Prabhupāda: Quienquiera que enseñe la manera de conocer a Dios y amarlo es un maestro espiritual. A veces los sinvergüenzas y farsantes descarrían a la gente. Ellos declaran: «Yo soy Dios», y la gente que no sabe qué es Dios, les cree. Debemos ser estudiantes serios para entender quién es Dios y cómo amarlo. De lo contrario, sólo perderemos el tiempo. Así que la diferencia entre nosotros y los demás es que nosotros somos el único movimiento que realmente puede enseñar cómo conocer a Dios y amarlo. Estamos presentando la ciencia de cómo se puede conocer a Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, practicando las enseñanzas de la Bhagavad-gītā y del Śrīmad-Bhāgavatam, que nos enseñan que nuestro único deber es amar a Dios. No nos corresponde pedirle a Dios que satisfaga nuestras necesidades. Dios da a cada quien lo que necesita, incluso a los que no siguen ninguna religión. Los perros y los gatos, por ejemplo, no siguen ninguna religión; sin embargo, Kṛṣṇa les proporciona todo lo que necesitan. Entonces, ¿por qué hemos de molestar a Kṛṣṇa para pedirle nuestro pan de cada día? Él ya lo está proveyendo. Verdadera religión significa aprender a amarlo. El Śrīmad-Bhāgavatam (1.2.6) dice:

sa vai puṁsāṁ paro dharmo
yato bhaktir adhokṣaje
ahaituky apratihatā
yayātmā su-prasīdati

La religión de primera clase enseña a amar a Dios sin ninguna motivación. Si sirvo a Dios esperando una ganancia, eso es un negocio, no amor. El verdadero amor por Dios es ahaituky apratihatā:no lo puede detener ninguna causa material. Es incondicional. No hay ningún impedimento para alguien que verdaderamente quiere amar a Dios. Se Le puede amar aunque se sea pobre o rico, joven o viejo, negro o blanco.

Sandy Nixon: ¿Conducen todos los senderos al mismo fin?

Śrīla Prabhupāda: No. Hay cuatro clases de hombres - los karmīs, los jñānīs, los yogīs y los bhaktas - , y cada uno alcanza una meta diferente. Los karmīs trabajan por alguna ganancia material. Por ejemplo, en la ciudad, mucha gente trabaja arduamente día y noche, y su intención es obtener algún dinero. Así que ellos son trabajadores fruitivos, o karmīs. El jñānī es una persona que piensa: «¿Por qué estoy trabajando tan arduamente? Las aves, las abejas, los elefantes y otras criaturas, no tienen ninguna profesión, y sin embargo también comen. Entonces, ¿por qué debo trabajar tan duro innecesariamente? Trataré de resolver los problemas de la vida (el nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades)». Los jñānīs tratan de volverse inmortales. Piensan que, si se fusionan con la existencia de Dios, se volverán inmunes al nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades. Y los yogīs tratan de adquirir poderes místicos para hacer alguna exhibición maravillosa. Por ejemplo, el yogī puede hacerse muy pequeño: si lo encerramos en una habitación, puede salirse por cualquier espacio pequeño. Al mostrar este tipo de magia, el yogī es aceptado inmediatamente como un hombre muy maravilloso. Por supuesto que los yogīs modernos sólo exhiben cierta gimnasia, no tienen ningún poder verdadero. Pero el verdadero yogī tiene cierto poder que no es espiritual, sino material. Así que el yogī quiere poder místico, el jñānī quiere salvarse de los sufrimientos de la vida, y el karmī quiere ganancias materiales. Pero el bhakta, el devoto, no quiere nada para sí. Él únicamente quiere servir a Dios por amor, tal como una madre sirve a su hijo. En el servicio que una madre ofrece a su hijo no se piensa en ganancia. Ella lo cuida por afecto y amor puros.

La perfección consiste en llegar a esa etapa de amor por Dios. Ni el karmī, ni el jñānī, ni el yogī pueden conocer a Dios; sólo el bhakta puede. Como dice Kṛṣṇa en la Bhagavad-gītā (18.55): bhaktyā mām abhijānāti: «Sólo siguiendo el proceso de bhakti se puede entender a Dios». Kṛṣṇa nunca dice que podemos entenderlo mediante otros procesos. No. Sólo a través del bhakti. Siestamos interesados en conocer y amar a Dios, debemos aceptar el proceso devocional. Ningún otro proceso nos ayudará.

Sandy Nixon: ¿Qué transformación se experimenta...?

Śrīla Prabhupāda: Ninguna transformación: su conciencia original es conciencia de Kṛṣṇa. Ahora su conciencia está cubierta con muchísima basura. Tiene que limpiarla, y entonces se volverá conciencia de Kṛṣṇa. Nuestra conciencia es como el agua. El agua es por naturaleza clara y transparente, pero a veces se enloda. Si se filtra todo el lodo que hay en el agua, ésta recobrará su estado original, claro y transparente.

Sandy Nixon: ¿Puede uno desenvolverse mejor en la sociedad al volverse consciente de Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: Sí. Usted puede ver que mis discípulos no son borrachos ni comen carne, y, desde un punto de vista fisiológico, son muy limpios: nunca los atacarán enfermedades graves. Realmente, dejar de comer carne no es cuestión de conciencia de Kṛṣṇa, sino de vida humana civilizada. Dios ha dado a la sociedad humana tantas cosas para comer: buenas frutas, verduras, cereales y leche de primera clase. Con la leche, uno puede preparar cientos de comidas nutritivas, pero nadie conoce el arte de cómo hacerlo. En cambio, la gente mantiene grandes mataderos, y come carne. Ni siquiera es civilizada. Cuando el hombre es incivilizado, mata a los pobres animales y se los come.

Los hombres civilizados conocen el arte de preparar comidas nutritivas a base de leche. Por ejemplo, en nuestra finca de Nueva Vṛndāvana en Virginia Occidental, hacemos cientos de platos de primera clase a base de leche. Siempre que llegan visitantes, se asombran de que se puedan preparar comidas tan sabrosas a base de leche. La sangre de la vaca es muy nutritiva, pero los hombres civilizados la utilizan en forma de leche. La leche no es más que la sangre de la vaca, transformada. Se puede convertir la leche en tantas cosas: yogur, cuajada, ghī (mantequilla clarificada), etc.; y combinando estos productos lácteos con cereales, frutas y verduras, se pueden elaborar cientos de platos. Eso es vida civilizada; no el matar directamente al animal y comerse su carne. La inocente vaca simplemente come el pasto que Dios le da y suministra leche, siendo ésta suficiente para que podamos vivir. ¿Cree usted que es civilizado degollarla y comerse su carne?

Sandy Nixon: No. Estoy de acuerdo con usted ciento por ciento... Tengo mucha curiosidad por saber algo: ¿se pueden aceptar los Vedas tanto simbólica como literalmente?

Śrīla Prabhupāda: No deben aceptarse simbólicamente, sino tal como son. Por eso estamos presentando la Bhagavad-gītā tal como es.

Sandy Nixon: ¿Está usted tratando de revivir en Occidente el antiguo sistema hindú de castas? La Gītā menciona el sistema de castas...

Śrīla Prabhupāda: ¿Dónde menciona la Bhagavad-gītā el sistema de castas? Kṛṣṇa dice: cātur-varṇyaṁ mayā sṛṣṭam guṇa-karma-vibhāgaśaḥ: «Yo creé cuatro clases de hombres conforme a su naturaleza y trabajo» (Bg. 4.13). Por ejemplo, puede ver que en la sociedad hay tanto ingenieros como médicos. ¿Diría usted que ellos pertenecen a diferentes castas, que uno pertenece a la casta de los ingenieros y el otro a la casta de los médicos? No. Si un hombre se ha capacitado en la facultad de medicina, se le acepta como médico; y si otro tiene un título de ingeniero, se le acepta como tal. Asimismo, la Bhagavad-gītā define cuatro clases de hombres en la sociedad: la clase de los hombres sumamente inteligentes, la clase de los administradores, la clase de los hombres productivos, y los trabajadores comunes. Estas divisiones son naturales. Por ejemplo, una clase de hombres es muy inteligente. Pero, los integrantes de esa clase deben prepararse, para poder reunir verdaderamente las aptitudes que en la Bhagavad-gītā se atribuyen a los hombres de primera clase, tal como un joven inteligente necesita prepararse en la universidad para volverse un médico competente. Así que en el movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa estamos enseñando a los hombres inteligentes a controlar su mente y sus sentidos, a volverse sabios, veraces, limpios interna y externamente, a aplicar su conocimiento en la vida práctica, y a volverse conscientes de Dios. Todos estos jóvenes (señala a unos discípulos que están en la habitación) tienen inteligencia de primera clase, y ahora los estamos educando para que la usen correctamente.

No estamos introduciendo el sistema de castas, en el que cualquier sinvergüenza nacido en una familia brāhmaṇa es automáticamente un brāhmaṇa. Aunque tenga los hábitos de un hombre de quinta clase, se le acepta como si fuera de primera clase por haber nacido en una familia brāhmaṇa. Nosotros no aceptamos eso. Reconocemos que un hombre es de primera clase si ha sido educado como brāhmaṇa. No importa si él es hindú, europeo o americano, plebeyo o noble; no importa. Todo hombre inteligente puede ser educado para que adopte hábitos de primera clase. Queremos acabar con la absurda idea de que estamos imponiendo el sistema de castas de la India a nuestros discípulos. Simplemente estamos seleccionando a hombres con inteligencia de primera clase, y los estamos educando para que se vuelvan de primera clase en todos los aspectos.

Sandy Nixon: ¿Qué le parece la liberación femenina?

Śrīla Prabhupāda: La supuesta igualdad de derechos para las mujeres significa que los hombres las engañan. Supongamos que una mujer y un hombre se conocen, se vuelven amantes, tienen relaciones sexuales, la mujer queda embarazada, y el hombre se va. La mujer tiene que encargarse del niño y pedir limosna al gobierno, o si no, aborta, matando al niño. Así es la independencia de la mujer. En la India, aunque una mujer sea muy pobre, permanece bajo el cuidado de su esposo, y él se responsabiliza de ella. Cuando ella queda embarazada, no es forzada a matar al niño o a mendigar para mantenerlo. Por consiguiente, ¿qué constituye la verdadera independencia: permanecer bajo el cuidado del esposo, o ser disfrutada por todos?

Sandy Nixon: Y en cuanto a la vida espiritual: ¿pueden también las mujeres tener éxito en el proceso de la conciencia de Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: No hacemos distinción alguna en base al sexo. Brindamos conciencia de Kṛṣṇa por igual a los hombres y a las mujeres. Damos la bienvenida a mujeres y hombres, pobres y ricos: a todos. Kṛṣṇa dice en la Bhagavad-gītā (5.18):

vidyā-vinaya-sampanne
brāhmaṇe gavi hastini
śuni caiva śva-pāke ca
paṇḍitāḥ sama-darśinaḥ

«Los sabios humildes, en virtud del conocimiento verdadero, ven con la misma visión a un manso y erudito brāhmaṇa, a una vaca, a un elefante, a un perro y a un comeperros [paria]».

Sandy Nixon: ¿Podría usted explicar el significado del mantra Hare Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: Es muy simple. Hare significa: «¡Oh, energía del Señor!», y Kṛṣṇa significa: «¡Oh, Señor Kṛṣṇa!». Así como hay varones y hembras en el mundo material, de manera similar, Dios es el varón original (puruṣa), y Su energía (prakrti)es la hembra original. Así pues, cuando cantamos Hare Kṛṣṇa estamos diciendo: «¡Oh, Señor Kṛṣṇa!, ¡oh, energía de Kṛṣṇa!, por favor, ocupadme en Vuestro servicio».

Sandy Nixon: ¿Podría, por favor, contarme un poco sobre su vida y cómo supo que usted era el maestro espiritual del movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: Mi vida es sencilla. Estaba casado y tenía esposa e hijos - ahora tengo nietos - , y entonces mi maestro espiritual me ordenó ir a los países occidentales y predicar el culto de la conciencia de Kṛṣṇa. Así que dejé todo por orden de mi maestro espiritual, y ahora estoy tratando de cumplir su orden y las órdenes de Kṛṣṇa.

Sandy Nixon: ¿Qué edad tenía usted cuando él le dijo que fuera a Occidente?

Śrīla Prabhupāda: Él me ordenó en nuestro primer encuentro que predicara la conciencia de Kṛṣṇa en Occidente. Yo tenía entonces veinticinco años, estaba casado y tenía dos hijos. Hice todo lo posible por cumplir sus órdenes, y empecé a dirigir la revista De regreso a Dios en 1944, cuando todavía estaba casado. Empecé a escribir libros en 1959, después de retirarme de la vida familiar, y en 1965 vine a los Estados Unidos.

Sandy Nixon: Usted ha dicho que no es Dios, y, sin embargo, me parece, como espectadora, que sus devotos lo tratan como si fuera Dios.

Śrīla Prabhupāda: Sí, ése es su deber. Ya que el maestro espiritual está ejecutando la orden de Dios, debe ser respetado al mismo nivel que Dios, tal como un funcionario del gobierno debe ser respetado al nivel del gobierno mismo, porque ejecuta la orden del gobierno. Si viene un simple policía, hay que ofrecerle respeto, ya que es un representante del gobierno. Pero eso no significa que él sea el gobierno. Sākṣād-dharitvena samasta- śāstrair/ uktas tathā bhavyata eva sadbhiḥ: «El maestro espiritual debe ser honrado al mismo nivel que el Señor Supremo, porque es el servidor más íntimo del Señor. Así lo reconocen todas las Escrituras reveladas y lo siguen todas las autoridades».

Sandy Nixon: También me pregunto acerca de las numerosas y bellas cosas materiales que los devotos le traen. Por ejemplo, usted salió del aeropuerto en un hermoso coche de lujo. Me pregunto sobre esto, porque...

Śrīla Prabhupāda: Eso enseña a los discípulos a considerar al maestro espiritual casi como si fuese Dios. Si se respeta al representante del gobierno tanto como se respeta al propio gobierno, dicho representante deberá ser tratado con opulencia. Si se respeta al maestro espiritual tanto como a Dios mismo, entonces han de ofrecérsele las mismas cosas que se le ofrecerían a Dios. Dios viaja en un coche de oro. Si los discípulos ofrecen al maestro espiritual un coche común y corriente, no sería suficiente, ya que el maestro espiritual tiene que ser tratado como si fuera Dios. Si Dios fuera a su casa, ¿le traería un coche corriente o le brindaría un coche de oro?

Sandy Nixon: Uno de los aspectos más difíciles del proceso de conciencia de Kṛṣṇa para un extraño es aceptar a la Deidad del templo, es decir, el hecho de que representa a Kṛṣṇa. ¿Podría usted hablar un poco sobre eso?

Śrīla Prabhupāda: Sí. Actualmente, debido a que usted no se ha educado para ver a Kṛṣṇa, Él aparece bondadosamente ante usted para que Lo pueda ver. Usted puede ver la madera y la piedra, pero no puede ver lo espiritual. Supongamos que su padre está en el hospital y muere. Usted está llorando a su cabecera, diciendo: «¡Ahora mi padre se ha ido!». Pero, ¿por qué dice que se ha ido? ¿Qué es eso que se ha ido?

Sandy Nixon: Bueno, su espíritu se ha ido.

Śrīla Prabhupāda: ¿Y ha visto usted ese espíritu?

Sandy Nixon: No.

Śrīla Prabhupāda: Así que no puede ver el espíritu, y Dios es el Espíritu Supremo. En realidad, Él lo es todo - espíritu y materia - , pero usted no puede verlo en Su identidad espiritual. Por lo tanto, gracias a Su misericordia ilimitada, y para ser bondadoso con usted, Él aparece en la forma de una Deidad de madera o de piedra para que usted pueda verlo.

Sandy Nixon: Muchísimas gracias.

Śrīla Prabhupāda: ¡Hare Kṛṣṇa!

«Verdadero avance significa conocer a Dios»

Los conceptos que tiene el hombre moderno acerca de Dios son muchos y variados. Los niños tienden a imaginarlo como un anciano de barba blanca. Muchos adultos consideran a Dios como una fuerza invisible, o como un concepto mental, o el amor, el universo, o incluso uno mismo. En esta conferencia, Śrīla Prabhupāda describe detalladamente el concepto de la filosofía de conciencia de Kṛṣṇa: una fascinante visión íntima de Dios.

Damas y caballeros, les agradezco mucho su amable participación en este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa. Cuando esta asociación fue registrada en 1966, en Nueva York, un amigo sugirió que la llamáramos Asociación para la Conciencia de Dios. Él pensó que el nombre «Kṛṣṇa» era sectario. El diccionario también dice que «Kṛṣṇa» es el nombre de un dios hindú. Pero, si en verdad hay algún nombre que pueda atribuirse a Dios, es «Kṛṣṇa».

En realidad, Dios no tiene ningún nombre en particular. Al decir que Él no tiene nombre, queremos decir que nadie sabe cuántos nombres tiene. Ya que Dios es ilimitado, Sus nombres también deben serlo. Por lo tanto, no podemos escoger únicamente un nombre. Por ejemplo, a Kṛṣṇa a veces se Le llama Yaśodā-nandana, el hijo de madre Yaśodā; o Devakī-nandana, el hijo de Devakī; o Vasudeva-nandana, el hijo de Vasudeva; o Nanda-nandana, el hijo de Nanda. A veces se Le llama Pārtha-sārathi, indicando que actuó como auriga de Arjuna, llamado a veces Pārtha, el hijo de Pṛtha.

Dios tiene muchas relaciones con Sus numerosos devotos, y, de acuerdo con ellas, recibe diferentes nombres. Ya que Él tiene innumerables devotos e innumerables relaciones con ellos, también tiene innumerables nombres. No podemos limitarnos a un solo nombre. Pero el nombre «Kṛṣṇa» significa «supremamente atractivo». Dios atrae a todos; ésa es la definición de «Dios». Hemos visto muchos cuadros de Kṛṣṇa, y vemos que Él atrae a las vacas, los terneros, las aves, las fieras, los árboles, las plantas, e incluso al agua de Vṛndāvana. Él es atractivo para los pastores de vacas, para las gopīs, para Nanda Mahārāja, para los Pāṇḍavas, y para toda la sociedad humana. Por lo tanto, si hay algún nombre en particular que pueda darse a Dios, ese nombre es «Kṛṣṇa».

Parāśara Muni, un gran sabio y padre de Vyāsadeva (quien recopiló todas las Escrituras védicas), dio la siguiente definición de Dios:

aiśvaryasya samagrasya
vīryasya yaśasaḥ śriyaḥ
jñāna-vairāgyayoś caiva
ṣaṇṇaṁ bhaga itīṅganā

[Viṣṇu Purāṇa 6.5.47]

Así pues, Bhagavān, la Suprema Personalidad de Dios, es definido por Parāśara Muni como aquel que tiene seis opulencias en plenitud: plena fuerza, fama, riqueza, conocimiento, belleza y renunciación.

Bhagavān, la Suprema Personalidad de Dios, es el propietario de todas las riquezas. Hay muchos hombres ricos en el mundo, pero ninguno puede afirmar poseer todas las riquezas. Tampoco puede alguien pretender que no hay nadie más rico que él. Sin embargo, el Śrīmad-Bhāgavatam nos indica que cuando Kṛṣṇa estuvo presente en esta Tierra tenía 16.108 esposas, y cada una vivía en un palacio hecho de mármol y adornado con joyas. Los aposentos estaban llenos de muebles de marfil y oro, y había gran opulencia en todas partes. Todas estas descripciones se dan vívidamente en el Śrīmad-Bhāgavatam. En la historia de la sociedad humana, no podemos encontrar a nadie que haya tenido dieciséis mil esposas o dieciséis mil palacios. Además, Kṛṣṇa no visitaba a una esposa un día y a otra al día siguiente. No, Él estaba presente personalmente y al mismo tiempo en todos los palacios, lo cual significa que Él se expandía en 16.108 formas. Es imposible que un hombre común haga esto; pero no es muy difícil para Dios. Si Dios es ilimitado, puede expandirse en un número ilimitado de formas; de no ser así, la palabra «ilimitado» no tendría sentido. Dios es omnipotente. Él no sólo puede mantener a dieciséis mil esposas, sino a dieciséis millones, y aun así no tener ninguna dificultad; de lo contrario, la palabra «omnipotente» no tendría sentido.

Todas éstas son características atractivas. En este mundo material sabemos por experiencia que un hombre es atractivo si es muy rico. En Norteamérica, por ejemplo, Rockefeller y Ford son muy atractivos a causa de sus riquezas. Ellos son atractivos aunque no posean toda la riqueza del mundo. ¡Cuánto más atractivo es entonces Dios, que es el poseedor de todas las riquezas!

De manera similar, Kṛṣṇa tiene fuerza ilimitada. Él manifestó Su fuerza desde el momento de Su nacimiento. Cuando Kṛṣṇa tenía sólo tres meses de edad, la demonia Pūtanā intentó matarlo, pero, en vez de eso, fue muerta por Kṛṣṇa. Así es Dios. Dios es Dios desde el principio. Él no se convierte en Dios mediante algún tipo de meditación o poder místico. Kṛṣṇa no es ese tipo de Dios. Kṛṣṇa era Dios desde el mismo comienzo de Su advenimiento.

Kṛṣṇa también tiene fama ilimitada. Por supuesto, nosotros somos devotos de Kṛṣṇa y Lo conocemos y glorificamos, pero, aparte de nosotros, hay muchos millones de personas en el mundo que conocen la fama de la Bhagavad-gītā. La Bhagavad-gītā la leen filósofos, psicólogos y religiosos de todos los países, en todas partes del mundo. También nosotros tenemos muy buenas ventas de nuestra Bhagavad-gītā tal como es. Esto se debe a que el producto es oro puro. Hay muchas ediciones de la Bhagavad-gītā, pero no son puras. La nuestra se está vendiendo más porque estamos presentando la Bhagavad-gītā tal como es. La fama de la Bhagavad-gītā es la fama de Kṛṣṇa.

Kṛṣṇa posee ilimitadamente otra opulencia: la belleza. El propio Kṛṣṇa es muy hermoso, y también lo son todos Sus acompañantes. Aquellos que fueron piadosos en una vida anterior reciben la oportunidad, en este mundo material, de nacer en buenas familias y en buenas naciones. Los norteamericanos son muy ricos y hermosos, y estas opulencias son el resultado de actividades piadosas. En todas partes del mundo, la gente está atraída a los norteamericanos, porque son adelantados en conocimiento científico, riqueza, belleza, etc. Este planeta es insignificante en el universo; sin embargo, dentro de este planeta, un país - Norteamérica - tiene muchísimas características atractivas. Podemos simplemente imaginarnos, entonces, cuántas características atractivas debe de poseer Dios, que es el creador de toda la manifestación cósmica. ¡Cuán hermoso debe de ser Él, que ha creado toda la belleza!

Una persona es atractiva no sólo por su belleza, sino también por su conocimiento. Un científico o filósofo puede que sea atractivo a causa de su conocimiento, pero ¿qué conocimiento es más sublime que el que ha dado Kṛṣṇa en la Bhagavad-gītā?No hay nada en el mundo que se compare con ese conocimiento. Al mismo tiempo, Kṛṣṇa posee plena renunciación (vairāgya). En este mundo material hay muchísimas cosas que están funcionando bajo la dirección de Kṛṣṇa, pero, en realidad, Kṛṣṇa no está presente aquí. Una gran fábrica puede continuar funcionando aunque el propietario no esté presente. Igualmente, las potencias de Kṛṣṇa funcionan bajo la dirección de Sus asistentes, los semidioses. Así pues, Kṛṣṇa mismo está apartado del mundo material. Todo esto está descrito en las Escrituras reveladas.

Por consiguiente, Dios tiene muchos nombres según Sus actividades, pero recibe el nombre de «Kṛṣṇa» porque posee muchísimas opulencias y porque con esas opulencias atrae a todos. Las Escrituras védicas afirman que Dios tiene muchos nombres, pero que «Kṛṣṇa» es el principal de ellos.

El objetivo de este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa es propagar el nombre de Dios, las glorias de Dios, las actividades de Dios, la belleza de Dios y el amor de Dios. Hay muchas cosas en este mundo material, y todas ellas están presentes en Kṛṣṇa. El aspecto más notable de este mundo material es la vida sexual, y esto también se encuentra en Kṛṣṇa. Nosotros adoramos a Rādhā y Kṛṣṇa, y existe una atracción entre Ellos, pero la atracción material y la atracción espiritual no son iguales. En Kṛṣṇa, la vida sexual es real, pero aquí, en el mundo material, es irreal. Todo aquello con lo que nos relacionamos aquí existe en el mundo espiritual; pero aquí no tiene ningún valor real. Es tan sólo un reflejo. En los escaparates de las tiendas vemos muchos maniquíes, pero nadie se preocupa por ellos, porque todos saben que son falsos. Puede que un maniquí sea muy hermoso, pero aun así es falso. Sin embargo, la gente se siente atraída cuando ve a una mujer hermosa, porque piensa que es real. En verdad, los supuestos vivos también están muertos, porque este cuerpo es simplemente una masa de materia; tan pronto como el alma abandona el supuesto cuerpo hermoso de una mujer, a nadie le interesará verlo. El verdadero factor, la verdadera fuerza atractiva, es el alma espiritual.

En el mundo material, todo está hecho de materia muerta; por eso, es simplemente una imitación. La realidad de las cosas existe en el mundo espiritual. Aquellos que han leído la Bhagavad-gītā pueden entender cómo es el mundo espiritual, porque ahí se describe:

paras tasmāt tu bhāvo ’nyo
’vyakto ’vyaktāt sanātanaḥ
yaḥ sa sarveṣu bhūteṣu
naśyatsu na vinaśyati

«Sin embargo, existe otra naturaleza no manifiesta, que es eterna y trascendental a esta materia manifestada y no manifestada. Es suprema y nunca es aniquilada. Cuando todo en este mundo es aniquilado, esa parte permanece tal como es» (Bg. 8.20).

Los científicos están tratando de calcular el largo y ancho de este mundo material, pero ni siquiera pueden empezar a hacerlo. Se demorarán miles de años en sólo viajar a la estrella más cercana. Y, ¿qué decir del mundo espiritual? Ya que no podemos conocer el mundo material, ¿cómo podremos conocer lo que está más allá de él? El caso es que debemos aprender lo que enseñan las fuentes autoritativas.

La fuente más autoritativa es Kṛṣṇa, porque Él es el manantial de todo el conocimiento. Nadie es más sabio ni más conocedor que Kṛṣṇa. Kṛṣṇa nos informa de que más allá de este mundo material hay un cielo espiritual en el que hay innumerables planetas. Ese cielo es muchísimo más grande que el espacio material, el cual constituye sólo una cuarta parte de la creación total. En forma similar, las entidades vivientes del mundo material sólo constituyen una pequeña porción de las entidades vivientes de toda la creación. Este mundo material se asemeja a una prisión, y, así como los prisioneros representan sólo un pequeño porcentaje de la población total, de la misma manera, las entidades vivientes del mundo material constituyen apenas una porción fragmentaria de todas las entidades vivientes.

Aquellos que se han rebelado contra Dios, que son criminales, son puestos en este mundo material. A veces los criminales dicen que no les importa el gobierno, pero, no obstante, son arrestados y castigados. De la misma manera, las entidades vivientes que declaran su enfrentamiento a Dios son colocadas en el mundo material.

Originalmente, todas las entidades vivientes son partes integrales de Dios y están relacionadas con Él tal como los hijos están relacionados con su padre. Los cristianos también ven a Dios como el padre supremo. Los cristianos van a la iglesia y oran: «Padre nuestro, que estás en los cielos». El concepto de Dios como padre se encuentra también en la Bhagavad-gītā (14.4):

sarva-yoniṣu kaunteya
mūrtayaḥ sambhavanti yāḥ
tāsāṁ brahma mahad yonir
ahaṁ bīja-pradaḥ pitā

«¡Oh, hijo de Kuntī!, has de saber que todas las especies de vida aparecen mediante su nacimiento en esta naturaleza material, y que Yo soy el padre que aporta la simiente».

Hay 8.400.000 especies de vida, entre las cuales se incluyen los seres acuáticos, los vegetales, las aves, las fieras, los insectos y los seres humanos. La mayoría de las especies humanas son incivilizadas, y, de las pocas especies civilizadas que hay, sólo un pequeño número de seres humanos adopta la vida religiosa. De entre muchos supuestos religiosos, la mayoría se identifican con designaciones como: «Soy hindú», «Soy, musulmán», «Soy cristiano», etc. Algunos se dedican a obras filantrópicas, y otros ayudan a los pobres y abren escuelas y hospitales. Ese proceso altruista se llama karma-kāṇḍa. De entre millones de esos karma-kāṇḍīs, puede que haya un jñānī («alguien que sabe»). De entre millones de jñānīs, puede que uno esté liberado; y de entre miles de millones de almas liberadas, puede que una sea capaz de comprender a Kṛṣṇa. Ésta es entonces la posición de Kṛṣṇa. Tal como dice el propio Kṛṣṇa en la Bhagavad-gītā (7.3):

manuṣyāṇāṁ sahasreṣu
kaścid yatati siddhaye
yatatām api siddhānāṁ
kaścin māṁ vetti tattvataḥ

«De entre muchos miles de hombres, puede que uno se esfuerce por alcanzar la perfección; y de aquellos que han logrado la perfección, difícilmente uno Me conoce en verdad».

Así pues, entender a Kṛṣṇa es muy difícil. Pero, aunque entender a Dios es una cuestión difícil, Dios se explica a Sí mismo en la Bhagavad-gītā. Éldice: «Yo soy así y asá. La naturaleza material es de esta manera, y la naturaleza espiritual es de esta otra. Las entidades vivientes son así, y el Alma Suprema es asá». Así pues, todo se describe completamente en la Bhagavad-gītā. Aunque entender a Dios es muy difícil, no lo es cuando Dios mismo nos da Su propio conocimiento. Ése es realmente el único proceso para entender a Dios. No es posible entender a Dios con nuestras propias especulaciones, pues Dios es ilimitado y nosotros somos limitados. Tanto nuestro conocimiento como nuestra percepción son muy limitados, así que ¿cómo podemos entender lo ilimitado? Si aceptamos la versión del ilimitado, podremos entonces comprenderlo. Ese entendimiento será nuestra perfección.

El conocimiento especulativo acerca de Dios no nos llevará a ninguna parte. Si un joven quiere saber quién es su padre, el proceso más sencillo es que lo pregunte a su madre. La madre entonces le dirá: «Éste es tu padre». Ésa es la forma de adquirir conocimiento perfecto. Por supuesto que alguien puede especular sobre quién es su padre, preguntándose si es este hombre o aquél, y también puede rondar por toda la ciudad preguntando: «¿Es usted mi padre? ¿Es usted mi padre?». Sin embargo, el conocimiento resultante de ese proceso será siempre imperfecto. Nunca encontrará así a su padre. El proceso sencillo consiste en que el conocimiento se reciba de una autoridad, en este caso, la madre. Ella simplemente dice: «Mi querido hijo, éste es tu padre». De esa manera, nuestro conocimiento es perfecto. Con el conocimiento trascendental ocurre lo mismo. Anteriormente estuve hablando de un mundo espiritual. Ese mundo espiritual no está sujeto a nuestra especulación. Dios dice: «Hay un mundo espiritual, y ahí es donde Yo vivo». Nosotros recibimos así el conocimiento que da Kṛṣṇa, la mejor autoridad. Puede que no seamos perfectos, pero nuestro conocimiento es perfecto porque lo recibimos de la fuente perfecta.

El objetivo del movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa es dar conocimiento perfecto a la sociedad humana. Con dicho conocimiento se puede entender quién es uno, quién es Dios, qué es el mundo material, por qué hemos venido aquí, por qué debemos padecer tantos sufrimientos y tribulaciones, y por qué tenemos que morir. Por supuesto que nadie quiere morir, pero la muerte vendrá. Nadie quiere volverse viejo, pero aun así llega la vejez. Nadie quiere sufrir enfermedades, pero éstas llegan con seguridad. Éstos son los verdaderos problemas de la vida humana, y aún están por resolverse. La civilización intenta mejorar el comer, el dormir, el aparearse y el defenderse, pero éstos no son los verdaderos problemas. El hombre duerme, y el perro duerme. El hombre no es más avanzado simplemente por tener un bello apartamento. En ambos casos, la actividad es la misma: dormir. El hombre ha descubierto armas atómicas para defenderse, pero el perro tiene dientes y garras y también puede defenderse. En ambos casos existe la defensa. El hombre no puede decir que, debido a que tiene la bomba atómica, puede conquistar el mundo entero o el universo entero. Eso no es posible. Puede que el hombre posea complicados métodos de defensa, o un espléndido método para comer, dormir o aparearse, pero eso no lo vuelve avanzado. Podemos decir que su avance es un animalismo refinado, y eso es todo.

Verdadero avance significa conocer a Dios. Si carecemos de conocimiento sobre Dios, no somos verdaderamente avanzados. Muchos sinvergüenzas niegan la existencia de Dios porque, si no hay Dios, ellos pueden continuar con sus actividades pecaminosas. Puede que les guste mucho pensar que no hay Dios, pero Dios no va a morir simplemente porque lo neguemos. Dios existe, y también Su administración. Por Sus órdenes salen el Sol y la Luna, fluye el agua, y el océano se rige por las mareas. De este modo, todo funciona bajo Su orden. Ya que todo está sucediendo tan bien, ¿cómo se puede pensar de una manera realista que Dios está muerto? Si hay mala administración, podemos decir que no hay gobierno; pero si hay una buena administración, ¿cómo podemos decir que no hay gobierno? Pero, sólo porque la gente no conoce a Dios, dicen que Dios está muerto, que no hay Dios, o que Dios no tiene forma. Pero nosotros estamos firmemente convencidos de que Dios existe, y de que Kṛṣṇa es Dios. Por lo tanto, lo estamos adorando. Ése es el proceso de la conciencia de Kṛṣṇa. Traten de entenderlo. Muchas gracias.

La reencarnación y más allá

En julio de 1976, Śrīla Prabhupāda estuvo por unas cuantas semanas en Bhaktivedanta Manor, veinticuatro kilómetros al norte de Londres. Durante esos días, Mike Robinson, de la London Broadcasting Company, lo entrevistó en su residencia. En la conversación que sostuvieron, que poco tiempo después fue trasmitida por la radio, Śrīla Prabhupāda reveló que el proceso de conciencia de Kṛṣṇa «no es cierto tipo de ceremonia ritual de “yo creo, tú crees”», sino un profundo sistema filosófico en el que se explica clara y concisamente la ciencia de la reencarnación.

Mike Robinson: ¿Podría decirme cuáles son sus creencias, cuál es la filosofía del movimiento Hare Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: La conciencia de Kṛṣṇa no es una cuestión de creencia; es una ciencia. El primer paso es conocer la diferencia entre un cuerpo vivo y uno muerto. ¿Cuál es la diferencia? La diferencia es que, cuando alguien muere, el alma espiritual, la fuerza vital, abandona el cuerpo, y por eso se dice que está «muerto». Así que hay dos cosas: una es este cuerpo, y la otra es la fuerza vital que está dentro del cuerpo. Nosotros hablamos de la fuerza vital que está dentro del cuerpo. Ésa es la diferencia entre la ciencia de la conciencia de Kṛṣṇa, que es espiritual, y la ciencia material. Por eso, al principio es sumamente difícil que un hombre común aprecie nuestro movimiento. Primero debe entender que él es un alma, algo diferente de su cuerpo.

Mike Robinson: Y, ¿cuándo entenderemos eso?

Śrīla Prabhupāda: Se puede entender en cualquier momento, pero requiere de un poco de inteligencia. Por ejemplo, el niño al crecer se vuelve un muchacho, el muchacho se vuelve un joven, el joven se vuelve un adulto, y el adulto se vuelve un anciano. Durante todo ese tiempo, aunque su cuerpo de niño se está transformando en el de anciano, él siente que es la misma persona, con la misma identidad. Fíjese, el cuerpo está cambiando, pero el ocupante del cuerpo, el alma, es el mismo. Así que, por lógica, deberíamos concluir que, cuando muera nuestro cuerpo actual, recibiremos otro. Esto se llama transmigración del alma.

Mike Robinson: Entonces, cuando la gente muere, ¿es sólo el cuerpo físico lo que muere?

Śrīla Prabhupāda: Sí. Eso se explica muy detalladamente en la Bhagavad-gītā (2.20): na jāyate mriyate vā kadācin... na hanyate hanyamāne śarīre.

Mike Robinson: ¿A menudo cita referencias?

Śrīla Prabhupāda: Sí. Nosotros citamos muchas referencias. El proceso de conciencia de Kṛṣṇa constituye una educación seria; no es una religión ordinaria. [Dirigiéndose a un devoto:] Busca ese verso en la Bhagavad-gītā.

Discípulo:

na jāyate mriyate vā kadācin
nāyaṁ bhūtvā bhavitā vā na bhūyaḥ
ajo nityaḥ śāśvato ’yaṁ purāṇo
na hanyate hanyamāne śarīre

[Bhagavad-gītā 2.20]

«Para el alma no existe el nacimiento ni la muerte en ningún momento. No empezó a existir en un momento del pasado, ni empieza a existir en el presente, ni empezará a existir en el futuro. Es innaciente, eterna, permanente y primigenia. No se la mata cuando se mata el cuerpo» (Bg. 2.20).

Mike Robinson: Muchas gracias por leer eso. Así que, ¿podría explicarme un poco más? Si el alma es inmortal, ¿volverán todas las almas a Dios después de la muerte?

Śrīla Prabhupāda: No necesariamente. Si alguien está capacitado - si se prepara durante esta vida para regresar al hogar, regresar a Dios - , entonces puede hacerlo. Si no se prepara, entonces recibe otro cuerpo material; y hay 8.400.000 diferentes formas corporales. Las leyes de la naturaleza dan un cuerpo adecuado según los deseos y el karma que se tengan. Es igual que cuando un hombre contrae alguna enfermedad y ésta se desarrolla. ¿Es difícil entender eso?

Mike Robinson: Es muy difícil entenderlo todo.

Śrīla Prabhupāda: Imagínese que alguien se ha contagiado de viruela. Así que, al cabo de siete días manifiesta los síntomas. ¿Cómo se llama ese período?

Mike Robinson: ¿Incubación?

Śrīla Prabhupāda: Incubación. Pues, no puede evitarlo. Si usted ha contraído alguna enfermedad, ésta se va a desarrollar por ley de la naturaleza. En forma similar, durante esta vida estamos en contacto con las diversas modalidades de la naturaleza material, y ese contacto determinará qué clase de cuerpo vamos a recibir en la vida siguiente. Eso ocurre estrictamente bajo las leyes de la naturaleza. Todos estamos controlados por las leyes de la naturaleza - dependemos completamente de ellas - , pero por ignorancia creemos que somos libres. No somos libres; nos imaginamos que somos libres, pero estamos completamente bajo las leyes de la naturaleza. Así pues, nuestras actividades - pecaminosas y piadosas, según sea el caso - determinarán nuestro siguiente nacimiento.

Mike Robinson: Su Gracia, ¿podría repetir brevemente lo que acaba de decir? Usted dijo que nadie es libre. ¿Está diciendo que, si vivimos una vida honrada, en cierto modo determinamos un buen futuro para nosotros?

Śrīla Prabhupāda: Sí.

Mike Robinson: Entonces, ¿tenemos libertad de elegir lo que consideremos importante? La religión es importante, porque, si creemos en Dios y vivimos una vida honrada...

Śrīla Prabhupāda: No es cuestión de creencia. No traiga ese punto a colación. Es una ley. Por ejemplo, hay un gobierno y puede que usted lo crea o no, pero, si usted viola la ley, será castigado por ese gobierno. Asimismo, ya sea que lo crea o no, Dios existe. Si no cree en Dios y por eso hace independientemente lo que le parece, entonces será castigado por las leyes de la naturaleza.

Mike Robinson: Comprendo. ¿Tiene alguna importancia la religión particular que sigamos? ¿Importaría que fuéramos devotos de Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: No es cuestión de religión, sino de ciencia. Somos seres espirituales, pero, debido a que estamos condicionados por lo material, estamos bajo las leyes de la naturaleza material. Así, usted puede creer en la religión cristiana y yo en la religión hindú, pero eso no significa que usted va a envejecer y yo no. Estamos hablando de la ciencia del envejecimiento. Ésa es una ley natural. No es que usted esté envejeciendo por ser cristiano, y yo no por ser hindú. Todo el mundo envejece, y, en forma similar, todas las leyes de la naturaleza son aplicables a todo el mundo. No importa si usted cree en esta religión o en la otra.

Mike Robinson: Entonces, ¿está usted diciendo que hay un solo Dios controlándonos a todos?

Śrīla Prabhupāda: Hay un solo Dios y la ley de una sola naturaleza, y todos estamos bajo la ley de esa naturaleza. Estamos controlados por el Supremo. Así que, pensar que somos libres o que podemos hacer lo que queramos es una necedad nuestra.

Mike Robinson: Comprendo. ¿Podría explicarme cuál es la ventaja de ser miembro del movimiento Hare Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: El movimiento Hare Kṛṣṇa es para los que tienen seriedad por entender esta ciencia. Nosotros no somos en absoluto un grupo sectario. No. Cualquiera puede unirse. Aceptamos estudiantes universitarios. No importa que sean cristianos, hindúes o musulmanes. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa acepta a todos los que quieran entender la ciencia de Dios.

Mike Robinson: Y ¿qué ventaja tendría para alguien ser educado como Hare Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: De esa forma empezaría su verdadera educación. Primero debe entender que es un alma espiritual y que debido a eso está cambiando de cuerpo. Ése es el abecé del entendimiento espiritual. Por consiguiente, no nos acabamos cuando el cuerpo se acaba y es aniquilado. Recibiremos otro cuerpo, como si cambiáramos de abrigo o de camisa. Si mañana usted viene a verme con una camisa y un abrigo diferentes, ¿significa eso que es usted otra persona? No. En forma similar, usted cambia de cuerpo cada vez que muere, pero usted, el alma espiritual que está dentro del cuerpo, sigue siendo el mismo. Este punto tiene que ser entendido; luego se puede avanzar más en la ciencia de la conciencia de Kṛṣṇa.

Mike Robinson: Empiezo a comprender, pero encuentro difícil entender qué relación tiene esto con la gran cantidad de su gente que vemos en el centro de Londres distribuyendo libros Hare Kṛṣṇa.

Śrīla Prabhupāda: Estos libros tienen por objetivo convencer a la gente sobre la necesidad de la vida espiritual.

Mike Robinson: Y, ¿verdaderamente no le interesa si ellos se unen o no al movimiento Hare Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: No importa; nuestra misión es educarlos. La gente ignora muchas cosas; está viviendo una felicidad ilusoria, pensando que, cuando el cuerpo muere, todo se acaba. Eso es una tontería.

Mike Robinson: Así que, básicamente, ¿sólo le interesa decirles que hay una dimensión espiritual en la vida?

Śrīla Prabhupāda: Nuestro principal interés es decirle a usted que no es el cuerpo; el cuerpo es su cobertura (su camisa y su abrigo), y dentro del cuerpo vive usted.

Mike Robinson: Sí, creo que ya entendí eso. Sigamos adelante. ¿Podría explicarme cómo es el proceso de la transmigración? Usted dijo que la vida después de la muerte depende de cómo vivamos ahora, y que hay leyes naturales que determinan nuestra vida siguiente.

Śrīla Prabhupāda: El proceso es muy sutil. El alma espiritual es invisible para nuestra visión material; es de tamaño atómico. Después de la destrucción del cuerpo denso, que está hecho de sentidos, sangre, huesos, grasa, etc., continúa actuando el cuerpo sutil, hecho de mente, inteligencia y ego. Así, en el momento de la muerte, ese cuerpo sutil lleva a la diminuta alma espiritual a otro cuerpo denso, de la misma manera en que el aire transporta las fragancias. Nadie puede ver de dónde viene la fragancia de las rosas, pero sabemos que el aire la transporta; no podemos ver cómo, pero está ocurriendo. En forma similar, el proceso de la transmigración del alma es muy sutil. Dependiendo de la condición de la mente en el momento de la muerte, la diminuta alma espiritual entra en el vientre de una madre en particular mediante el semen de un padre, y después desarrolla el tipo particular de cuerpo que le da la madre. Puede ser el de un ser humano, el de un gato, el de un perro, o cualquier otro.

Mike Robinson: ¿Está usted diciendo que antes de esta vida éramos otra cosa?

Śrīla Prabhupāda: Sí.

Mike Robinson: ¿Y, seguimos regresando cada vez como otra cosa?

Śrīla Prabhupāda: Sí, porque usted es eterno. Simplemente cambia de cuerpos conforme a sus actividades. Por lo tanto, debe querer saber cómo parar ese proceso, cómo permanecer en su cuerpo espiritual original. Eso es conciencia de Kṛṣṇa.

Mike Robinson: Comprendo. Entonces, si me vuelvo consciente de Kṛṣṇa, ¿no corro el riesgo de regresar como un perro?

Śrīla Prabhupāda: No. [Dirigiéndose a un devoto:] Busca este verso: janma karma ca me divyam...

Discípulo:

janma karma ca me divyam
evaṁ yo vetti tattvataḥ
tyaktvā dehaṁ punar janma
naiti mām eti so ’rjuna

«¡Oh, Arjuna!, aquel que conoce la naturaleza trascendental de Mi advenimiento y actividades, al abandonar el cuerpo no vuelve a nacer en este mundo material, sino que alcanza Mi morada eterna» (Bg. 4.9).

Śrīla Prabhupāda: Dios está diciendo: «Todo aquel que Me conoce se libera del nacimiento y la muerte». Pero no se puede entender a Dios mediante la especulación material. Eso no es posible. Primero se debe llegar al plano espiritual, y entonces se puede recibir la inteligencia necesaria para entender a Dios. Y cuando se entiende a Dios, no se reciben más cuerpos materiales. Se regresa al hogar, de vuelta a Dios, y se vive eternamente, para nunca más cambiar de cuerpo.

Mike Robinson: Comprendo. Ahora bien, usted ha leído sus Escrituras dos veces. ¿De dónde provienen esas Escrituras? ¿Podría explicarlo brevemente?

Śrīla Prabhupāda: Nuestras Escrituras provienen de la literatura védica, que ha existido desde el principio de la creación. Siempre que hay una nueva creación material - como este micrófono, por ejemplo - , también hay alguna literatura que explica cómo usarla. ¿No es así?

Mike Robinson: Correcto; sí la hay.

Śrīla Prabhupāda: Y esa literatura viene junto con la creación del micrófono.

Mike Robinson: Sí, correcto.

Śrīla Prabhupāda: En forma similar, las Escrituras védicas aparecen junto con la creación cósmica, para explicar cómo relacionarse con ella.

Mike Robinson: Entiendo. Entonces estas Escrituras han existido desde el principio de la creación. Bien, ahora pasemos a un tema sobre el cual creo que usted se encuentra muy convencido. ¿Cuál es la principal diferencia entre el proceso de conciencia de Kṛṣṇa y las demás disciplinas orientales que se enseñan en Occidente?

Śrīla Prabhupāda: La diferencia es que nosotros seguimos las Escrituras originales, y ellos están inventando sus propias escrituras. Ésa es la diferencia. Cuando surge alguna pregunta sobre temas espirituales, se deben consultar las Escrituras originales y no alguna escritura publicada por un farsante.

Mike Robinson: ¿Qué puede decirme sobre el canto de Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa...?

Śrīla Prabhupāda: Cantar Hare Kṛṣṇa es el proceso más fácil para purificarse, especialmente en esta era en la que la gente es tan torpe que no puede entender fácilmente el conocimiento espiritual. Si cantamos Hare Kṛṣṇa, nuestra inteligencia se purifica, y podemos así entender los temas espirituales.

Mike Robinson: ¿Me podría decir cómo se guía usted en lo que hace?

Śrīla Prabhupāda: Nosotros nos guiamos con las Escrituras védicas.

Mike Robinson: ¿Con las Escrituras que usted citó?

Śrīla Prabhupāda: Sí, todo está en esas Escrituras. Nosotros las estamos explicando en inglés, pero no estamos inventando nada. Si nos pusiéramos a elaborar conocimiento, todo se echaría a perder. Las Escrituras védicas puede decirse que se asemejan a la literatura que explica cómo instalar este micrófono. Dice: «Hágalo así: coloque algunos tornillos de este lado, alrededor del metal». No se puede hacer ningún cambio, porque entonces todo se echaría a perder. En forma similar, debido a que no estamos inventando nada, aquel que simplemente lee uno de nuestros libros recibe verdadero conocimiento espiritual.

Mike Robinson: ¿Cómo puede la filosofía de la conciencia de Kṛṣṇa afectar la manera en que vive la gente?

Śrīla Prabhupāda: Puede liberar a la gente del sufrimiento. La gente está sufriendo porque piensa equivocadamente que es el cuerpo. Si usted se siente el abrigo y la camisa y los lava cuidadosamente, pero se olvida de comer, ¿será usted feliz?

Mike Robinson: No, no lo sería.

Śrīla Prabhupāda: Asimismo, todos están únicamente lavando «el abrigo y la camisa» constituidos por el cuerpo, pero se olvidan del alma que está dentro del cuerpo. Ellos no tienen ninguna información de lo que hay dentro del «abrigo y la camisa» que constituye el cuerpo. Pregúntele a cualquiera: «¿Qué eres?». Y él contestará: «Soy inglés», o «Soy hindú». Y si le decimos: «Veo que tienes un cuerpo inglés o hindú, pero: ¿qué eres tú?”, entonces no podrá contestarnos.

Mike Robinson: Entiendo.

Śrīla Prabhupāda: Toda la civilización moderna funciona en base a la errónea creencia de que el cuerpo es la persona (dehātma-buddhi). Esta mentalidad es de perros y gatos. Supongamos que intento entrar en Inglaterra, y usted me detiene en la frontera y me dice: «Yo soy inglés, pero usted es hindú. ¿Por qué ha venido aquí?». Y el perro ladra: «Guau, guau, ¿por qué vienes?». Entonces, ¿cuál es la diferencia de mentalidad? El perro está pensando que él es un perro y que yo soy un desconocido, y usted está pensando que es un inglés y que yo soy un hindú. No hay diferencia de mentalidad. Por lo tanto, si usted mantiene a la gente en la oscuridad de una mentalidad perruna, pero declara que la civilización está avanzando, entonces está de lo más descarriado.

Mike Robinson: Ahora, pasando a otro tema, tengo entendido que el movimiento Hare Kṛṣṇa siente alguna preocupación por áreas del mundo donde hay sufrimiento.

Śrīla Prabhupāda: Sí, somos los únicos que nos preocupamos. Los demás sólo están evadiendo los problemas principales: el nacimiento, la vejez, las enfermedades y la muerte. Ellos no pueden solucionar estos problemas; simplemente están hablando toda clase de tonterías. La gente está siendo descarriada. Está siendo mantenida a oscuras. Empecemos a iluminarla un poco.

Mike Robinson: Sí, pero además de darle iluminación espiritual, ¿se preocupa usted también por el bienestar físico de la gente?

Śrīla Prabhupāda: El bienestar físico sigue automáticamente al bienestar espiritual.

Mike Robinson: Y ¿cómo ocurre eso?

Śrīla Prabhupāda: Imagínese que tiene un coche. Naturalmente, usted lo cuida tanto como a sí mismo, pero no se identifica con el coche. Usted no dice: «Yo soy este coche». Eso es una tontería. Pero la gente esta haciendo eso. Ellos cuidan demasiado «el vehículo» corporal, pensando que ellos mismos son el vehículo; y olvidan que son diferentes del coche, que son almas espirituales y que tienen un deber diferente. Así como nadie puede quedar satisfecho al beber gasolina, tampoco puede quedar satisfecho con las actividades corporales. Se debe encontrar el alimento adecuado para el alma. Si alguien piensa: «Soy un coche y debo tomar gasolina», se le considerará un demente. En forma similar, aquel que se siente el cuerpo y trata de ser feliz con los placeres corporales es también un demente.

Mike Robinson: Aquí hay una cita que me gustaría que comentara; sus seguidores me dieron estos libros antes de que viniera aquí, y una de las cosas que usted dice es: «La religión sin una base racional es tan sólo sentimentalismo». ¿Podría explicar eso?

Śrīla Prabhupāda: La mayoría de los religiosos dicen: «Nosotros creemos...» Pero, ¿de qué sirve esa creencia? Puede que usted crea en algo que no es realmente cierto. Por ejemplo, algunos cristianos dicen: «Creemos que los animales no tienen alma». Pero eso no es verdad. Ellos creen que los animales no tienen alma porque quieren comérselos, pero, en realidad, sí tienen alma.

Mike Robinson: ¿Cómo sabe usted que los animales sí tienen alma?

Śrīla Prabhupāda: Usted también puede saberlo. Ésta es la prueba científica: el animal come y usted come; el animal duerme y usted duerme; el animal tiene relaciones sexuales y usted tiene relaciones sexuales; el animal se defiende y usted también se defiende. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre usted y el animal? ¿Cómo puede decir que usted tiene alma pero los animales no?

Mike Robinson: Lo entiendo perfectamente. Pero en las Escrituras cristianas se dice. . .

Śrīla Prabhupāda: No traiga a colación ninguna Escritura; éste es un tema de sentido común. Trate de entender: el animal come y usted come; el animal duerme y usted duerme; el animal se defiende y usted se defiende; el animal tiene relaciones sexuales y usted tiene relaciones sexuales; los animales tienen hijos, y usted tiene hijos; ellos tienen un lugar donde vivir, y usted tiene un lugar donde vivir. Si se corta el cuerpo del animal, éste sangra; y si usted se corta, también sangra. Así que, encontramos mucha semejanza. Entonces, ¿por qué niega esta semejanza en particular: la presencia del alma? Esto no es lógico. ¿Ha estudiado lógica? En lógica hay algo que se llama analogía. Analogía significa llegar a una conclusión encontrando muchos puntos similares. Si hay tantos puntos similares entre los seres humanos y los animales, entonces, ¿por qué negar una semejanza particular? Eso no es lógica. Eso no es ciencia.

Mike Robinson: Pero si empleamos este argumento de otra manera...

Śrīla Prabhupāda: No hay otra manera. Si usted no razona en base a la lógica, es un ser irracional.

Mike Robinson: Sí, está bien, pero empecemos con otra hipótesis. Por ejemplo, supongamos que el ser humano no tiene alma. . .

Śrīla Prabhupāda: Entonces tiene que explicar la diferencia entre un cuerpo vivo y uno muerto. Ya expliqué eso al principio. Tan pronto como la fuerza vital, el alma, abandona el cuerpo, ni siquiera el cuerpo más hermoso tiene valor. A nadie le interesa y, por lo tanto, lo desechan. Pero si ahora le toco un cabello a usted, habrá una pelea. Ésa es la diferencia entre un cuerpo vivo y un cuerpo muerto. En un cuerpo vivo se encuentra el alma, pero no en un cuerpo muerto. Tan pronto como el alma abandona el cuerpo, éste pierde su valor; no sirve para nada. Esto es muy fácil de entender, pero incluso los mal llamados grandes científicos y filósofos son muy lerdos para entenderlo. La sociedad moderna se encuentra en una condición muy abominable. No hay hombres con verdadera inteligencia.

Mike Robinson: ¿Se está refiriendo a todos los científicos que no logran entender la dimensión espiritual de la vida?

Śrīla Prabhupāda: Sí. Ciencia verdadera significa conocimiento completo de todo, tanto de lo espiritual como de lo material.

Mike Robinson: Pero usted era químico antes de dedicarse a la vida religiosa, ¿no es cierto?

Śrīla Prabhupāda: Sí, anteriormente yo era químico. Pero no se necesita mucha inteligencia para ser químico. Cualquier hombre con sentido común puede serlo.

Mike Robinson: Pero probablemente usted cree que la ciencia material también es importante, a pesar de que los científicos actuales sean lerdos.

Śrīla Prabhupāda: La ciencia material es importante sólo hasta cierto punto, y no de manera absoluta.

Mike Robinson: Entiendo. ¿Podría regresar a una pregunta que tenía antes? Cuando estuvimos en desacuerdo hace pocos minutos, usted dijo: «No traiga las Escrituras a colación; sólo use el sentido común». Pero, ¿qué papel sí desempeñan las Escrituras en su religión? ¿Qué importancia tienen?

Śrīla Prabhupāda: Nuestra religión es una ciencia. Cuando decimos que un niño crece y se vuelve un adolescente, eso es ciencia. No es religión. Todos los niños se vuelven adolescentes. ¿Qué tiene que ver esto con la religión? Todo hombre muere. ¿Qué tiene que ver esto con la religión? Y cuando el hombre muere, el cuerpo queda inservible. ¿Qué tiene que ver esto con la religión? Esto es ciencia. Aunque uno sea cristiano, hindú o musulmán, su cuerpo se vuelve inservible cuando muere. Esto es ciencia. Cuando muere un pariente suyo, usted no puede decir: «Nosotros somos cristianos; creemos que no ha muerto». No, él ha muerto. No importa que usted sea cristiano, hindú o musulmán: él ha muerto. Así que, cuando hablamos, lo hacemos en base a esto: que el cuerpo es importante únicamente mientras el alma esté dentro de él. Cuando el alma no está ahí, es inservible. Esta ciencia es aplicable a todos, y estamos tratando de educar a la gente en base a esto.

Mike Robinson: Si le estoy entendiendo bien, me parece que usted está educando a la gente sobre una base puramente científica. Entonces, ¿en dónde entra la religión aquí?

Śrīla Prabhupāda: Religión también significa ciencia, pero la gente ha entendido equivocadamente que religión significa fe: «Yo creo». [Dirigiéndose a un devoto:] Busca la palabra religión en el diccionario.

Discípulo: El diccionario dice que religión es: «el reconocimiento de un control o poder sobrehumano, y especialmente de un Dios personal, a quien se le debe obediencia; y es la ejecución de ese reconocimiento con la actitud mental adecuada».

Śrīla Prabhupāda: Sí. Religión significa aprender a obedecer al controlador supremo. Así que, puede que usted sea cristiano y que yo sea hindú; eso no importa. Ambos debemos aceptar que hay un controlador supremo. Todos tienen que aceptarlo. Eso es verdadera religión. Pero no esto: «Creemos que los animales no tienen alma». Eso no es religión. Eso es muy anticientífico. Religión significa comprender científica-mente al controlador supremo: entender al controlador supremo y obedecerlo, eso es todo. En el Estado, es un buen ciudadano alguien que entiende al gobierno y obedece sus leyes, y un mal ciudadano es alguien a quien no le importa el gobierno. Por lo tanto, si usted se vuelve un mal ciudadano y hace caso omiso del gobierno de Dios, entonces es un irreligioso. Y si usted es buen ciudadano, entonces es religioso.

Mike Robinson: Comprendo. ¿Me podría decir cuál cree usted que sea el propósito de la vida? ¿Por qué existimos en realidad?

Śrīla Prabhupāda: El propósito de la vida es disfrutar. Pero ahora usted se encuentra en un plano falso de vida, y por eso está sufriendo en vez de estar disfrutando. En todas partes vemos la lucha por la existencia. Todos están luchando, pero al final, ¿de qué disfrutan? Simplemente están sufriendo y muriendo. Por lo tanto, aunque vida significa placer, en la actualidad su vida no es placentera; pero, si usted llega al plano verdadero y espiritual de la vida, entonces disfrutará.

Mike Robinson: ¿Podría explicarme finalmente algunas de las etapas de la vida espiritual? ¿Cuáles son las etapas espirituales por las que pasa un nuevo devoto de Kṛṣṇa?

Śrīla Prabhupāda: La primera etapa es aquella en la que se es inquisitivo. «Entonces, ¿qué es este movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa? Voy a estudiarlo». Esto se llama śraddhā, fe. Ése es el comienzo. Luego, si uno es serio, se asocia con los que están cultivando este conocimiento y trata de entender lo que ellos están sintiendo. Luego piensa: «¿Por qué no volverme uno de ellos?». Y, cuando se vuelve uno de ellos, todas sus dudas pronto desaparecen, desarrolla más fe, y entonces obtiene un verdadero gusto por el cultivo de la conciencia de Kṛṣṇa. ¿Por qué no van estos jóvenes al cine? ¿Por qué no comen carne ni van al club nocturno? Porque sus gustos han cambiado. Ahora ellos detestan todas esas cosas. De esa forma uno avanza. Primero hay fe, luego hay relación con devotos, luego desaparecen todas las dudas, después fe firme, luego gusto, luego comprensión de Dios, y, por último, la perfección: amor por Dios. Esto es religión de primera clase, y no una ceremonia ritual de «yo creo, tú crees». Eso no es religión. Eso es un engaño. Verdadera religión significa desarrollar amor por Dios. Ésa es la perfección de la religión.

Mike Robinson: Muchas gracias por haber hablado conmigo. Ha sido un gran placer hablar con usted.

Śrīla Prabhupāda: Hare Kṛṣṇa.

La verdad y la belleza

Śrīla Prabhupāda publicó por vez primera este ensayo en la India, en la antigua versión de su revista De regreso a Dios (20 de noviembre de 1958), que en ese entonces se imprimía quincenalmente. Contiene la inolvidable historia de «La belleza líquida», en la que Śrīla Prabhupāda expone dramáticamente el principio que yace tras la atracción sexual humana. Esta exposición iluminadora acerca de la naturaleza de la verdad y la belleza es perdurable y sorprendentemente a propósito para aquellos que buscan el «yo interno».

Puede que a veces se discuta si «la verdad» y «la belleza» son términos compatibles. Podríamos decir que aceptaríamos de buena gana expresar la verdad, pero ya que ésta no es siempre bella - en efecto, frecuentemente resulta bastante chocante y desagradable - , entonces, ¿cómo podremos expresar al mismo tiempo la verdad y la belleza?

En respuesta, podemos informar a todos los interesados que «la verdad» y «la belleza» son términos compatibles. En realidad, podemos afirmar enfáticamente que la verdad auténtica, que es absoluta, siempre es hermosa. La verdad es tan hermosa, que atrae a todos, incluso a la verdad misma. La verdad es tan hermosa, que muchos sabios, santos y devotos lo han dejado todo por ella. Mahatma Gandhi, un ídolo del mundo moderno, dedicó su vida a experimentar con la verdad, y todas sus actividades se dirigieron únicamente a ella.

¿Por qué sólo Mahatma Gandhi? Todos tenemos el impulso por buscar únicamente la verdad, ya que la verdad no sólo es hermosa, sino también todopoderosa, supremamente ingeniosa, supremamente famosa, supremamente renunciada y omnisciente. 

Por desgracia, la gente no tiene ninguna información acerca de la verdad auténtica. En efecto, el 99,9 por ciento de los hombres de las diversas sendas de la vida sólo persiguen lo falso en nombre de la verdad. En realidad, estamos atraídos por la belleza de la verdad, pero desde tiempo inmemorial nos hemos acostumbrado a amar la falsedad, la cual parece verdad. Por todo ello, para el hombre mundano, «la verdad» y «la belleza» son términos incompatibles. Se puede explicar la verdad y belleza mundanas de la siguiente manera.

Había una vez un hombre poderoso y robusto, pero de mala reputación, que se enamoró de una hermosa joven. Ella no sólo era de apariencia hermosa, sino que también era santa, y, por consiguiente, no le gustaban las insinuaciones amorosas de aquel hombre. Sin embargo, él insistía debido a sus deseos lujuriosos, y, finalmente, ella le pidió que esperara únicamente siete días, y fijó el momento en que podían encontrarse. Él accedió, y estuvo esperando con gran expectativa el momento señalado.

Sin embargo, a fin de manifestar la verdadera belleza de la verdad absoluta, la santa doncella adoptó un método muy instructivo. Tomó grandes dosis de laxantes y purgantes, y durante siete días defecó y vomitó continuamente todo lo que comía. Además, guardó todo el excremento líquido y el vómito en recipientes adecuados. Debido a los purgantes, la joven supuestamente hermosa enflaqueció y se puso tan delgada como un esqueleto, su tez se ennegreció, y los hermosos ojos se le hundieron en las cuencas del cráneo. De ese modo, a la hora señalada, ella esperó ansiosamente la llegada del ávido caballero.

El hombre apareció en la escena elegantemente vestido y muy cortés, y le preguntó a la fea muchacha que esperaba ahí por la hermosa joven con quien se iba a reunir. Él no pudo reconocer que esa muchacha era la misma joven bella que buscaba; en efecto, aunque ella confirmó su identidad repetidamente, él no pudo reconocerla debido a su condición tan lastimosa.

Finalmente la muchacha le dijo al poderoso hombre que había separado los ingredientes de su belleza y que los había guardado en unos recipientes. También le dijo que él podía disfrutar de esos jugos de la belleza. Cuando el galán mundano pidió ver esos jugos de la belleza, ella lo envió al lugar en el que estaban guardadas las heces líquidas y los vómitos, los cuales despedían un olor intolerable. Así, él descubrió toda la historia del líquido de la belleza. Finalmente, por la gracia de la santa joven, este hombre de mala reputación pudo distinguir entre la sombra y lo tangible, y así recobró la razón.

La posición de este hombre es similar a la de todos los que estamos atraídos a la falsa belleza material. La joven antes mencionada tenía un cuerpo material bellamente formado de acuerdo con los deseos de su mente, pero en realidad ella era diferente del cuerpo y de la mente material y temporal. En efecto ella era una chispa espiritual, y así también lo era el amante que estaba atraído por su falsa piel.

Sin embargo, los intelectuales y los estéticos mundanos son engañados por la belleza y atracción externa de la verdad relativa, e ignoran la presencia de la chispa espiritual, que es simultáneamente verdad y belleza. La chispa espiritual es tan bella, que cuando abandona el cuerpo supuestamente bello, que en realidad está lleno de excremento y vómito, nadie quiere tocar dicho cuerpo aunque esté engalanado con un traje muy caro.

Todos andamos tras una verdad falsa y relativa, la cual es incompatible con la verdadera belleza. Sin embargo, la verdad auténtica siempre es hermosa, y conserva la misma belleza durante innumerables años. Esa chispa espiritual es indestructible. La belleza de la piel externa puede destruirse en unas cuantas horas con una simple dosis de algún fuerte purgante, pero la belleza de la verdad es indestructible y es siempre la misma. Desgraciadamente, los artistas e intelectuales mundanos ignoran la existencia de esta bella chispa de espíritu. Ellos tampoco conocen el fuego total que es la fuente de estas chispas espirituales, e ignoran las relaciones que hay entre las chispas y el fuego, relaciones que se manifiestan como pasatiempos trascendentales. Cuando esos pasatiempos se exhiben aquí por la gracia del Todopoderoso, los necios, que no pueden ver más allá de sus sentidos, confunden estos pasatiempos de verdad y belleza, con las manifestaciones de heces líquidas y de vómito antes descritas. Así, en su desesperación, preguntan, ¿cómo se pueden conciliar la verdad y la belleza simultáneamente?

Los materialistas no saben que la entidad espiritual total es la hermosa persona que lo atrae todo. Ellos ignoran que Él es la sustancia primigenia, la fuente primigenia, y el manantial de todo lo que existe. Las chispas espirituales infinitesimales, por ser partes integrales de ese espíritu total, son cualitativamente iguales a Él en belleza y eternidad. La única diferencia es que el todo es eternamente el todo, y las partes son eternamente las partes. Sin embargo, ambos constituyen la máxima verdad, la máxima belleza, el máximo conocimiento, la máxima energía, la máxima renunciación y la máxima opulencia.

La literatura que no describe la verdad y la belleza máximas es simplemente el depósito de heces líquidas y vómitos de la verdad relativa, aunque la haya escrito el poeta mundano o el intelectual mundano más grande de todos. La verdadera literatura es aquella que describe la verdad y la belleza máximas del Absoluto.

Preguntas pertinentes

Si bien los medios de comunicación de masas están por lo general obsesionados con la violencia y la muerte, nuestra pequeña percepción de la muerte y de morir es suerficial. Śrīla Prabhupāda observa: «Mientra el hombre posee todo el vigor de la vida, olvida la verdad desnuca de la muerte que tiene que encontrar» ¿Cómo podemos enfrentar de manera eficaz nuestra propia muerte? Śrīla Prabhupāda explica en este ensayo (que apareció por primera vez en la antigua versión de «De vuelta al Supremo», 20 de abril de 1960) cómo las antiguas enseñanzas del Śrīmad-Bhāgavatam dan una respuesta práctica.

El pequeño niño que pasea con su padre va haciéndole preguntas constantemente. Él le pregunta a su madre muchísimas cosas extrañas, y el padre tiene que dar respuestas adecuadas que lo satisfagan. Cuando yo era un joven padre, en mi vida de casado, me veía colmado por cientos de preguntas que me hacía mi segundo hijo, quien era mi compañero constante. Un día sucedió que pasaba un cortejo nupcial cerca de nuestro ranvía, y, como de costumbre, el niño de cuatro años preguntó qué era esa procesión. Él recibió todas las respuestas posibles a sus mil y una preguntas relacionadas con el cortejo nupcial, y finalmente preguntó si su padre estaba casado. Esta pregunta les produjo mucha risa a todos los caballeros mayores presentes, si bien el niño estaba desconcertado debido a nuestra risa. De todos modos, quedó satisfecho de una u otra manera por su padre.

La lección de este incidente es: puesto que el ser humano es un animal racional, ha nacido para hacer preguntas. Entre más preguntas haya, más progresará el conocimiento y la ciencia. Toda la civilización material se basa en esta gran cantidad de preguntas que originalmente han hecho los jóvenes a sus mayores. Cuando las personas responden correctamente las preguntas de los jóvenes, la civilización progresa paso a paso. El hombre más inteligente, sin ebargo, pregunta sobre lo que pasa después de la muerte. Los poco inteligentes hacen preguntas poco importantes, pero las preguntas de las personas que son más inteligentes son cada vez más elevadas.

Mahārāja Parīkṣit, el gran Rey del mundo entero, era uno de los hombres más inteligentes, pero fue accidentalmente maldecido por un brāhmaṇa para que muriera en siete días por la mordedura de una serpiente. El brāhmaṇa que lo maldijo era tan sólo un niño; sin embargo, era muy poderoso, y debido a que no comprendía la importancia del gran Rey, tontamente lo maldijo para que muriera en siete días. Más tarde el padre del muchacho, quien había sido ofendido por el Rey, lamentó todo esto. Cuando el Rey se enteró de la desafortunada maldición, de inmediato abandonó su palaciego hogar y se fue a la ribera del Ganges, que estaba cerca de su capital, a prepararse para su muerte inminente. Como era un gran rey, casi todos los grandes sabios y eruditos entendidos se reunieron en el lugar dondeél estaba ayunando antes de abandonar el cuerpo mortal. Y por último, llegó allí también Śukadeva Gosvāmī, el santo contemporáneo más joven, y fue aceptado por unanimidad para presidir esa reunión, aunque su gran padre también se encontraba presente. El rey le ofreció respetuosamente a Śukadeva Gosvāmī el principal asiento de honor, y le hizo preguntas pertinentes sobrer su partida del mundo mortal, que ocurriría el séptimo día a partir de esemomento. El gran rey, siendo un digno descendiente de los Pāṇḍavas, quienes eran todos grandes devotos, hizo las siguientes preguntas pertinentes al gran sabio Śukadeva: «Mi querido señor, tú eres el más eminente de los grandes trascendentalistas, y, por lo tanto, te ruego que me permitas preguntarte cuáles son mis deberes en este momento. Ahora me encuentro casi a punto de morir. Por ello, ¿qué debo hacer en esta hora crítica? Por favor, dime, mi señor, ¿qué debo oír, qué debo adorar, o a quién debo recordar ahora? Un gran sabio como tú no permanece en el hogar de un casado más de lo necesario, y por eso, constituye mi buena suerte que bondadosamente hayas venido aquí a la hora de mi muerte. Así que, por favor, instrúyeme en esta hora crítica.

Habiendo recibido una petición tan amable del rey, el gran sabio respondió sus preguntas autoritativamente, pues era un gran erudito trascendental y poseía cualidades divinas a plenitud, ya que era el respetable hijo de Bādarāyaṇa, o Vyāsadeva, el recopilador original de la literatura védica.

Śukadeva Gosvāmī dijo: «Mi querido rey, tu pregunta es muy pertinente y también benéfica para toda la gente de todas las épocas. Semejantes preguntas, las más elevadas de todas, son pertinentes porque están confirmadas por las enseñanzas del vedānta-darśana, la conclusión del conocimiento védico, y son ātmavit-sammataḥ; en otras palabras, las almas liberadasm que tienen pleno conocimiento de su identidad espiritual, hacen preguntas así de pertinentes para recabar más información acerca de la Trascendencia».

El Śrīmad-Bhāgavatam es el comentario natural sobre los magníficos Vedānta (o Śarīraka) sūtras, que recopiló Śrīla Vyasadeva. Los Vedānta-sūtras constituyen la literatura védica más elevada de todas, y contienen un núcleo de preguntas básicas sobre el tema trascendental del conocimiento espiritual. Sin embargo, Śrīla Vyāsadeva no se sentía satisfecho a pesar de haber recopilado ese gran tratado. Fue entonces que se encontró con Śrī Nārada, su maestro espiritual. y éste le aconsejó describir la identidad de la Personalidad de Dios. Al recibir este consejo, Vyāsadeva meditó en el principio del bhakti-yoga, lo cual le mostró claramente qué es el Absoluto y qué es la relatividad, o māyā. Habiendo comprendido perfectamente este conocimiento, él recopiló la gran narración del Śrīmad-Bhāgavatam, o bello Bhāgavatam, que comienza con datos históricos verdaderos referentes a la vida de Mahārāja Parīkṣit.

El Vedānta-sūtra empieza con la pregunta clave sobre la Trascendencia: athāto brahma-jijñāsā, «Ahora se debe indagar sobre el Brahman, o la Trascendencia».

Mientras el hombre posee todo el vigor de su vida, olvida la verdad desnuda de la muerte, con la que habrá de encontrarse. Así, el tonto no hace ninguna clase de preguntas pertinentes acerca de los verdaderos problemas de la vida. Todos piensan que nunca morirán, aunque a cada segundo vean evidencia de muerte ante sus ojos. Aquí radica la diferencia entre la condición animal y la condición humana. Animales como la cabra no tienen la inteligencia para percibir su muerte inminente. Aunque su compañera esté siendo sacrificada, la cabra esperará pacíficamente a que también la sacrifiquen, sintiéndose atraída por el pasto que se le ofrece. Por otro lado, si un ser humano ve que el enemigo está matando a su prójimo, peleará para salvar a su hermano, o, si es posible, huirá para salvar su propia vida. Ésa es la diferencia entre el hombre y la cabra.

El hombre inteligente sabe que la muerte nace cuando él nace. Él sabe que está muriendo a cada segundo, y que el toque final vendrá cuando termine el lapso de su vida. Por consiguiente, se prepara para la siguiente vida, o para liberarse de la enfermedad de los nacimientos y muertes repetidos.

Sin embargo, el tonto no sabe que recibe esta forma humana de vida después de una serie de nacimientos y muertes, que las leyes de la naturaleza le impusieron en el pasado. Él no sabe que la entidad viviente es un ser eterno, que no nace ni muere. El nacimiento, la muerte, la vejez y las enfermedades son cuestiones externas que se le imponen a la entidad viviente, y ocurren debido a su contacto con la naturaleza material, y debido al olvido de su naturaleza eterna y divina, así como al olvido de la identidad cualitativa que tiene con la Totalidad Absoluta.

La vida humana brinda la oportunidad de conocer esta verdad o hecho eterno. Y así, en el mismo comienzo delVedānta-sūtra se nos aconseja que, dbido a que tenemos esta valiosa forma humana de vida, es nuestro deber - ahora - preguntar: ¿Qué es el Brahman, la Verdad Absoluta?

El hombre poco inteligente no indaga acerca de la vida trascendental; en cambio, pregunta sobre muchos temas pertinentes que no están relacionados con su existencia eterna. Desde el mismo comienzo de su vida, pregunta su madre, su padre, maestros, profesores, a los libros, y a muchísimas otras fuentes, pero no obtiene la información correcta acerca de su verdadera vida.

Como se dijo antes, Parīkṣit Mahārāja recibió la advertencia de que moriría en siete días, y de inmediato dejó su palacio a fin de prepararse para la siguiente etapa. El Rey, por lo menos tenía a su disposición siete días a fin de prepararse para la muerte, pero en lo tocante a nosotros, aunque al menos sabemos que nuestra muerte es segura, no tenemos ninguna información de su fecha exacta. No sabemos si moriremos en el siguiente momento. Ni siquiera alguien tan destacado como Mahatma Gandhi pudo prever que moriría en cinco minutos, y sus acompañantes importantes tampoco pudieron imaginar su muerte inminente. No obstante, todos esos caballeros se presentan como grandes líderes de la gente.

La ignorancia de la muerte y de la vida es lo que diferencia al animal del hombre. El hombre, en el verdadero sentido de la palabra, indaga sobre sí mismo y sobre lo que es. ¿De dónde ha venido para llegar a esta vida, y adónde irá después de la muerte? ¿Por qué es sometido a las dificultades causadas por las tres clases de sufrimientos, aunque no las quiere? Desde la infancia uno pregunta sobre la verdadera esencia de la vida. Esto es animalismo. No hay diferencia alguna entre el hombre y el animal en lo relacionado a los cuatro principios de la vida animal, ya que todos los seres vivientes existen mediante el comer, dormir, temer y aparearse. Pero sólo la vida humana tiene como fin el hacer preguntas pertinentes sobre los hechos relacionados con la vida eterna y la Trascendencia. Por consiguiente, la vida humana tiene por objetivo investigar la vida eterna, y el Vedānta-sūtra nos aconseja conducir esta investigación ahora o nunca. Si alguien no ligra preguntar ahora acerca de estos temas pertinentes sobre la vida, por arreglo de las leyes de la naturaleza regresará de nuevo al reino animal sin duda alguna. Por lo tanto, aunque algún tonto parezca avanzado en cuanto a la ciencia material - en cuanto a comer, dormir, temer, aparearse, etc - , no puede liberarse de las crueles garras de la muerte, por arreglo de la ley de la naturaleza. La ley de la naturaleza funciona bajo tres modalidades: la bondad, la pasión y la ignorancia. Los que viven en condiciones de bondad son promovidos a la condición de vida superior y espiritual, y los que viven en condiciones de pasión quedan situados en el mismo lugar donde están ahora en el mundo material, pero los que viven en condiciones de ignorancia se degradarán a las especies inferiores con toda seguridad.

La civilización humana moderna está organizada de una manera peligrosa, pues o le enseña a nadie a hacer preguntas pertinentes sobre los principios esenciales de la vida. La gente, al igual que animales, ignora que va a ser sacrificada por las leyes de la naturaleza. Se contenta con un puñado de pasto, o sea una vida de supuesto goce, al igual que la paciente cabra del matadero. Pensando en esa condición de la vida humana, estamos haciendo un humilde intento por salvar a los seres humanos con el mensaje de De vuelta al Spremo. Éste método no es imaginario. Si realmente va a haber una era de realidad, este mensaje de De vuelta al Supremo es el principio de esta era.

Según Śrī Śukadeva Gosvāmī, lo cierto es que el gṛhamedhī no es superior a un animal, pues, así como la cabra destinada a ser matada, él se ha atado a los asuntos de la familia, la sociedad, la comunidad, la nación o la humanidad en general, para resolver los problemas y satisfacer las necesidades de la vida animal - -a saber: comer, dormir, tener y aparearse - y carece por completo de conocimiento sobre la Trascendencia. Quizás él haya preguntado sobre asuntos físicos, políticos, económicos, culturales, educacionales, u otros temas similares de interés material y temporal, pero si no ha hecho preguntas acerca de los principios de la vida trascendental, se deberá considerar que es un ciego, arrastrado por sus sentidos descontrolados y a punto de caerse en una zanja. Ésa es la descripción del gṛhamedhī.

Sin embargo, lo opuesto al gṛha-medhī es el gṛha-stha. El gṛhastha-āśrama, o sea el refugio de la vida familiar espiritual, es prácticamente igual a la via de un sannyāsī, o miembro de la orden de renuncia. Sin tomar en cuenta que alguien sea un casado o un renunciante, lo importante son las preguntas pertinentes; y el gṛhastha, o casao, es genuino si se siente inclinado a hacer tales preguntas. El gṛhamedhī, no obstante, sólo se interesa en satisfacer las necesidades animales de la vida. Por disposición de las leyes de la naturaleza, la vida del gṛhamedhī está llena de calamidades, mientras que la vida del gṛhastha está colmada de felicidad. Pero en la civilización humana moderna, llos gṛhamedhīs se hacen pasar por los gṛhasthas. Por eso debemos saber quién es quién. La vida del gṛhamedhī está llena de vicios, pues él no sabe cómo llevar una vida familiar. Él ignora que fuera de su control hay un poder que está supervisando y controlando sus actividades, y no tienen ninguna idea sobre su vida futura. El gṛhamedhī está ciego ante su futuro, y no se siente inclinado a hacer preguntas pertinentes, ni tiene la capacidad de hacerlas. Su única cualidad es la de estar atado por los grilletes del apego a las cosas falsas con las que ha tenido contacto durante su existencia temporal.

En la noche, esos gṛhamedhīs pierden su valioso tiempo durmiendo, o satisfaciendo sus diversas variedades de impulsos sexuales mediante la ida al cine y la visita a clubes y casinos, en donde se entregan sin medida a la bebida y a las mujeres. Y durante el día, desperdician su valiosa vida acumulando dinero, o, si tienen suficiente dinero para gastar, haciendo ajustes para la comodidad de sus familiares. Su estándar de vida y sus necesidades personales aumentan con el aumento de sus ingresos. Por eso, sus gastos no tienen límite, y nunca se sienten satisfechos. En consecuencia, hay ilimitada competencia en el área del desarrollo económico, y por eso no hay nada de paz en ninguna sociedad del mundo humano.

Todos están desconcertados ante las mismas incógnitas de cómo ganar y gastar, pero, en fin de cuentas, deben depender de la miseridorida de la Madre Naturaleza. Cuando la producción escasea o hay perturbaciones causadas por la Providencia, los pobres políticos planificadores le echan la culpa a la cruel naturaleza, pero cuidadosamente evitan estudiar cómo y por quién son controladas las leyes de la naturaleza. Sin embargo, La Bhagavad-gītā explica que las leyes de la naturaleza son controladas por la Personalidad Absoluta de Dios. Sólo Dios es el controlador de la naturaleza y de las leyes naturales. A veces los materialistas ambiciosos examinan un fragmento de la ley de la naturaleza, pero nunca les interesa conocer al autor de dichas leyes. La mayoría no creen en la existencia de una persona absoluta, o Dios, que controla las leyes de la naturaleza. Más bien se interesan únicamente en los principos con que interactúan los diversos elementos, pero no hacen alusión a la dirección fundamental que hace posible esas interacciones. Ellos no tienen preguntas ni respuestas pertinentes al respecto. Sin embargo, el segundo de los Vedānta-sūtras contesta la pregunta esencial acerca del Brahman, afirmando que el Brahman Supremo, la Trascendencia Suprema, es Aquel de quien todo se genera. En fin de cuentas, Él es la Suprema Persona.

Él gṛhamedhi tonto no sólo ignora la naturaleza temporal del cuerpo particular que ha recibido, sino que además no ve la verdadera naturaleza de lo que está aconteciendo ante él en los asuntos cotidianos de su vida. Puede que él vea morir a su padre, a su madre, o a algún pariente o vecino, y sin embargo no hace preguntas pertinentes para indagar si los demás miembros de su familia morirán o no. A veces piensa y entiende que todos sus familiares morirán tarde o temprano, y que él tambien morirá. Quizás él sepa que todo el espectáculo familiar - o, si vamos a eso, todo el espectáculo de la comunidad, la sociedad, la nación, y todo lo demás - es apenas una burbuja temporal en el aire, que carece de valor permanente. No obstante, se vuelve loco por semejantes cosas temporales, y no se preocupa por hacer ninguna pregunta pertinente. Él no sabe dónde deberá ir después de la muerte. Él trabaja muy arduamente haciendo ajustes temporales para su familia, su sociedad, su nación, pero nunca hace ajustes para su propio futuro o para el de los demás, teniendo todos que abandonar la presente fase de vida.

En vehículos públicos tales como el tren, nos encontramos y sentamos con desconocidos que se vuelven nuestros amigos, y nos volvemos pasajeros del mismo vehículo por un corto tiempo, pero a su debido tiempon nos separamos, y nunca nos encontramos de nuevo. En forma similar, en el largo viaje de la vida conseguimos un lugar temporal de acomodo en alguna supuesta familia, país o sociedad, pero cuando el tiempo se acaba somos separados de ellos a la fuerza, y nunca nos encontramos de nuevo. Hay muchísimas preguntas pertinentes relacionadas con los ajustes temporales que hacemos en nuestra vida y con los amigos que tenmos durante esos ajustes temporales, pero el gṛhamedhī nunca indaga sobre las cosas que tienen una naturaleza permanente. Todos estamos apurados haciendo planes permanentes, encontrándonos en diversos nivels de liderazgo, sin conocer la naturaleza permanente de las cosas tal como son. Śrīpāda Śaṅkarācārya, quien se esforzó especialmente por disipar esta ignorancia que hay en la sociedad, y quien abogó por el culto del conocimiento espiritual referente al Brahman impersonal y omnipenetrante, dijo con desesperación: «Los niños se dedican a jugar, los jóvenes se dedican a los supuestos amoríos con las jovencitas, y los viejos piensan seriamente cómo arreglar una frustrada vida de lucha. Pero, ¡ay de mí!, nadie está dispuesto a hacer preguntas de manera pertinente sobre la ciencia del Brahman, la Verdad Absoluta».

Mahārāja Parīkṣit pidió instrucciones a Śrī Śukadeva Gosvāmī, y éste contestó las preguntas pertinentes del rey recomendándole lo siguiente:

tasmād bhārata sarvātmā
bhagavān īśvaro hariḥ
śrotavyaḥ kīrtitavyaś ca
smartavyaś cecchatābhayam

«¡Oh, descendientes de Bharata!, es deber de los mortales preguntar y oír hablar acerca de la Personalidad de Dios, glorificarlo a Él y meditar en Él, quien es la persona más atractiva de todas debido a la plenitud de Su opulencia. Él se llama Hari, porque sólo Él puede deshacer laa existencia condicional del ser viviente. Si realmente queremos liberarnos de la existencia condicional, debemos hacer preguntas pertinentes relativas a la Verdad Absoluta, para que Él tenda el gusto de concedernos libertad perfecta en la vida» [Śrīmad-Bhāgavatam 2.1.5].

Śrī Śukadeva Gosvāmī ha usado particularmente cuatro palabras al referirse a la Personalidad Absoluta de Dios. Estas palabras diferencian a la Persona Absoluta, o Parabrahman, de las demás oersonas, quienes son cualitativamente uno con Él. A la Personalidad Absoluta de Dios se le llama sarvātmā, u omnipresente, porque nadie está separado de Él, aunque no todos han desarrollado esta comprensión. Mediante Su representación plenaria, la Personalidad de Dios reside en el corazón de todos como Paramātmā, la Superalma, junto con cada alma individual. Por eso, toda alma individual tiene una relación íntima con Él. El olvido de esta eterna relación íntima que tenemos con Él, es la causa de nuestra vida condicional desde tiempo inmemorial. Pero, siendo Bhāgavan, o la Personalidad Suprema, Él puede corresponder de inmediato al llamado sensible del devoto. Además, siendo Él la persona perfecta, Su belleza, opulencia, fama, fuerza, conocimiento y renunciación, son todos fuentes ilimitadas de bienaventuranza trascendental para el alma individual. Cuando otras almas condicionadas exhiben imperfectamente todas estas distintas opulencias, el alma individual se siente atraída por ellas, pero no queda satisfecha con dichas exhibiones imperfectas, y por eso busca perpetuamente aquella que sea perfecta. Ni la belleza, ni el conocimiento, ni la renunciación de la Personalidad de Dios tiene comparación. Pero sobre todo, Él es īśvara, o el controlador supremo. En la actualidad estamos siendo controlados por la acción policial de ese gran rey. Se nos ha impuesto este control policial pues hemos desobedecido la ley. Pero, ya que el Señor Hari, puede hacer que desaparezca nuestra vida condicional al otorgarnos libertad completa en la existencia expiritual. Por eso, es deber de todos los hombres hacer preguntas pertinentes acerca de Él, y así regresar a Dios.

La búsqueda del alma

Al principio de los años setenta, un distinguido grupo de profesionales se reunió en Windsor, Ontario (Canadá), para debatir sobre «los problemas asociados a los intentos de definir el momento exacto de la muerte». Entre los miembros del grupo se encontraban el Dr. Wilfred G. Bigelow, cardiólogo mundialmente famoso, el señor magistrado Edson L. Haines, de la Corte Suprema de Ontario, y J. Francis Leddy, rector de la universidad de Windsor. El Dr. Bigelow sostuvo la existencia del alma, e instó a una investigación sistemática para determinar qué es el alma y de dónde viene. Los comentarios del Dr. Bigelow y de los otros miembros del grupo fueron luego publicados en el Montreal Gazette. Cuando Śrīla Prabhupāda leyó el artículo, escribió una carta al Dr. Bigelow, en la que presentó conocimiento védico sustancial acerca de la ciencia del alma, y sugirió un método práctico para entenderla científicamente. A continuación se reproducen el artículo del Montreal Gazette y la respuesta de Śrīla Prabhupāda.

Titular del Montreal Gazette:

CIRUJANO CARDIÓLOGO QUIERE SABER QUÉ ES EL ALMA

WINDSOR - Un cirujano cardiólogo de Canadá mundialmente famoso dice que él cree que el cuerpo tiene un alma que se va en el momento de la muerte, y que los teólogos deben tratar de averiguar más acerca de ello.

El Dr. Wilfred G. Bigelow, jefe del centro de cirugía cardiovascular del Hospital General de Toronto, dijo que «como persona que cree en la existencia del alma», piensa que ha llegado el momento de «aclarar el misterio que rodea al alma y descubrir qué es».

Bigelow es uno de los miembros de un grupo de profesionales que se reunió ante la Asociación Médico-Legal del Condado de Essex para discutir los problemas de la definición del momento exacto de la muerte.

El asunto se ha vuelto de vital importancia en esta era de trasplantes de corazón y otros órganos tomados de donantes cuya muerte es inevitable.

La Asociación Médica de Canadá ha elaborado una definición de la muerte muy aceptada, en la que dice que es el momento en que el paciente está en coma, no responde a ningún tipo de estímulo, y la línea trazada por el encefalograma es plana.

Los otros miembros del grupo eran el juez Edson L Haines, de la Corte Suprema de Ontario, y J. Francis Leddy, rector de la universidad de Windsor.

Al explicar con más detalle los puntos que había planteado durante la discusión, Bigelow dijo en una entrevista posterior que sus treinta y dos años como cirujano lo habían llevado al convencimiento de que el alma existe.

“En algunos casos sucede que usted está presente en el momento en que alguien pasa de la vida a la muerte; y se observan algunos cambios misteriosos.

“Uno de los más llamativos es la repentina falta de vida o brillo en los ojos. Se hacen opacos y literalmente sin vida.

Es difícil documentar lo que se observa. En realidad, no creo que se pueda documentar muy bien».

Bigelow, que alcanzó renombre mundial por su trabajo de pionero en la técnica quirúrgica de enfriamiento profundo, llamada hipotermia, y también por su cirugía de válvulas del corazón, dijo: «La teología y las disciplinas universitarias afines deben emprender la investigación del alma».

Durante la discusión, Leddy dijo: «Si hay un alma, usted no la verá, no la va a encontrar.

Si existe algún principio de vitalidad, o vida, ¿qué es? El problema radica en que el alma no existe en ningún lugar específico. Está en todas partes, y, sin embargo, no está en ninguna parte del cuerpo».

Leddy dijo que «sería bueno empezar a experimentar, pero no sé cómo hacerlo». Dijo que la discusión le recordaba a aquel cosmonauta soviético que regresó del espacio diciendo que no había Dios, porque él no lo había visto allá arriba.

Quizás sea así, dijo Bigelow, pero, cuando en la medicina moderna se tropieza con algo que no se puede explicar, «la consigna es encontrar la respuesta, recurrir al laboratorio, a algún lugar donde pueda descubrirse la verdad».

«La cuestión fundamental, dijo Bigelow, es ¿dónde está el alma y de dónde proviene?».

Śrīla Prabhupāda presenta las pruebas védicas

Estimado Dr. Bigelow:

Sírvase aceptar mis saludos. Recientemente leí un artículo del Montreal Gazette escrito por Rae Corelli, titulado «Cirujano cardiólogo quiere saber qué es el alma», y me pareció muy interesante. Los comentarios que usted hace demuestran mucha perspicacia; por eso he querido escribirle al respecto.

Quizás usted sepa que soy el fundador-ācārya de la Asociación Internacional para la Conciencia de Krisna. Tenemos varios templos en Canadá: Montreal, Toronto, Vancouver y Hamilton. El movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa tiene la finalidad específica de enseñar a todas las almas su posición espiritual original.

Sin duda alguna, el alma está presente en el corazón de la entidad viviente, y es la fuente de todas las energías que mantienen el cuerpo. La energía del alma se difunde por todo el cuerpo, y se la conoce por conciencia. Como esta conciencia difunde la energía del alma por todo el cuerpo, podemos sentir placeres y dolores en cualquier parte del cuerpo. El alma es individual, y está transmigrando de cuerpo en cuerpo, al igual que la persona que transmigra de la infancia a la niñez, de la niñez a la juventud, y luego a la vejez. Luego ocurre el cambio llamado muerte, cuando cambiamos a un cuerpo nuevo, como cuando cambiamos la ropa vieja por una nueva. Esto se denomina transmigración del alma.

Cuando el alma quiere disfrutar de este mundo material, olvidando su verdadero hogar del mundo espiritual, emprende esta vida de dura lucha por la existencia. Esta vida cruel de sucesivos nacimientos, muertes, enfermedades y vejez, puede detenerse cuando la conciencia individual se acopla con la conciencia suprema de Dios. Éste es el principio básico de nuestro movimiento para la conciencia de Kṛṣṇa.

En lo concerniente al trasplante de corazón, el éxito es imposible a menos que el alma esté presente en el corazón. Así pues, se debe aceptar la presencia del alma. Si no hay alma alguna durante el contacto sexual, no ocurre la concepción, no hay embarazo. Los métodos anticonceptivos deterioran el vientre de manera que ya no sea un buen lugar para el alma. Esto va en contra de la ley de Dios. El alma es enviada a un vientre en particular por orden de Dios, pero con los métodos anticonceptivos, se la priva de ese vientre, y debe ser puesta en otro. Esto es desobedecer al Supremo. Tomemos por ejemplo a un hombre al que le corresponde vivir en un apartamento. Si la situación ahí es tan perturbadora que no le permite entrar al apartamento, se le coloca en una situación muy desventajosa. Eso constituye una interferencia ilegal, penable por la ley.

Emprender «la búsqueda del alma» marcaría indudablemente un avance para la ciencia. Pero por mucho que avance la ciencia, no será capaz de encontrar el alma. La presencia del alma puede aceptarse únicamente por inferencia. En las Escrituras védicas se encuentra la información de que la dimensión del alma es la diezmilésima parte del tamaño de un punto. El científico material no puede medir el largo y ancho de un punto. Por lo tanto, no le es posible capturar el alma. Usted puede aceptar la existencia del alma simplemente porque lo dicen las autoridades en la materia. Lo que los más grandes científicos están ahora descubriendo, lo hemos explicado hace mucho tiempo.

Tan pronto como se entiende la existencia del alma, de inmediato se puede entender la existencia de Dios. La diferencia entre Dios y el alma es que Dios es un alma muy grande, y la entidad viviente es un alma muy pequeña; pero son iguales cualitativamente. Dios es omnipresente, y la entidad viviente está localizada. Pero la naturaleza y la esencia de ambos son las mismas.

La cuestión fundamental, dice usted, es: «¿Dónde está el alma y de dónde proviene?». Eso no es difícil de entender. Ya hemos dicho que el alma reside en el corazón de la entidad viviente, y que se alberga en otro cuerpo después de la muerte. Originalmente el alma proviene de Dios. Así como una chispa proviene del fuego, y cuando la chispa cae, parece extinguirse, asimismo la chispa del alma originalmente va del mundo espiritual al mundo material. En el mundo material, cae en poder de tres condiciones diferentes, que se denominan las modalidades de la naturaleza. Cuando una chispa de fuego cae sobre hierba seca, la cualidad de fuego persiste; si la chispa cae al suelo, no puede manifestar su condición de fuego a menos que el suelo contenga materiales combustibles; y cuando la chispa cae en el agua, se extingue. De modo que podemos ver que hay tres diferentes condiciones de vida. Una clase de entidad viviente olvida por completo su naturaleza espiritual; otra, la olvida casi por completo, pero aún tiene un instinto de naturaleza espiritual; y otra, se encuentra por completo en busca de la perfección espiritual. Hay un método fidedigno para que la chispa espiritual, el alma, alcance la perfección espiritual, y si es guiada bien, muy fácilmente puede ir de vuelta al hogar, de regreso a Dios, de donde cayó originalmente.

Sería una gran contribución para la humanidad que esta información autorizada de las Escrituras védicas se presentara al mundo moderno fundamentada en el entendimiento científico moderno. El hecho ya esta ahí. Únicamente tiene que ser presentado para que pueda ser entendido por el mundo moderno.

Le saluda atentamente,
A. C. Bhaktivedanta Swami

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