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TEXT 24

acchedyo ’yam adāhyo ’yam
akledyo ’śoṣya eva ca
nityaḥ sarva-gataḥ sthāṇur
acalo ’yaṁ sanātanaḥ

acchedyaḥ—irrompible; ayam—esta alma; adāhyaḥ—no puede ser quemada; ayam—esta alma; akledyaḥ—insoluble; aśoṣyaḥ—no puede ser secada; eva—indudablemente; ca—y; nityaḥ—sempiterna; sarva-gataḥ—presente en todas partes; sthānuḥ—inmutable; acalaḥ—inmóvil; ayam—esta alma; sanātanaḥ—eternamente igual.

Esta alma individual es irrompible e insoluble, y no se la puede quemar ni secar. El alma está en todas partes, y es sempiterna, inmutable, inmóvil y eternamente la misma.

SIGNIFICADO:   Todas estas cualidades del alma atómica demuestran de modo categórico que el alma individual es eternamente una partícula atómica del todo espiritual, y que eternamente sigue siendo el mismo átomo, sin ningún cambio. La teoría del monismo es muy difícil de aplicar en este caso, porque jamás se espera que el alma individual se vuelva con el todo una sola cosa homogénea. Después de liberarse de la contaminación material, puede que el alma atómica prefiera permanecer como una chispa espiritual de los refulgentes rayos de la Suprema Personalidad de Dios, pero las almas inteligentes entran en los planetas espirituales para asociarse con la Personalidad de Dios.

La palabra sarva-gataḥ (omnipresente) es significativa, porque no hay ninguna duda de que las entidades vivientes se encuentran por todas partes de la creación de Dios. Ellas viven en la tierra, en el agua, en el aire, dentro de la tierra, e incluso dentro del fuego. La creencia de que el fuego las aniquila no es admisible, porque aquí se afirma claramente que el fuego no puede quemar al alma. Por consiguiente, no hay duda alguna de que también en el planeta Sol hay entidades vivientes con cuerpos adecuados para vivir allí. Si el globo solar está deshabitado, entonces la palabra sarva-gataḥ —viviendo en todas partes— carecería de sentido.

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