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TEXT 30

dehī nityam avadhyo ’yaṁ
dehe sarvasya bhārata
tasmāt sarvāṇi bhūtāni
na tvaṁ śocitum arhasi

dehī—el propietario del cuerpo material; nityam—eternamente; avadhyaḥ—no puede ser matado; ayam—esta alma; dehe—en el cuerpo; sarvasya—de todo el mundo; bhārata—¡oh, descendiente de Bharata!; tasmāt—por consiguiente; sarvāṇi—todas; bhūtāni—entidades vivientes (que nacen); na—nunca; tvam—tú; śocitum—lamentarse; arhasti—merece.

¡Oh, descendiente de Bharata!, aquel que mora en el cuerpo nunca puede ser matado. Por lo tanto, no tienes que afligirte por ningún ser viviente.

SIGNIFICADO:  El Señor concluye ahora el capítulo de instrucciones acerca de la inmutable alma espiritual. Al describir a la inmortal alma de diversas maneras, el Señor Kṛṣṇa establece que el alma es inmortal y que el cuerpo es temporal. Por consiguiente, Arjuna, como kṣatriya que era, no debía abandonar su deber por el temor de que su abuelo y su maestro —Bhīṣma y Droṇa— fueran a morir en la batalla. Sobre la base de la autoridad de Śrī Kṛṣṇa, uno tiene que creer que existe un alma que es diferente del cuerpo material, y no que no hay tal cosa como alma, o que las señales de vida se desarrollan en una determinada etapa de madurez material producto de la interacción de unas sustancias químicas. Que el alma sea inmortal no significa que se fomente la violencia, pero en tiempos de guerra, cuando hay verdadera necesidad de ella, no se la condena. Esa necesidad debe justificarse en función de la sanción del Señor, y no de un modo caprichoso.

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