Text 47
āha rājā dharma-sutaś
cintayan suhṛdāṁ vadham
prākṛtenātmanā viprāḥ
sneha-moha-vaśaṁ gataḥ
āha—dijo; rājā—el rey Yudhiṣṭhira; dharma-sutaḥ—el hijo de Dharma (Yamarāja); cintayan—pensando en; suhṛdām—de los amigos; vadham—matando; prākṛtena—mediante el concepto material únicamente; ātmanā—por el ser; viprāḥ—¡oh, brāhmaṇa!; sneha—afecto; moha—engaño; vaśam—siendo llevado por; gataḥ—habiendo ido.
El rey Yudhiṣṭhira, el hijo de Dharma, sobrecogido por la muerte de sus amigos estaba acongojado tal como un hombre materialista ordinario. ¡Oh, sabios, engañado así por el afecto, él comenzó a hablar.
SIGNIFICADO: Aunque no se esperaba que el rey Yudhiṣṭhira se acongojara como un hombre común y corriente, no obstante y por la voluntad del Señor, el afecto mundano lo engañó (tal como Arjuna fue aparentemente engañado). El hombre que ve, sabe bien que la entidad viviente no es el cuerpo ni la mente, sino que es trascendental al concepto material de la vida. El hombre común juzga la violencia y no violencia en términos del cuerpo, pero esa es una clase de engaño. Todo el mundo está obligado a cumplir con los deberes de su ocupación. Un kṣatriya está obligado a pelear por la causa justa, sea cual fuere el bando opuesto. En dicho desempeño del deber, uno no debe perturbarse ante la aniquilación del cuerpo material, que tan solo es un traje externo del alma viviente. Todo esto le era perfectamente conocido a Mahārāja Yudhiṣṭhira, pero por la voluntad del Señor él se comportó como un hombre común, porque había otro gran plan tras esa situación ilusoria: el rey sería instruido por Bhīṣma, tal como a Arjuna lo instruyó el propio Señor.