Text 30
khuraiḥ kṣuraprair darayaṁs tad āpa
utpāra-pāraṁ tri-parū rasāyām
dadarśa gāṁ tatra suṣupsur agre
yāṁ jīva-dhānīṁ svayam abhyadhatta
khuraiḥ—con las pezuñas; kṣurapraiḥ—comparadas a un arma afilada; darayan—penetrando; tat—aquella; āpaḥ—agua; utpāra-pāram—dio con el límite de lo ilimitado; tri-paruḥ—el amo de todo sacrificio; rasāyām—dentro del agua; dadarśa—encontró; gām—la Tierra; tatra—allí; suṣupsuḥ—yaciendo; agre—en el principio; yām—al cual; jīva-dhānīm—el lugar de reposo de todos los seres vivientes; svayam—en persona; abhyadhatta—levantó.
El avatāra Jabalí penetró en el agua con Sus pezuñas, que eran como flechas afiladas, y dio con los límites del océano, aunque era ilimitado. Vio la Tierra, el lugar de reposo de todos los seres vivientes, yaciendo como al principio de la creación, y Él, en persona, la levantó.
SIGNIFICADO: La palabra rasāyām se interpreta a veces con el significado de Rasātala, el sistema planetario más bajo, pero, según Viśvanātha Cakravartī Ṭhākura, esto no se puede aplicar en este contexto. La Tierra es siete veces superior a los siguientes sistemas planetarios: Tala, Atala, Talātala, Vitala, Rasātala, Pātāla, etc. Por eso, la Tierra no puede estar situada en el sistema planetario Rasātala. Esto se describe en el Viṣṇu-dharma:
pātāla-mūleśvara-bhoga-saṁhatau
vinyasya pādau pṛthivīṁ ca bibhrataḥ
yasyopamāno na babhūva so ’cyuto
mamāstu māṅgalya-vivṛddhaye hariḥ
Por lo tanto, el Señor encontró la Tierra en el fondo del océano Garbhodaka, donde reposan los planetas durante la devastación, al final del día de Brahmā.