Text 30
tān vīkṣya vāta-raśanāṁś caturaḥ kumārān
vṛddhān daśārdha-vayaso viditātma-tattvān
vetreṇa cāskhalayatām atad-arhaṇāṁs tau
tejo vihasya bhagavat-pratikūla-śīlau
tān—a ellos; vīkṣya—tras ver; vāta-raśanān—desnudos; caturaḥ—cuatro; kumārān—niños; vṛddhān—de edad; daśa-ardha—cinco años; vayasaḥ—aparentando tener una edad de; vidita—habiendo comprendido; ātma-tattvān—la verdad del yo; vetreṇa—con sus varas; ca—también; askhalayatām—prohibieron; a-tat-arhaṇān—no mereciendo de ellos tal cosa; tau—aquellos dos porteros; tejaḥ—glorias; vihasya—sin respetar la etiqueta; bhagavat-pratikūla-śīlau—teniendo una naturaleza que no agradaba al Señor.
Los cuatro sabios-niños, que no llevaban nada que cubriese sus cuerpos a excepción de la atmósfera, parecían tener solamente cinco años de edad, aunque eran las más ancianas de las criaturas vivientes y habían comprendido la verdad del yo. Pero cuando los porteros, que resultaba que tenían una actitud que no agradaba al Señor en lo más mínimo, vieron a los sabios, les cortaron el paso con sus varas, despreciando sus glorias, aunque los sabios no merecían que los trataran así.
SIGNIFICADO: Los cuatro sabios eran los hijos primogénitos de Brahmā. Como consecuencia, todas las demás entidades vivientes, incluido Śiva, nacieron después, y son, por lo tanto, más jóvenes que los cuatro Kumāras. Aunque tenían la apariencia de niños de cinco años de edad y viajaban desnudos, los Kumāras eran mayores que todas las demás criaturas vivientes, y habían comprendido la verdad del yo. No se debía haber prohibido a tales santos la entrada al reino de Vaikuṇṭha, pero, por azar, los porteros pusieron impedimentos a su entrada. Esto no era lo propio. El Señor siempre está anhelando servir a sabios como los Kumāras, pero, a pesar de conocer este hecho, los porteros, de un modo sorprendente, atrozmente insultante, les prohibieron la entrada.