Text 22
tat tasya kaiṅkaryam alaṁ bhṛtān no
viglāpayaty aṅga yad ugrasenam
tiṣṭhan niṣaṇṇaṁ parameṣṭhi-dhiṣṇye
nyabodhayad deva nidhārayeti
tat—por lo tanto; tasya—Su; kaiṅkaryam—servicio; alam—por supuesto; bhṛtān—los servidores; naḥ—nosotros; viglāpayati—causa dolor; aṅga—¡oh, Vidura!; yat—tanto como;ugrasenam—al rey Ugrasena; tiṣṭhan—estando sentado; niṣaṇṇam—atendiéndolo; parameṣṭhi-dhiṣṇye—en el trono real; nyabodhayat—presentaba; deva—dirigiéndose a mi Señor;nidhāraya—por favor, conoce esto; iti—así pues.
Por lo tanto, ¡oh, Vidura!, ¿acaso no nos acongojamos nosotros, Sus servidores, cuando recordamos que Él [Śrī Kṛṣṇa] solía presentarse ante el rey Ugrasena, que estaba sentado en el trono real, y solía presentar explicaciones a su consideración, diciendo: «¡Oh, Mi señor!, por favor, permíteme que te informe»?
SIGNIFICADO: El comportamiento cortés de Śrī Kṛṣṇa ante supuestos superiores Suyos, tales como Su padre, abuelo y hermano mayor, Su comportamiento amable para con Sus supuestas esposas, amigos y personas de Su misma edad, Su comportamiento como niño ante Su madre Yaśodā, y Sus travesuras con Sus jóvenes amigas no pueden confundir a un devoto puro como Uddhava. Otros, que no son devotos, se confunden ante ese comportamiento del Señor, que actuó tal como un ser humano. El propio Señor explica esa confusión en el Bhagavad-gītā (9.11), de la siguiente manera:
avajānanti māṁ mūḍhā
mānuṣīṁ tanum āśritam
paraṁ bhāvam ajānanto
mama bhūta-maheśvaram
Las personas con una débil base de conocimiento menosprecian a la Personalidad de Dios, Śrī Kṛṣṇa, sin conocer Su excelsa posición como Señor de todo. En el Bhagavad-gītā, el Señor ha explicado claramente Su posición, pero el estudiante demoníaco y ateo extrae una interpretación que se ajusta a su propio objetivo, y descarría hacia la misma mentalidad a sus desafortunados seguidores. Esas desafortunadas personas únicamente toman algunos lemas del gran libro de conocimiento, pero no pueden apreciar al Señor en Su carácter de Suprema Personalidad de Dios. Los devotos puros como Uddhava, sin embargo, nunca son descarriados por esos ateos oportunistas.