Text 39
yathā putrāc ca vittāc ca
pṛthaṅ martyaḥ pratīyate
apy ātmatvenābhimatād
dehādeḥ puruṣas tathā
yathā—como; putrāt—de un hijo; ca—y; vittāt—de la riqueza; ca—también; pṛthak—de manera diferente; martyaḥ—un mortal; pratīyate—se entiende; api—incluso; ātmatvena—por naturaleza; abhimatāt—por el que se siente afecto; deha-ādeḥ—de su cuerpo material, sentidos y mente; puruṣaḥ—el alma liberada; tathā—de la misma manera.
Debido a un gran afecto por la familia y las riquezas, aceptamos como nuestros unos hijos y algún dinero, y debido al afecto que sentimos por el cuerpo material, creemos que es nuestro. Pero en realidad, tal como podemos entender que la familia y las riquezas son diferentes de nosotros, el alma liberada puede entender que ella y su cuerpo no son lo mismo.
SIGNIFICADO: En este verso se explica el nivel de verdadero conocimiento. Niños hay muchos, pero nosotros aceptamos a algunos como hijos nuestros por el afecto que les tenemos, aunque sabemos muy bien que esos niños son diferentes de nosotros. De manera similar, el gran afecto que sentimos por el dinero nos hace aceptar como nuestro cierto capital depositado en el banco. Análogamente, por afecto, proclamamos que el cuerpo es nuestro. Yo digo que este es «mi» cuerpo. Entonces extiendo ese concepto posesivo y digo: «Es mi mano, es mi pierna», y sigo: «Es mi cuenta corriente, es mi hijo, es mi hija». Pero en realidad, sé que el hijo y el dinero son distintos de mí. Lo mismo ocurre con el cuerpo: yo estoy aparte de mi cuerpo. Es una cuestión de comprensión, y la comprensión correcta se denomina pratibuddha. Si obtenemos conocimiento relacionado con el servicio devocional, es decir, con el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, podemos volvernos almas liberadas.