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Text 39

na cāsya kaścid dayito
na dveṣyo na ca bāndhavaḥ
āviśaty apramatto ’sau
pramattaṁ janam anta-kṛt


na—no; ca—y; asya—de la Suprema Personalidad de Dios; kaścit—nadie; dayitaḥ—querido; na—no; dveṣyaḥ—enemigo; na—no; ca—y;bāndhavaḥ—amigo; āviśati—Se acerca; apramattaḥ—atentas; asau—Él; pramattam—desatentas; janam—personas; anta-kṛt—el destructor.


Para la Suprema Personalidad de Dios no hay nadie querido, ni nadie es Su amigo o enemigo. Pero Él da inspiración a los que no Lo han olvidado, y destruye a los que sí lo han hecho.


SIGNIFICADO: El olvidar la relación que tenemos con el Señor Viṣṇu, la Suprema Personalidad de Dios, es la causa del ciclo de nacimientos y muertes. La entidad viviente es tan eterna como el Señor Supremo, pero ha olvidado, y por su olvido está en la naturaleza material, donde transmigra de un cuerpo a otro y cree que la destrucción de su cuerpo es también su propia destrucción. En realidad, la causa de su destrucción es que ha olvidado su relación con el Señor Viṣṇu. Cualquiera que reviva la conciencia de su relación original recibirá inspiración del Señor. Esto no significa que el Señor sea enemigo de unos y amigo de otros. Él ayuda a todos; el que no se confunde con la influencia de la energía ilusoria, se salva, y el que se confunde, es destruido. Por eso, se dice: hariṁ vinā na mṛtiṁ taranti: Nadie puede salvarse del ciclo de nacimientos y muertes sin la ayuda del Señor Supremo. En consecuencia, todas las entidades vivientes tienen el deber de refugiarse en los pies de loto de Viṣṇu y salvarse, de este modo, del ciclo de nacimientos y muertes.

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