Text 44
jīvo hy asyānugo deho
bhūtendriya-mano-mayaḥ
tan-nirodho ’sya maraṇam
āvirbhāvas tu sambhavaḥ
jīvaḥ—la entidad viviente; hi—en verdad; asya—de él; anugaḥ—apropiado; dehaḥ—cuerpo; bhūta—elementos materiales densos; indriya—sentidos; manaḥ—mente; mayaḥ—hecho de; tat—del cuerpo; nirodhaḥ—destrucción; asya—de la entidad viviente; maraṇam—muerte; āvirbhāvaḥ—manifestación; tu—pero; sambhavaḥ—nacimiento.
De acuerdo con sus actividades fruitivas, la entidad viviente obtiene así un cuerpo apropiado, con una mente y unos sentidos materiales. El final de la reacción de su actividad particular recibe el nombre de muerte, y el principio de un nuevo tipo de reacción recibe el nombre de nacimiento.
SIGNIFICADO: Desde tiempo inmemorial, la entidad viviente viaja de especie en especie y de planeta en planeta, casi eternamente. El proceso se explica en el Bhagavad-gītā: bhrāmayan sarva-bhūtāni yantrārūḍhāni māyayā: Bajo el hechizo de māyā, todos vagan por el universo en el carruaje del cuerpo ofrecido por la energía material. La vida materialista lleva consigo una serie de acciones y reacciones. Es un largometraje de acciones y reacciones, y el tiempo que dura una vida no es más que un fotograma de esa proyección de reacciones. Cuando nace un niño, debemos entender que el cuerpo que ha adquirido es el principio de otra unidad de actividades, y cuando muere un anciano, debemos entender que una unidad de actividades reactivas ha llegado a su fin.
Podemos ver cómo, por actividades reactivas distintas, un hombre nace en una familia rica, y otro nace en una familia pobre, aunque nacen los dos en el mismo lugar, en el mismo instante y en la misma atmósfera. El que trae consigo actividades piadosas recibe la oportunidad de nacer en una familia piadosa o rica, y el que trae actividades impías recibe la oportunidad de nacer en una familia inferior, en una familia pobre. Cambiar de cuerpo significa cambiar de campo de actividades. Algo similar ocurre cuando el cuerpo de un niño se transforma en un cuerpo adolescente; sus actividades infantiles se transforman en actividades juveniles.
Está claro que la entidad viviente recibe un cuerpo determinado para un determinado tipo de actividad. Ese proceso es perpetuo, y viene produciéndose desde tiempos a los que es imposible remontarse. Anādi karama-phale, dicen los poetas vaiṣṇavas: No es posible estudiar el curso de las acciones y reacciones de nuestra actividad, pues puede incluso que, tras acabar el último milenio de la vida de un brahmā, continúen en el milenio siguiente. Tenemos un ejemplo en la vida de Nārada Muni. En un milenio era el hijo de una sirvienta, y al milenio siguiente se convirtió en un gran sabio.