Text 32
yadā tu sarva-bhūteṣu
dāruṣv agnim iva sthitam
praticakṣīta māṁ loko
jahyāt tarhy eva kaśmalam
yadā—cuando; tu—pero; sarva—todas; bhūteṣu—en las entidades vivientes; dāruṣu—en la madera; agnim—fuego; iva—como; sthitam—situado; praticakṣīta—habrás de ver; mām—a Mí; lokaḥ—y el universo; jahyāt—puede rechazar; tarhi—entonces, de inmediato; eva—ciertamente; kaśmalam—ilusión.
Me verás en todas las entidades vivientes, así como también en todas partes del universo, tal como el fuego está situado en la madera. Únicamente en ese estado de visión trascendental podrás estar libre de toda clase de ilusión.
SIGNIFICADO: Brahmā oró pidiendo no olvidar su relación eterna con el Señor durante el transcurso de sus actividades materiales. En respuesta a esta oración, el Señor dijo que no debía pensar que existiría sin una relación con Su omnipotencia. Se da el ejemplo del fuego que hay en la madera. El fuego que se enciende en la madera es siempre el mismo, aunque la madera puede que sea de diferentes tipos. En forma similar, los cuerpos que se encuentran en la creación material puede que sean específicamente diferentes, según la forma y las cualidades, pero las almas espirituales que están dentro de ellos no son diferentes entre sí. El atributo principal del fuego, el calor, es el mismo en todas partes, y la chispa espiritual, la parte integral del Espíritu Supremo, es la misma en todo ser viviente; en esa forma, la potencia del Señor está distribuida por toda Su creación. Solo este conocimiento trascendental puede salvarlo a uno de la contaminación de la ilusión material. Como la potencia del Señor está distribuida por todas partes, el alma pura, el devoto del Señor, puede ver todo en relación con el Señor, y, por lo tanto, no siente afecto por las coberturas externas. Ese concepto espiritual puro lo vuelve inmune a toda contaminación de la influencia material. El devoto puro nunca olvida la mano del Señor en ninguna circunstancia.