Text 37
sa viprānumato rājā
gṛhītvāñjalinaudanam
avaghrāya mudā yuktaḥ
prādāt patnyā udāra-dhīḥ
saḥ—él; vipra—de los brāhmaṇas; anumataḥ—pedir permiso; rājā—el rey; gṛhītvā—tomar; añjalinā—con las manos juntas; odanam—arroz hervido en leche; avaghrāya—después de oler; mudā—con gran deleite; yuktaḥ—fijo; prādāt—ofreció; patnyai—a su esposa; udāra-dhīḥ—de mentalidad magnánima.
El rey era muy magnánimo; después de pedir permiso a los sacerdotes, tomó la vasija en el cuenco de las manos, y tras oler la preparación, ofreció una parte a su esposa.
SIGNIFICADO: A este respecto es muy significativa la palabra udāra-dhīḥ. Sunīthā, la esposa del rey, no merecía aquella bendición, pero el rey era tan magnánimo que, sin titubear, ofreció a su esposa el arroz hervido en leche, que era el prasāda que había recibido del yajña-puruṣa. Por supuesto, todo lo mueven los designios de la Suprema Personalidad de Dios; como se explicará en versos posteriores, ese detalle no fue beneficioso para el rey. Como el rey era muy magnánimo, la Suprema Personalidad de Dios deseó que su esposa, la reina, tuviese un hijo cruel, para que él se desapegase más del mundo material y tuviera que abandonar el hogar. Como antes se explicó, el Señor Viṣṇu satisface a los karmīs según sus deseos; en cuanto a los devotos, el Señor satisface sus deseos de distinta manera, haciendo que poco a poco puedan acercarse a Él. Esto lo confirma el Bhagavad-gītā (dadāmi buddhi-yogaṁ taṁ yena mām upayānti te). El Señor da al devoto la oportunidad de progresar cada vez más, a fin de que pueda regresar al hogar, de vuelta a Dios.