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TEXT 24

utsīdeyur ime lokā
na kuryāṁ karma ced aham
saṅkarasya ca kartā syām
upahanyām imāḥ prajāḥ

utsīdeyuḥ—llevaría a la ruina; ime—todos estos; lokāḥ—mundos; na—no; kuryām—Yo ejecuto; karma—deberes prescritos; cet—si; aham—Yo; saṅkarasya—de población no deseada; ca—y; kartā—creador; syām—sería; upahanyām—destruiría; imāḥ—todas estas; prajāḥ—entidades vivientes.

Si yo no ejecutara deberes prescritos, todos estos mundos se irían a la ruina. Yo sería la causa de la creación de una población no deseada, y con ello destruiría la paz de todos los seres vivientes.

SIGNIFICADO:  Varṇa-saṅkara es una población no deseada que perturba la paz de la sociedad en general. Con el fin de impedir ese disturbio social existen reglas y regulaciones prescritas, mediante las cuales la población puede alcanzar la paz automáticamente y organizarse para el progreso espiritual en la vida. Como es natural, cuando el Señor Kṛṣṇa desciende se ocupa de esas reglas y regulaciones, con el fin de mantener el prestigio y poner de manifiesto la necesidad de esas importantes funciones. El Señor es el padre de todas las entidades vivientes, y si éstas se desencaminan, la responsabilidad recae indirectamente sobre Él. En consecuencia, cuando quiera que haya un descuido general de los principios regulativos, el propio Señor desciende y corrige a la sociedad. Sin embargo, hemos de notar con cuidado que, aunque tenemos que seguir los pasos del Señor, aun así debemos recordar que no podemos imitarlo. No es lo mismo seguir que imitar. No podemos imitar al Señor y levantar la colina Govardhana, tal como el Señor lo hizo en Su niñez. Eso es imposible para cualquier ser humano. Tenemos que seguir Sus instrucciones, pero no debemos tratar de imitarlo en ningún momento. El Śrīmad-Bhāgavatam (10.33.30–31) afirma:

naitat samācarej jātu
manasāpi hy anīśvaraḥ
vinaśyaty ācaran mauḍhyād
yathārudro ’bdhi-jaṁ viṣam

īśvarāṇāṁ vacaḥ satyaṁ
tathaivācaritaṁ kvacit
teṣāṁ yat sva-vaco-yuktaṁ
buddhimāṁs tat samācaret

«Uno simplemente debe seguir las instrucciones del Señor y Sus sirvientes apoderados. Todas sus instrucciones son buenas para nosotros, y cualquier persona inteligente las llevará a cabo tal como se indican. No obstante, uno debe cuidarse de imitar las acciones de ellos. Uno no debe tratar de beber el océano de veneno, imitando al Señor Śiva».

Siempre debemos considerar que la posición de los īśvaras, o aquellos que de hecho pueden controlar los movimientos del Sol y la Luna, es superior. Si no se tiene un poder tal, no se puede imitar a los īśvaras, los cuales son superpoderosos. El Señor Śiva bebió todo un océano de veneno, pero si un hombre común y corriente tratara de beber siquiera una gota de ese veneno, moriría. Hay muchos seudodevotos del Señor Śiva que quieren entregarse a fumar gañjā (marihuana) y otras drogas enajenantes similares, olvidando que, al imitar así los actos del Señor Śiva, están pidiéndole a la muerte que se les acerque. De igual manera, hay algunos seudodevotos del Señor Kṛṣṇa que prefieren imitar al Señor en Su rāsa-līlā, o danza del amor, olvidando que son incapaces de levantar la colina Govardhana. Luego es mejor que uno no trate de imitar a los poderosos, sino que simplemente siga sus instrucciones; ni tampoco debe uno tratar de ocupar sus posiciones sin tener la aptitud para ello. Hay muchísimas «encarnaciones» de Dios sin el poder del Señor Supremo.

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