TEXT 47
yoginām api sarveṣāṁ
mad-gatenāntar-ātmanā
śraddhāvān bhajate yo māṁ
sa me yukta-tamo mataḥ
yoginām—de los yogīs; api—también; sarveṣām—todos los tipos de; mat-gatena—refugiándose en Mí; antaḥ—dentro de sí; ātmanā—siempre pensando en Mí; śraddhā-vān—con plena fe; bhajate—presta un amoroso servicio trascendental; yaḥ—aquel que; mām—a Mí (el Señor Supremo); saḥ—él; me—por Mí; yukta-tamaḥ—el yogī más grande de todos; mataḥ—se considera.
Y de todos los yogīs, aquel que tiene una gran fe y que siempre se refugia en Mí, piensa en Mí y Me presta un amoroso servicio trascendental, es el que está más íntimamente unido a Mí por medio del yoga, y es el más elevado de todos. Esa es Mi opinión.
SIGNIFICADO: La palabra bhajate es significativa aquí. Bhajate tiene su raíz en el verbo bhaj, que se usa cuando se requiere de servicio. El vocablo castellano «adoración» no se puede emplear en el mismo sentido que bhaj. Adoración significa venerar, o respetar y honrar a quien lo merece. Pero el servicio con amor y fe es especialmente para la Suprema Personalidad de Dios. Uno puede dejar de adorar a un hombre respetable o a un semidiós y quizás se lo llame descortés, pero no se puede dejar de servir al Señor Supremo sin ser censurado por completo. Toda entidad viviente es parte integral de la Suprema Personalidad de Dios, y, en consecuencia, tiene la función de servir al Señor Supremo, por su propia constitución. Al no hacerlo, la entidad viviente cae. El Bhāgavatam (11.5.3) confirma esto de la siguiente manera:
ya eṣāṁ puruṣaṁ sākṣād
ātma-prabhavam īśvaram
na bhajanty avajānanti
sthānād bhraṣṭāḥ patanty adhaḥ
«Todo aquel que no le preste servicio al Señor primordial y haga caso omiso de su deber para con Él, quien es la fuente de todas las entidades vivientes, sin duda que caerá de su posición constitucional».
En este verso también se usa la palabra bhajanti. De modo que, bhajanti se le aplica únicamente al Señor Supremo, mientras que la palabra «adoración» se les puede aplicar a los semidioses o a cualquier otra entidad viviente común. La palabra avajānanti que se emplea en este verso del Śrīmad-Bhāgavatam, también se encuentra en el Bhagavad-gītā. Avajānanti māṁ mūḍhāḥ: «Únicamente los necios y sinvergüenzas se burlan de la Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa». Esos necios se encargan de escribirle comentarios al Bhagavad-gītā, sin una actitud de servicio al Señor. Por consiguiente, ellos no pueden distinguir bien entre la palabra bhajanti y la palabra «adoración».
El bhakti-yoga es la culminación de todas las clases de prácticas de yoga. Todos los demás yogas no son más que medios para llegar al punto del bhakti en el bhakti-yoga. Yoga significa de hecho bhakti-yoga; todos los demás yogas son progresiones que tienen por meta el bhakti-yoga. Desde el comienzo del karma-yoga hasta el final del bhakti-yoga es un largo camino que lleva a la autorrealización. El karma-yoga sin resultados fruitivos es el comienzo de ese sendero. Cuando el karma-yoga aumenta en conocimiento y renunciación, la etapa se denomina jñāna-yoga. Cuando el jñāna-yoga aumenta en meditación en la Superalma mediante diferentes procesos físicos y la mente se concentra en Él, se denomina aṣṭāṅga-yoga. Y cuando uno supera el aṣṭāṅga-yoga y llega al plano de la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, ello se denomina bhakti-yoga, el punto culminante. En efecto, el bhakti-yoga es la meta última, pero para analizar el bhakti-yoga a fondo hay que entender esos otros yogas. El yogī que es progresivo se encuentra, entonces, en el verdadero sendero de la buena fortuna eterna. Aquel que se aferra a un punto en particular y no progresa más, es conocido por ese nombre en particular: karma-yogī, jñāna-yogī o dhyāna-yogī, rāja-yogī, haṭha-yogī, etc. Si uno es lo suficientemente afortunado como para llegar al plano del bhakti-yoga, se sobrentiende que ha superado todos los demás yogas. Por lo tanto, volverse consciente de Kṛṣṇa es la máxima etapa del yoga, de la misma manera en que, cuando hablamos de los Himālayas, nos referimos a las montañas más altas del mundo, de las cuales el pico más alto, el monte Everest, se considera que es la culminación.
Por una gran fortuna, uno llega al plano de conciencia de Kṛṣṇa en la senda del bhakti-yoga, para así quedar bien situado según lo que indican los Vedas. El yogī ideal concentra la atención en Kṛṣṇa, a quien se le da el nombre de Śyāmasundara, y quien tiene un color tan hermoso como el de una nube, cuya cara cual loto es tan refulgente como el Sol, cuya ropa está llena de joyas que la hacen brillar, y cuyo cuerpo lleva una guirnalda de flores. Su magnífico resplandor, llamado brahma-jyotir, ilumina por todas partes. Él se encarna en diferentes formas, tales como Rāma, Nṛsiṁha, Varāha y Kṛṣṇa, la Suprema Personalidad de Dios, y desciende como un ser humano —como hijo de madre Yaśodā—, y es conocido como Kṛṣṇa, Govinda y Vāsudeva. Él es el hijo, esposo, amigo y amo perfecto, y está colmado de todas las opulencias y cualidades trascendentales. Si uno permanece plenamente consciente de esas características del Señor, se dice que es el yogī más elevado de todos.
Esta etapa de máxima perfección en el yoga se puede alcanzar únicamente por medio del bhakti-yoga, tal como se confirma en toda la literatura védica:
yasya deve parā bhaktir
yathā deve tathā gurau
tasyaite kathitā hy arthāḥ
prakāśante mahātmanaḥ
«Solo a aquellas grandes almas que tienen fe implícita tanto en el Señor como en el maestro espiritual, se les revelan automáticamente todos los significados del conocimiento védico» (Śvetāśvatara Upaniṣad 6.23).
Bhaktir asya bhajanaṁ tad ihāmutropādhi-nairāsyenāmuṣmin manaḥ-kalpanam; etad eva naiṣkarmyam. «Bhakti significa servicio devocional que se le presta al Señor, libre del deseo de obtener ganancia material, ya sea en esta vida o en la siguiente. Desprovisto de esa clase de inclinaciones, uno debe absorber la mente en el Supremo por completo. Ese es el propósito del naiṣkarmya» (Gopāla-tāpanī Upaniṣad 1.15).
Estos son algunos de los medios para la ejecución del bhakti, o el proceso de conciencia de Kṛṣṇa, la etapa más elevada y perfecta del sistema de yoga.
Así terminan los significados de Bhaktivedanta correspondientes al capítulo sexto del Śrīmad Bhagavad-gītā, titulado «Dhyāna-yoga».